“Se judío en la calle, árabe en tu casa”

Imaginen lo que siente hoy un ciudadano árabe en Israel: tan solo terror y desesperación. Ningún judío hoy en el mundo, ni en la “antisemita” Francia y probablemente ni en la satánica Irán, viviría en una situación análoga de miedo, privaciones, ostracismo. Si como árabe caminas por las calles de Tel Aviv estarás mirando a tu alrededor con miedo y humillación. En Jerusalén podrías además ser baleado. En Afula serás quizá expulsado. Mejor no hables en tu idioma materno, y es muy poco aconsejable vestirte como un árabe. Debes ser un judío en la calle y un árabe solo en tu hogar.

Mejor que todo, es aconsejable quedarse en tu casa. Pero recuerda que tu casa puede ser allanada por la policía (ya que podrías estar ocultando a un hipotético terrorista con tal que figures en la lista de los servicios de seguridad). ¿Quieres escaparte de todo por un tiempo e irte al extranjero? Recuerda como serás humillado en el Aeropuerto Ben Gurión. Y al retorno ya ha pasado que te bajen del vuelo, por las protestas de los pasajeros enfurecidos. Quizá pronto se implementen vuelos exclusivos para judíos.

Tu vives en este país bajo un régimen de “probation”. Las autoridades no te ayudarán. Los jueces te discriminarán, como asimismo los presupuestos gubernamentales. El Parlamento (la Knesset) es racista, y los medios de comunicación son ultranacionalistas. Las expresiones de solidaridad de judíos se están volviendo cada vez mas esporádicas. Hasta en la tan liberal Ramat Aviv te será difícil trabajar de albañil sin sentir miedo. Puedes construir sus casas, limpiar sus calles, transportar sus residuos, llevar sus encomiendas, pero no seas un árabe, por favor.

Todo justamente esto ha pasado cuando una generación árabe ha crecido tratando de integrarse en un estado judío democrático, en el que han nacido quizá contra su voluntad. Pero trataron de integrarse, y la respuesta israelí fue Netaniahu. ¿Quisiste trabajar de farmacéutico en Superpharm, hablar en el nuevo dialecto que mezcla árabe y hebreo, leer el diario Yediot Ahronot y mirar Canal 2? Pues nada de eso te ayudará, en absoluto.

Pero paradójicamente la clave para salvar la democracia esta en las manos de esta pisoteada minoría. Si los ciudadanos palestinos de Israel, los “israelíes árabes”, deciden rendirse, el destino de la democracia israelí puede ser la destrucción. Cuanto los árabes mas se sometan mas serán pisoteados, y la democracia en Israel será pisoteada junto con ellos. No será salvada por la mayoría judía – quienes son en gran parte indiferentes al destino de la democracia y hasta algunos la ven como un peligro – sino quizá por esta minoría cuya lucha por la democracia es a su vez la lucha por sus hogar y su destino.

Su misión es casi imposible. La sociedad judía esta hoy asustada, es violenta, está llena de odio y arrogancia. La campaña de incitación, intimidación y odio ha realizado su trabajo. Un solo terrorista viniendo de Cisjordania puede hacerlos estallar. Israelíes que definen a los extremistas colonos tan solo como “lobos solitarios” consideran empero a la totalidad de la comunidad árabe como una quinta columna. Por eso le pedimos a los árabes: no debes quedarte en silencio. Jamás debes agachar la cabeza como pretenden que hagas.

Desde ya esto es fácil de predicar, pero muy difícil de hacer. Es un enorme trabajo cuando existe tan poca ayuda judía. Las autoridades y la mayoría judía están en contra tuya, ya que eres un árabe. Pero sobre tus hombros recae la responsabilidad: si o no a la democracia, a la solución de dos estados para dos pueblos viviendo en paz lado a lado. Hoy en la sociedad judía no existen fuerzas significativas que puedan ayudarte, aunque lo intenten. Han sido demasiado golpeadas. El camino es muy largo, pero la dirección es clara: nunca rendirse. Una prometedora lista unitaria árabe está operando en la Knesset, pero los demás parlamentarios la excluyen. Uds. no deben callarse tampoco sobre eso, Despierten, árabes, ya que nada será mejor que tal despertar para los propios judíos.