El canal de noticias qatarí, Al-Jazeera, ha protagonizado lo que ya se denomina el “WikiLeaks palestino”. Sólo semanas después del auténtico boom que generó la organización presidida por el inmoral Julian Assange, publicando documentación oficial con información clasificada de Estados Unidos, Al-Jazeera emuló dicha acción llevada a cabo e hizo lo propio con documentación perteneciente a la Autoridad Palestina (AP). Los secretos revelados contienen información sobre las negociaciones de paz entre israelíes y palestinos desarrolladas en los últimos años, hasta el proceso Annapolis inclusive (se estiman unos 1700 documentos). El acontecimiento es reciente y el aire en el tenso ambiente aún se respira caliente a la espera de mayores repercusiones.
“Si, los documentos fueron robados de las computadoras de la oficina del Departamento de Negociaciones de la OLP”: el reconocimiento del origen de la información pertenece a Saeb Erekat, negociador en jefe palestino, según lo anunciado en Aurora Digital. Erekat, que está contemplando la posibilidad de demandar a la cadena televisiva porque considera que las publicaciones son en parte falsas y descontextualizadas, no es el único dirigente palestino que ha tenido una enérgica reacción contra las filtraciones. El presidente de la AP, Mahmoud Abbas, se sumó a la atribución de falsedad de lo publicado por Al-Jazeera, agregando que era “una vergüenza” y que tomará acción al respecto, para lo cual aseguró: “Sabemos cómo hacer frente a sus programas”. Más aún, acorde a lo informado por la Agencia Judía de Noticias, cientos de partidarios de Fatah, el partido de gobierno, se manifestaron en el complejo presidencial Mukata, en Ramala, y quemaron retratos del emir de Qatar y banderas israelíes con el logo de Al-Jazeera.
Por otra parte, las filtraciones también han producido su obvio efecto en Israel, aunque a menor escala. Esto se debe a que los principales funcionarios israelíes implicados en las negociaciones reveladas (Ehud Olmert y Tzipi Livni) hoy no están en los cargos de gobierno que ocupaban por aquellas épocas (Primer Ministro y Ministro de Relaciones Exteriores, respectivamente), mas el riesgo de costo político de cara al futuro está intacto. Olmert comunicó, a través de su oficina, que lo filtrado es inexacto, mientras que de Livni se espera algún comentario más exhaustivo, puesto que sigue su campaña camino a las próximas elecciones.
¿Por qué tantas repercusiones? ¿Por qué tanto revuelo? Vamos por partes. Más allá de la obvia y lógica reacción política ante semejante acto revelador de información secreta sobre el proceso de paz más famoso (no por eso más conocido), promocionado (no por eso más entendido) y retumbante (no por eso menos silenciado) del mundo, hay que descubrir que muchos intereses están en juego, y quienes se creían firmes en sus posiciones y cargos, pueden perder por jaque mate.
Del lado palestino, dentro de lo revelado está la aceptación de Abbas de que es imposible el retorno de todos los refugiados palestinos a Israel: “No sería razonable esperar que Israel absorba cinco e incluso un millón de refugiados. Eso sería el fin del Estado de Israel”. A lo que le sigue un acuerdo para que regresasen solo 10000 refugiados en un lapso de una década, a razón de 1000 por año. De acuerdo a las cifras manejadas por la AP y la UNRWA (la agencia palestina de las Naciones Unidas para los refugiados palestinos) el número de refugiados asciende a 7 millones. Esto, claro está, contando no solo a los refugiados sino a sus descendientes, y a todas las personas que a los corruptos y mentirosos dirigentes de ambas instituciones se les ocurre agregar, convirtiendo la suma en un número fantasmagórico. Abbas sabe que Israel no acepta millones de refugiados por dos motivos: porque la demanda de derecho al retorno es injustificada y sin sustento legal, y porque como bien dice, dicha aceptación sería el final de Israel (implicaría la pérdida automática de la mayoría judía dentro de los límites del país lo que conllevaría luego a la pérdida del carácter judío del Estado). En sustento de lo expuesto, cabe agregar el análisis de Emmanuel Navon hecho para “Buscando la Verdad”: “Y mientras de la situación de los refugiados del mundo, excepto de los palestinos, se ocupaba el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (UNHCR), únicamente para los refugiados palestinos se creó una agencia especial y particular de la ONU, la UNWRA. La UNHCR define al refugiado como una persona que vive fuera del país de su nacionalidad (lo que invalidaría a aquellos que huyeron a otras zonas del Mandato) como consecuencia de una expulsión, por contra, la UNWRA extiende también esa definición a los descendientes de los refugiados”. Es decir, una doble definición discriminadora que les otorga un status preferencial a los refugiados palestinos por sobre los demás, ampliando el campo de consideración, complica más las cosas. Principalmente cuando durante tantos años los palestinos han hecho de este derecho al retorno (por no decir deseos de destruir a Israel) un arma política para abusos, ilegitimidades, ilícitos y chantajes. Por lo tanto, la aparente renuncia de la AP al derecho al retorno de los refugiados será vista por el público palestino como una traición contra uno de los principios más férreos de Abbas a la hora de negociar. El presidente de la AP teme ser visto como aquel que abandona a los refugiados de su pueblo tras haberles prometido insistentemente el regreso a su antiguo hogar; suficiente para ser nuevamente cuestionado en su cargo y pasible de expulsión por opositores o forzado a dimitir por consenso popular.
