El testimonio contado en primera persona conmovió a cada uno de los jóvenes presentes. Si bien su vida fue difícil, recalcó que ella optó por la vida y que hoy vive todo con mucha intensidad. Jóvenes de Nuevas Generaciones mantuvieron un encuentro con Sara Rus, sobreviviente de la Shoa, madre de un hijo desaparecido en la dictadura militar argentina y activista por los Derechos Humanos.
Sara sobrevivió a los campos de exterminio Nazi junto a su madre, a quien salvo en muchas ocasiones porque se encontraba sin fuerzas. Durante la guerra conoció al que luego fue su marido, Bernardo Rus. Al terminar la guerra se pudieron reencontrar en Polonia, sobre lo que Sara expresó: “en el gueto también había lugar para el amor”.
En el año 1948 viajaron a Paraguay porque los judíos de Europa tenían prohibido por el gobierno ingresar a la Argentina. Por varios medios intentó llegar a Buenos Aires, en donde tenía familia, hasta que lo consiguió. Tuvo dos hijos, Daniel, quien fue secuestrado durante el gobierno militar y Natalia. “A los judíos les daban más golpes y les hacían más torturas que al resto, los militares eran los nazis argentinos”, expresó Sara.
Al terminar su relato, le dijo a los jóvenes que “si se puede solucionar, no hay que sufrir por eso” y dejó en el aire un sentimiento de fuerza y de integridad que dobló el compromiso de los jóvenes para retransmitir estas historias a la generaciones futuras para que no vuelva a ocurrir. Luego, Javier Mutal, tesorero del CJL le entregó un reconocimiento por su lucha.
Durante el encuentro también estuvo Guillermo Lipis, periodista que entrevistó a Sara e numerosas oportunidades y que actualmente se encuentra realizando un documental sobre su vida.
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