En el antiguo Egipto existía un semi dios llamado Seth. Era el dios del caos. Antes, todo era un caos. (Yo creo que esa teoría es más bien filosófica y refiere al caos mental. Eso es lógico pues no puede haber orden mientras existan varias deidades, al igual que es imposible el orden habiendo varios jefes. Y digo que es filosófico porque no aplica a varias personas o deidades nada más, sino a una misma persona con tantos pensamientos influenciados por intereses que carece de una decisión correcta. Ese es el verdadero caos.)
Los egipcios, en busca de la tranquilidad para sus cosechas, han diseñado complejos calendarios en forma de círculos de piedra en medio del Sahara. Ese desierto, sin pertenecer al territorio egipcio, fue el lugar propicio para los descubrimientos climáticos, a grado tal que nuestro calendario, ahora gregoriano, se basa en 4 etapas de 3 meses cada uno. Este sistema es basado en aquellos calendarios que se dividían en 3 etapas de 4 meses cada uno indicando las estaciones para así prevenir desastres, sequía y hambre.
Seth, que quería volver a imponer el caos reinante desde antaño, ha tenido que luchar mucho para que su final sea infeliz y caótico.
Lo curioso es que el mismo Seth debía tener orden para lograr imponer el caos.
Insisto que la guerra la ganó Seth sin saberlo. Hoy es todo un caos, tanto en mi visión filosófica como en muchos aspectos más.
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