Del lado israelí, la propuesta de Olmert de aceptación de 10000 refugiados, aclara que es exclusivamente por razones humanitarias, y no por el derecho al retorno que solo es un slogan político vacío, sin bases jurídicas en el derecho internacional. Aurora Digital informa que la idea de Olmert, según la documentación, apuntaba a que Israel reconocería el sufrimiento de los refugiados palestinos pero no se haría responsable de ellos. Se exigía además que el acuerdo mencionara también el sufrimiento de los israelíes. La cifra de los 10000 refugiados constituye también un gesto de Olmert hacia la continuación del proceso (puesto que no retrocede de la anterior oferta sobre el tema hecha por Barak a Arafat en Camp David II, sino que la mantiene), y también como algo simbólico para darle en parte cabida al reclamo palestino, por más desprovisto de legalidad que fuera, en vistas del apoyo que la AP pudiera recibir de su pueblo, para fortalecer al supuesto socio de la paz. Sin embargo por lo que podemos constatar de su reacción ante las filtraciones, dirigentes palestinos sabían que a pesar del apoyo que se les pudiera brindar se jugaban el pellejo. Y Olmert, por más que hubiera fijado posición israelí y mantenido el número de refugiados relativamente bajo, sabía que 10000 palestinos más en Israel, con la descendencia numerosa que éstos pudieran tener guiándose por la tasa de natalidad árabe, y los peligros que implicaban la educación terrorista judeofóbica recibida en campos de deplorables condiciones, no dejaría contentos a vastos sectores de la sociedad israelí. Si bien podía considerarse un gesto camino hacia la paz, también es cierto que era abrir la puerta a los reclamos asentados en nada de los palestinos, lo que la experiencia ha demostrado que se utiliza como palanca para saltar a más reclamos, igualmente ilegales, infundados, y locos en ocasiones.
Otro tema destacado de las revelaciones es el territorial. La parte israelí encabezada por Tzipi Livni como jefa de diplomacia y negociación, según lo expuesto, ofreció un intercambio territorial: transferir las ciudades pobladas por árabes israelíes de Bartaa, Baka al Garbiye, Baka al Sharkiye, y Beit Safafa (esta última, se encuentra en parte de Jerusalén). La parte palestina, a su vez, aceptó que en Jerusalén, Israel se quedara con la soberanía en la mayoría de sus barrios judíos en la zona oriental. El Monte del Templo o la Explanada de las Mezquitas, quedaría a cuidado de un cuerpo internacional que garantizaría los derechos de los dos implicados.
De ser así, el acuerdo significaría grandes concesiones tanto de Israel como de la AP: Israel avanzaría hacia la división de Jerusalén, intercambiando algunos poblados y manteniendo soberanía en otros; y la AP renunciaría al reclamo de toda la parte oriental como futura capital palestina. Ambos renunciarían a tener a Jerusalén como capital única de su Estado, y ambos permitirían finalmente el ingreso de fuerzas internacionales a la Ciudad Santa: estarían integradas por Estados Unidos, Israel, la AP, Egipto y Jordania.
