Subir a un autobús y sentarse donde uno quiere, si el lugar esta desocupado, es una pequeña expresión de libertad y dignidad. Pero esa decisión puede ser aterradora, realmente peligrosa, cuando esta prohibida tacita o legalmente.
En 1955, una mujer de color, Rosa Parks, arriesgó su vida en Alabama, Estados Unidos, cuando decidió sentarse en las filas delanteras de un camión que estaban reservadas para los blancos y rehusó sentarse en la parte trasera que era para los negros y ceder el lugar que ocupaba a un blanco. Con su acción torció la historia y ayudo a cambiar la faz de los Estados Unidos. Hoy, las personas de color se pueden sentar donde quieran y uno de ellos es el presidente de ese país.
En 2011, una estudiante universitaria, Tanya Rosenblit, arriesgo su integridad cuando decidió sentarse en la parte delantera de un camión reservada para hombres, nada la convenció de que debía sentarse atrás, entre las mujeres. El ultra ortodoxo que estaban en el camión le gritaron, gesticulando la insultaron en yiddish, se negaron a dejar que continuara el viaje, el conductor hizo lo único que le estaba permitido: detuvo el camión al lado del camino y llamó a la policía. Tampoco ellos pudieron convencer a la joven, no cambió su lugar y se convirtió en una heroína nacional en la causa contra la intransigencia, la arbitrariedad y la ilegalidad de la pretensión ultra ortodoxa de separar las mujeres de los hombres y confirmar su autoridad, su superioridad; los asientos delanteros son solo para ellos.
La semana pasada, otra mujer, Yojevet Horowitz, ultra ortodoxa, en las mismas circunstancias arriesgo mucho mas, actuar su protesta públicamente con su nombre y su retrato en los periódicos era como un acto suicida, podía ser aislada, reducida por el silencio a la no-entidad en su comunidad. Decidida, tomo el camión de Ashdod a Jerusalén y se dirigió a un lugar en la segunda fila al frente del vehículo, otra mujer trato de advertirle que estaba prohibido, de dirigirla a la parte de atrás, inútilmente.
Cuando arrancó el camión, un hombre vestido a la usanza de los hasidim de Gur, empezó a gritar desaforado: Mehadrin! Mehadrin! Las mujeres atrás! Meadrin es un término que se refiere a la observación de principios religiosos rigurosos, generalmente se usa para alimentos, pero en este caso aludía a la segregación por genero dentro del camión. Otro hasid le hizo señas murmurando shh, shh, pero continuó gritando, temblando de ira, “área de hombres”, “las mujeres atrás,’
Yojevet volteo a mirarlo y dijo con voz clara y segura: “¿Qué quiere decir área de hombres, una área geográfica? ¿Qué es Mehadrin? Habla de un etrog, de un lulav? -símbolos de la Fiesta de las Cabañas- En ninguna parte de la Ley esta escrito que un hombre no puede sentarse atrás de una mujer….lo que esta prohibido es humillar a los hijos y a las hijas de Israel”. El hombre consternado calló.
En una entrevista, Yojevet explico: Decirle a una mujer que se vaya a la parte de atrás de un camión y repetirlo como mantra “mujeres atrás’ es un insulto, un abuso…la expresión “atrás” es lo importante, la palabra muestra cuanto desdeñan los hombres a las mujeres… es una blasfemia enorme. La Torah prohíbe estrictamente esa clase de comportamiento, se llama “villanía al invocar la Torah”. Con las citas y las sentencias de los sabios, los hombres cubren su maldad, su odio a las mujeres, Ellas no conocen esos temas, no los han estudiado y no saben que es lo correcto.
No es la primera vez que le gritan a Yojevet y la maldicen en un camión, aun, la han amenazado con golpearla, a lo que ella contesta: “Tengo algo que perder, pero no tengo miedo porque digo la verdad. Y si alguien me acusa de blasfemar, le digo: estoy santificando el Nombre Sagrado. Hago esto para que la gente no diga que la Torah manda despreciar y humillar a las mujeres.”
La idea de segregar a los usuarios de los autobuses se origino en la comunidad hasidica del barrio ultra ortodoxo de Ashdod. Hace 20 anos había un servicio de coches entre Jerusalén y Ashdod, los pasajeros mas frecuentes eran hasidim Gur. Cuando los hombres se rehusaron a sentarse junto a mujeres, la empresa inicio los viajes solo para hombres o solo para mujeres. Después, las líneas de autobuses empezaron a ofrecer los mismos servicios, separando los espacios dentro de los camiones.
En enero, el juez Elyakim Rubinstein de la Suprema Corte de Justicia estableció que la segregación obligatoria era ilegal, pero dejo la puerta abierta para la segregación voluntaria. Hoy hay como cuarenta líneas segregadas con diferentes rutas. Nadie de la comunidad ultra ortodoxa se había atrevido a decir que la segregación es un síntoma de extremismo creciente o que sea discriminatoria o humillante para las mujeres. Las mujeres nunca habían protestado y cuando les preguntaron que sentían al ser dirigidas a “atrás”, Muchas hasta declararon su apoyo sin reservas porque así se sentían más seguras, a salvo de experiencias desagradables y, como dicen los rabinos, podían amamantar a sus hijos tranquilamente.
La valiente Yojevet piensa de otra manera, le preocupa la influencia de la segregación en los jóvenes, quienes aprenden que son los Señores que se sientan adelante, que es posible despreciar a las mujeres. “Yo fui educada en un sistema escolar ultra ortodoxo para niñas, Beit Yaacov, pero tengo otra perspectiva y, en especial, no soporto la injusticia. Me convertí en feminista cuando fui testigo de la opresión de las mujeres. Si no hay quien proteste, yo protesto, actuó porque no resisto ver otras mujeres humilladas. Han sido educadas para existir con los ojos cerrados. No tengo, Dios no lo permita, ningún interés ser provocadora. Pero espero que lo sucedido hoy, se repita cada día, primero una mujer se sentara al frente, después otra y otra, gradualmente todo volverá a la normalidad y las personas aprenderán a referirse a las mujeres con respeto.
En Jerusalén hubo una manifestación de 300 personas que marcharon en contra de la segregación, de la discriminación de mujeres y el ultimo viernes, en Tel Aviv, cientos de personas de todas las corrientes políticas se encontraron en la Cinemateca para darle voz a su protesta, organizadas por el grupo feminista Wepower.
Netanyahu, sintiendo la agresión de la segregación por los extremistas de la comunidad de ultra ortodoxos, se reunirá con ministros del partido ultra ortodoxo, Shas y rabinos prominentes para revisa los últimos acontecimiento. El encabezado de un periódico dice: El Primer Ministro urge a los políticos ultra ortodoxos a prevenir la segregación por género.
El sábado por la noche Netanayahu anuncio: “No permitiremos que grupos extremistas actúen contra los derechos de las mujeres en lugares públicos que deben permanecer abiertos para todos.”
También le pidió al procurador general, Weinstein, que determinara si las leyes contra la segregación de mujeres eran implementadas por las municipalidades, si los letreros en las calles, ordenando a las mujeres caminar por la banqueta destinada solo para ellas. Eran legales y actuar en consecuencia.
Adina Bar-Shalom, hija del líder espiritual de Shas, Rab Ovadia Josef, declaro: “Cuando Dios dijo: ‘No es bueno que el hombre este solo’ y le hizo una compañera, su intención no fue la segregación.”
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