Secuestrado es el nombre de la película italiana estrenada en mayo y premiada con siete ‘Listones de Plata’, el premio máximo de la cinematografía italiana, uno de ellos a la mejor película de este ano. Ya Steven Spilberg había anunciado en 2016 que haría una película basada en ese hecho, pero se quedo en el script, fue el veterano director italiano, Marco Belliocho, quien, basado en el libro Il caso Montara de Danele Scalise puso el drama en la pantalla grande y en las noticias por los premios merecidos. – Reportado por A. Momigilano en Haaretz.-
El secuestrado, Edgardo Montara nació en Bologna, Estados del Papado, en1851, donde los judíos eran mantenidos al margen de la sociedad y les estaba prohibido tener sirvientes católicos, los Montara eran parte de la clase media y tenían un nana cristiana que cuidaba al niño. A los dos años enfermo gravemente y la nana lo bautizo secretamente temerosa de que estaba por morir y que iría al limbo como los judíos. Inesperadamente el niño sano y la nana le platico a una amiga lo que había hecho. De manera menos inesperada la historia fue repetida muchas veces y las autoridades locales de la Inquisición se enteraron de que Edgardo había sido bautizado por la Iglesia y las leyes de la Iglesia prohibían estrictamente a los no católicos educar a niños católicos. Edgardo debía ser separado de su familia inmediatamente.
La noche del 23 de junio de 1858 se presentó la policía papal inquisitorial en casa de los Montara y les notifico que se llevarían a su hijo y les daban 24 horas para despedirse.
Edgardo fue llevado a un Convento, allí creció y llego a ser sacerdote, vivió fuera de Italia y murió en Bélgica en marzo de 1942.
La película cuenta la historia desde el punto de vista de los padres, empieza con el secuestro y continua décadas más tarde con la muerte de la madre, Marianna, una mujer fuerte y herida, los personajes principales son: la madre, el niño y el Papa Pio IX, el villano, quien al final tiene un sueño en el que es circuncidado por un grupo de rabinos enojados. Pero también presenta matices, el Papa desarrolla un afecto sincero y problemático por Edgardo y parece convencido de que sus acciones son por el bien del niño, eventualmente, Edgardo también siente afecto por el Papa como si fuera una madre subsistuta.
La película fue muy bien acogida por la prensa, de manera diferente y tan notable por la ira de católicos tradicionalistas que, por lo menos en Italia, admiran profundamente al Papa Pio IX que gobernó como monarca hasta que llego a Roma la ley laica. La prensa católica tuvo una reacción ambivalente juzgando a Blechio por acusar al catolicismo y no solo al Papa, La revista Tempi lo acuso de hacer propaganda anti católica. El periódico del Vaticano publico una crítica positiva: mantuvo que aunque el bautismo había sido impuesto, Edgardo conservo la fe católica libremente como adulto y lamento que la película lo ignorara.
El rabino principal de Roma, Riccardo Di Signe, dijo: algunas personas interpretaron la película como un “ataque a la Iglesia, en lugar de un ataque al peor comportamiento de la iglesia y reaccionaron agresivamente, “sin embargo, a un lado de algunos ataques, el debate en torno a la película demuestra que el mundo católico ha desarrollado un enfoque más maduro,”
Hubo protestas públicas de las comunidades judías en diferentes lugares del mundo cuando se supo lo ocurrido con Edgardo, Judíos destacadas pidieron que fuera regresado a su familia, El papa Pio IX que instituyo la doctrina de la infalibilidad papal, se negó. La publicidad internacional del caso Montara contribuyo al fin de los Estados Papales: convenció a Napoleón III de que debía romper su alianza con el Papa y unirse a los nacionalistas italianos.
El historiadora Mariana Caffiero lo explica en su libro, “la conversión forzada de los judíos era común en toda Europa durante siglos…cuando ocurrió el caso Montara, las cosas empezaban a cambiar, fue un momento de transformación, cuando los judíos empezaban a disfrutar de derechos civiles por primera vez en muchos países….mientras los Estados Papales se aferraban a sus viejos ideales, el caso se convirtió en un símbolo de la Iglesia contra la Modernidad. Pero también era la punta del iceberg de una historia mucho más larga de persecución judía.”
El Vaticano renuncio oficialmente a la práctica de intentar activamente convertir a los judíos. Pero Caffiero cita el caso Finaly de Robert y Gerald hermanos franceses que fueron rescatados del Holocausto en una institución católica y fueron bautizados. Sus padres fueron asesinados en Auschwitz, al terminar la guerra sus familiares pidieron el retorno de los niños a la familia, el clero francés se rehusó, tenía una directiva de 1946 que exigía que los niños que hubieran sido bautizados no debían ser pasados a instituciones que no garanticen su desarrollo católico.
El crítico de películas del Guardian, concluye: ” Esta pelicula ya parece ser un film clásico.”
Artículos Relacionados:
5 de febrero de 1878 || Nace André Gustave Citroën, el hombr...
Legado judío en la Quinta Avenida
Nunca fui mejor sujeto que cuando he predicado
Juguetes sin tiempo