Del lado israelí pueden preverse reacciones desfavorables al esquema, con justas razones: Jerusalén es por ley e historia capital eterna e indivisible del pueblo judío, el gobierno judío es el único que ha asegurado la libertad de culto, y con la escisión de la ciudad el premio de la Guerra de los Seis Días (la reunificación) queda deshecho y la historia nacional escindida con ella. Esto sin mencionar las más que atendibles razones estratégicas y políticas que aconsejan no volver a dividir Jerusalén.
Del lado palestino, sería bajarse un escalón de sus reclamos de toda la parte oriental de la ciudad como capital del futuro Estado; y también sería ceder la Explanada de la Mezquita al control de un cuerpo internacional cuando en el pasado se llegó hasta fabricar y lanzar una Intifada en el nombre de Al-Aqsa para “protegerla”. Todo esto dando por sentado que negociar territorios y lograr un acuerdo definitivo implicaría de por sí, finalmente, sin marcha atrás, un reconocimiento expreso e inequívoco del Estado de Israel, y una renuncia definitiva al terrorismo; por más que los miembros de Fatah siguiesen quemando banderas, que los niños palestinos continuasen creciendo instruidos en el odio, y que Abbas en sus discursos en árabe dejase intacta la posibilidad de retomar la lucha armada si Israel no cediera a sus pretensiones.
Frente a dichos temas, la exposición de Livni y de los palestinos, buena o mala según ideologías políticas, es expresa y manifiesta; no pasará desapercibida.
A los acuerdos y enredos descriptos, hay que agregarle la dosis de fundamentalismo islámico siempre presente en los asuntos de Medio Oriente: aquí hace su entrada en escena Hamas. Sami Abu Zuhri, portavoz del grupo terrorista dominador de la Franja de Gaza, dijo que las documentaciones filtradas “son una clara evidencia de que la Autoridad Palestina coopera secretamente con la ocupación (en referencia a Israel, cuyo nombre no es mencionado para no reconocerlo) y refleja su papel para eliminar la justa causa palestina (que según su óptica es la conquista de toda Palestina, la destrucción de Israel y la aniquilación de los judíos)“. La enemistad de Hamas con Fatah (que se tradujo en hechos principalmente en la violenta expulsión del último por el primero de Gaza) es vieja, con divergencias ideológicas y de procederes políticos. Los fundamentalistas religiosos ya sabían de larga data acerca de la cooperación de la AP con Israel contra sus miembros, y para ellos es alta traición que una entidad árabe reconozca a Israel en “territorio islámico”, por lo que había conflictividad entre ambos grupos palestinos; pero ahora que los documentos apuntan a confirmar que la AP estaba dispuesta a hacer “concesiones sin precedentes” a Israel, la crisis se agravará y la pelea por la representatividad del pueblo palestino seguirá tensa. Hamas ya respondió una vez con un estallido de violencia frente a determinaciones de Fatah que no fueron de su agrado; la naturaleza islamista terrorista de la organización nos conduce a pensar que puede suceder lo mismo en cualquier momento.
No debe descartarse mayor participación de Hamas que la de meras protestas y amenazas en este asunto de las filtraciones. Al-Jazeera pertenece a Qatar, país aliado a Irán y Siria (que proveen de armamento y financiación a grupos terroristas como Hamas) y cuyo gobierno, liderado por el jeque Hamad bin Califa al-Thani (fundador del canal de televisión), ha demostrado amplia simpatía por la causa islamista (sostenida por Hamas, entre otros). Qatar ha permitido actividades de Hamas dentro de su territorio; los islamistas han establecido sucursales, llevado a cabo proyectos para que ingresen caudalosas inversiones destinadas al terrorismo, y recibido ayuda gubernamental directa de parte de al-Thani. Por lo tanto, se debe prestar especial atención a una más que posible vinculación entre Al-Jazeera y Hamas para perjudicar y desestabilizar a la AP, desviarla del itinerario político y desplazarla del mapa palestino. De esta forma Hamas podría lanzar su golpe en Judea y Samaria (Cisjordania), derrotar a Abbas y hacerse con la totalidad del liderazgo, siendo el único representante, y unificando a los palestinos bajo su tormentoso gobierno.
