El 12 de marzo del corriente cierra la exhibición sobre Los primeros judíos americanos. Libertad y cultura en el Nuevo Mundo que se exhibe en el museo New York Historical Society en Manhattan (https://www.nyhistory.org/exhibitions/first-jewish-americansfreedom-and-culture-new-world). Si bien la mayor parte de esta estupenda exhibición se ocupa en narrar la llegada de los primeros judíos a los litorales de nuestra América, y en particular de su asentamiento en las principales ciudades de Estados Unidos en los siglos XVII y XVIII , también incluye un “librillo con pasta de cuero” ( A. Toro) que desapareció misteriosamente del Archivo General de la Nación de México en los años 30, y poco después se calificó como “escandaloso robo”.
El manuscrito, conocido como Memorias, es la autobiografía de Luis de Carvajal llamado el Mozo que se hallaba añadido al segundo proceso que el Santo Oficio levantó en su contra por judaizante. No obstante y para fortuna de los estudiosos en el tema, poco antes de su desaparición el manuscrito de letra minúscula había sido paleografiado por don Alfonso Toro, incluido en la publicación de los procesos de el Mozo en 1935, y más tarde en los dos volúmenes que el maestro Toro publicó en 1944 sobre la familia Carvajal. Aunque hubo varias especulaciones respecto al hurto de las Memorias, nunca se supo a ciencia cierta quién de los varios investigadores visitantes que había consultado los procesos, las había tomado ni a qué biblioteca privada habían ido a parar.
Felizmente, el que fuera un sonado y serio incidente ahora, a más de 80 años desde su desaparición del Archivo General de la Nación, es igualmente sonado pero por distintas razones. En 2015 el librillo de las Memorias apareció en venta en una casa de subasta de Londres. De ahí fue a dar a otra prestigiada casa de subastas en Manhattan donde las Memorias llamaron la atención de Leonard Milberg, conocido coleccionista de objetos judaicos. Después de confirmar su autenticidad, el señor Milberg obtuvo las Memorias que ahora se exhiben en Nueva York y de donde regresarán al Archivo General de la Nación gracias a la decisión y generosidad del señor Milberg.
En 1973 obtuve la licenciatura en literatura y lengua españolas en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México con la tesis sobre los escritos de Luis de Carvajal el Mozo. Con la publicación de los procesos de el Mozo que hizo el Archivo General de la Nación, y de la obra de don Alfonso Toro como menciono arriba, la autobiografía de el Mozo, la correspondencia secreta que éste redactó en las cárceles secretas del Santo Oficio en la ciudad de México después de su segunda aprehensión, y el testamento que firmó con el nombre de Joseph Lumbroso, su vida y la época en que vivió generaron interés en numerosos estudios y publicaciones.
Hoy en día y a raíz del reciente hallazgo, las Memorias siguen siendo tema de conversación y pretexto para más artículos. Si bien en su mayoría son estudios biográficos concebidos desde el punto de vista histórico y social, el enfoque de mi investigación fue estudiar a fondo la totalidad de la producción literaria de el Mozo y presentar a Carvajal como “uno de los representantes de la literatura sefardí que empezó a gestarse en los inicios de la Colonia”. ( La obra literaria de Luis de Carvajal el Mozo. UNAM, 1973 ).
La oportunidad de ver personalmente las Memorias en el museo en Nueva York no se dejó esperar. Demanda respeto saber que el manuscrito en la vitrina del museo es el testimonio de un judío que defendió su fe y declaró en su testamento, antes de ser quemado en la hoguera, ser “esclavo perpetuo del altísimo AD’___I”. Hay también regocijo porque -finalmente- el librillo robado regresa a sus justos dueños en la ciudad donde el Mozo o Joseph Lumbroso como firma al calce de su testamento, pasó de adolescente a convertirse en una personalidad dentro de la comunidad judía de su época.
Asimismo, la recuperación de las Memorias cuya transcripción leí y releí hace ya décadas, tiene especial significado para mí. Sin sonar a sentimentalismo cursi, ver el librito en el museo fue emotivo. El análisis que hice de su obra literaria fue al mismo tiempo instrumental para entender la evolución psicológica y emocional de el Mozo; de ahí que no sorprenda que mi visita a la exhibición de sus Memorias en el museo fuera como el reencuentro con un viejo amigo o familiar a quien uno conoce íntimamente.
NOTA
Recién tropecé por azar con un par de artículos sobre Carvajal y su obra que tienen extraordinaria semejanza con mis textos sobre el tema. Pero antes de adelantarme a hacer juicios y escribir al respecto, haré las investigaciones de rigor.
Artículos Relacionados:
Inauguran la muestra temporal "El Manuscrito Carvajal. El re...
Entregan manuscritos de Luis de Carvajal a México
Vuelve a México el manuscrito de Luis de Carvajal “el Mozo”
Luis de Carvajal El Mozo. Sus memorias, correspondencia y su...