Una perfomance imponente de arte teatral entrelazadas a paisajes encantados que nos dejan sin respiro, cuyas evocaciones nos describen leyendas declamadas en una extraordinaria coreografía junto a la dimensión de conducirnos por el tiempo, actuada con una profesionalidad perfecta, sincronizadas por el encanto de la danza clásica, donde la expresión la dan los jóvenes componentes del grupo Shen Yun. Son 5000 años, de cultura, de la historia de China, delineados y representados como fulgurantes espacios temporales en el palco escénico. Elementos, apoyados de una coordinación de trabajo, tanto dentro como fuera del mundo escénico como el Han Fu vestuario usado por los integrantes, vestimenta tradicional que tuvo cambiamientos según las diversas dinastías. Con Shen Yun, es presenciar una obra de la China milenaria con brisas de vientos modernos asimismo autóctonos ya que por medio de la danza, canto, baile, música han estado anexadas para invitar al espectador a que descubra la verdadera esencia de esta nación. Esplendorosas serán las montañas que aparecen como esfumaturas mágicas entre las nubes, que condensa el movimiento de los actores, y resumen los instantes de jolgorio de las aves. En el palco escénico se distingue la tradición entrelazada a la modernidad de hoy, expuesta musicalmente en el devenir. Para los nativos de las Americas, rostros, cuerpos de los bailarines, semejantes en apariencia física a los habitantes de esta gran nación. No en vano nos sumergimos en esa filosofía-arte que es la caligrafía china, aportada por miles de símbolos integrantes de una tradición ancestral adonde el baile de Shen Yun lo propone entre expresiones que nos concede el movimiento, con variaciones sutiles aportando reflexión y espiritualidad, no obstante nos trae a la memoria los vuelos, esos saltos de artes marciales aquellos hechizados por la naturaleza. China renace ligada al ser de un pueblo, con el aporte manifestado en el arte vivo. Es la comunicación, no solo de creatividad todavía de una sabiduría simbólica hacia el espectador siendo sumergido en un universo de colorido auténticamente e históricamente arraigado. Será la nación asiática que impregna sus colores singulares, donde la armonía es encontrar a la gente, su historia, su cultura, sus usanzas, mas por sobretodo hacer participe a un público presente de emociones.
Como no enamorarse de China, al disfrutar de Shen Yun, personajes, actores, cantantes, escenógrafos, músicos, guionistas, todos profesionales con un espíritu de embajadores ante el mundo de lo que es la nueva China, del expansivo territorio, con su arte, su colorido, su esencia y su gran pasado.
Shen Yun esta siendo el puente entre oriente y occidente, ya no hay un preámbulo hay un llamado a unir el mundo con el Arte.
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