De todos los rabinos que he conocido en mi vida, incluyendo a los que nos visitan en México de gran renombre, uno de los más grandes en cuanto a sabiduría y trascendencia fue el Rabino Salvador Hilu (Z’L)
Además de haber sido el director rabínico de la Comunidad Monte Sinaí y maestro del colegio homónimo por más de cuatro décadas, el Rabino Salvador Hilu era el supervisor de la carne Kosher, ya que él era el “Mohel” o matarife; fue un gran admirador y jugador de béisbol profesional, y era un hombre verdaderamente bueno, pacificador, conocedor de las leyes de la Torah y de la Historia del Pueblo Judío en la que siempre basó su ecuanimidad, y al igual que todos los rabinos de esa época, trataba de evitar los divorcios innecesarios.
La voz del Rabino Salvador Hilu era muy tranquilizadora, hablaba lento y pausado y nunca alzaba su volumen sin razón, fue un gran orador y un extraordinario líder comunitario, los que lo conocieron lo saben.
Dejó un antecedente histórico muy estabilizador después de casarse con su mujer que pertenece a la Comunidad Maguen David con la que en esa época existían conflictos más existenciales que reales con su alma mater Monte Sinaí.
Uno de los pasajes bíblicos que más recuerdo que mencionaba el Rabino Salvador en sus clases era el del ahogamiento del ejército egipcio, el más poderoso de la Historia, en el Mar Rojo, después de la salida de nuestro pueblo de Egipto guiados por Moisés, y como durante esa tragedia el faraón al estarse ahogando llegó a decir la frase: “Mi jamoja..” por el agua que empezó a tragar, y como en ese momento Dios lo rescató para que pudiera decir: “Mi camoja”, el hombre más poderoso de su época llegó a decirle a Dios: “Quién como tú entre todas las deidades” y lo que preguntaba el rabino Salvador a sus alumnos muy intrigantemente, incluyéndome, era el porqué Dios también salvó al caballo del faraón, pasaje que rezamos todos los días en el capítulo bíblico que inicia como “Az yashir Moshe..”
Creo que hasta hoy, nadie pudo resolver esa pregunta…
El Rabino Salvador Hilu es, ha sido, y será, un ejemplo a seguir, por pequeños, grandes, maestros, y otros rabinos, de México, y de todo el Mundo.
Él Rabino Hilu fue mi maestropara mi Bar mitzva hace 62 años, un señorón, me acuerdo mucho de él y su casa, lo seguiré recordando