Después del artículo de Remedios Varo seguiremos hablando de este gran artista surrealista que fue Salvador Dalí. Su nombre era Felipe Jacinto Dalí Doménech y nació en Figueras, España el 11 de mayo de 1904. Su padre, un notario de buena posición costeó sus estudios de 1921 a 1926 en la Escuela Nacional de Bellas Artes en San Fernando, en ese tiempo conoció y mantuvo una gran amistad con el poeta Federico García Lorca y el cineasta Luis Buñuel, con los que llevó a cabo numerosos proyectos artísticos.
En esa época Dalí asimiló cantidad de estilos y teorías sobre el arte, sobre todos los académicos y románticos del siglo XIX, influencias del cubismo, el futurismo y pintores italianos del siglo XX, como Giorgio de Chirico y Carlo Carrá.
En 1929 Dalí se unió a los pintores surrealistas de París, y se convirtió en uno de los líderes del movimiento y el expositor más importante de esta corriente.
La intención de sus cuadros era recrear imágenes sugeridas por sueños y alucinaciones como “Los Placeres Iluminados”, “El Sueño”, “Los relojes blandos” que se encuentran en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.
La religión y la historia ocuparon la temática de buena parte de sus obras en los años cincuentas y sesentas, como “Cristo de San Juan de la Cruz”, “El Descubrimiento de América por Cristóbal Colón” y la “Última Cena”.
Pero toda su vida cambió en 1929 cuando Dalí conoció a Gala Eluard, casada con el poeta francés Paúl Eluard, quienes fueron a visitarlo a Portligat cerca de Cadaqués, durante la corta estancia Gala y Dalí se enamoraron y decidieron no separarse nunca más. A partir de entonces Gala se convirtió en su modelo, musa y compañera inseparable de este famoso artista del siglo XX.
Además de pintor, Dalí fue diseñador escenógrafo y escultor, creó ballets y escenografías, también diseñó ropa, estampados, muebles, joyería y porcelanas, realizó escenografías para películas surrealistas como “Un perro andaluz” y “La edad de oro”, dirigidas por Luis Buñuel, como escritor produjo “La mujer invisible”, “Caras ocultas” y su autobiografía “La vida secreta de Salvador Dalí”.
En 1982 la muerte de Gala dejó a Dalí en una gran soledad y depresión, vivió en el Castillo de Pubol que había dado a Gala; murió el 23 de enero de 1989 y fue enterrado en el Teatro Museo de Dalí.
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