Quedarán en el aire, hasta que todo sea verdaderamente confirmado o desmentido, los mismos interrogantes de presencia infaltable cuando se trata de líderes palestinos con doble discurso. Si los informes muestran a Abbas y Erekat dispuestos a realizar concesiones y propuestas de acercamiento a Israel, ¿por qué tienen que salir tan desesperadamente a desmentirlos? ¿Es para salvar al proceso de paz? ¿O para salvarse a ellos mismos? En cualquier caso, la pregunta sería ¿salvarse de qué? Si son representantes de la voluntad de los palestinos, y están encaminándose en un proceso de paz ¿Acaso su reacción se debe a que en verdad los palestinos no quieren paz? ¿Por eso las posibles renuncias? ¿Porque están negociando con judíos secretamente cuando la gente no quiere que se negocie con judíos? Si un funcionario intenta tachar los informes por mentirosos, falsos, descontextualizados, no correspondientes con la realidad, para salvar su posición, tal vez es porque ese funcionario no está siguiendo los intereses del pueblo que lo quiere en esa posición. ¿Será que los representantes buscan seguir en el proceso de paz solo por su conveniencia política, no por el interés de sus representados? A lo mejor la reacción solo es un mecanismo de defensa activado por el miedo a que Hamas los ataque. A lo mejor es solo la lógica reacción de quien ha sido robado por infiltrados, y amenaza para que no le vuelva a suceder.
De cualquier modo, no hay que apresurarse. Las filtraciones pueden revelar un cambio de forma en el liderazgo palestino (que por algún motivo todavía no ameritaba hacerse público) y evidenciar distancia entre el “no” rotundo de Arafat a Barak, y la supuesta moderación filtrada de la AP. O pueden mostrar más de lo mismo, las viejas mentiras palestinas en las mesas de negociaciones y hablando en inglés, mientras preparan en el campo de batalla y hablando en árabe una campaña de terror. Se han revelado propuestas palestinas interesantes, pero prosiguen los rituales de quemas de banderas israelíes, los niños estudiando de los libros que comparan a los judíos con los puercos, las amenazas de volver a la lucha armada (terrorismo), la negativa a volver a la mesa de negociaciones directas, los discursos públicos intransigentes y las exigencias (hechas a la vista) maximalistas. Es decir, hacen falta muchos cambios de fondo. A lo que hay que sumarle la actual campaña mundial de la AP para el establecimiento unilateral del Estado Palestino y su reconocimiento por parte de los demás países.
En mi opinión esta movida palestina unilateral es el signo inequívoco de que no quieren volver a las mesas de negociaciones (por lo menos hasta que no estén nuevamente con la soga al cuello), que lo que debería ser el fruto final de un acuerdo lo quieren obtener sin ningún acuerdo, y que su intransigencia está igual de palpable que antes.
Si la AP hubiese llegado a demostrar verdaderas intenciones en los documentos de estos últimos tiempos filtrados, mucho se ha retrocedido desde entonces. Y nadie de la AP es demasiado confiable.
Fuentes:
http://www.federacionsionista.com.mx/index.php?option=com_content&task=view&id=8326&Itemid=33 – Fuente: Agencia Judía de Noticias
http://www.aurora-israel.co.il/articulos/israel/Diplomacia/34759/
http://www.aurora-israel.co.il/articulos/israel/Diplomacia/34758/
http://www.aurora-israel.co.il/articulos/israel/Diplomacia/34756/
http://www.aurora-israel.co.il/articulos/israel/Diplomacia/34742/
http://www.aurora-israel.co.il/articulos/israel/Diplomacia/34755/
http://www.aurora-israel.co.il/articulos/israel/Diplomacia/34747/
http://www.aurora-israel.co.il/articulos/israel/Diplomacia/34746/
http://jaimegorenstein.com/cephimo/213/4859-las-principales-falacias-fronteras-y-refugiados-.html – “Las principales falacias: fronteras y refugiados” – Emmanuel Navon
http://www.enlacejudio.com/2011/01/23/qatar-2022/ – ” Qatar 2022″ – Julián Schvindlerman
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