Al conmemorar hoy en doloroso recordatorio a las víctimas inocentes de la matanza más horrenda de la historia por haber sido cínicamente programada con los descubrimientos entonces más adelantados de la ciencia y de la tecnología, vertemos nuestras lágrimas por seis millones de judíos, entre ellos un millón y medio de niños cuya vida fue cegada en flor, diez millones de rusos, tres millones de polacos y miles de alemanes y europeos adversarios del régimen nazi que fueron sádicamente vejados, humillados y torturados antes de perecer en los inmundos campos de exterminio de Hitler y de sus secuaces.
A pesar de su reducido número, los judíos han dado al mundo extraordinarios descubrimientos científicos y médicos amén de una elevada filosofía. Además de Einstein, en cuyo nombre la comunidad judía mexicana ofreció a esta capital en 1950 uno de los planteles más importantes de enseñanza secundaria, sólo mencionaré a los doctores Salk y Sabin, cuyas vacunas eliminaron la pesadilla de la parálisis infantil para tantos millones de niños en el mundo. Compartimos nuestros descubrimientos en forma universal con nuestros amigos y también con nuestros enemigos.
Nuestra religión no pretende ser superior a ninguna. Respetamos todos los credos y pedimos respeto para el nuestro, cuyos principios nos exigen, entre otras cosas, proteger a los desamparados y esforzarnos para que haya más justicia y menos dolor en este planeta.
Una de las lecciones del Holocausto es que para la extensión del crimen y de la maldad, basta que la gente correcta tenga una actitud pasiva. Por este motivo, todos los sobrevivientes expresamos nuestra eterna gratitud a los excepcionales justos entre las naciones, quienes arriesgaron su bienestar, su carrera y a menudo su vida para salvar a miles de perseguidos judíos y cristianos que les manifiestan hoy este reconocimiento.
Mi familia y nuestros descendientes expresamos nuestro infinito agradecimiento al Lic. Gilberto Bosques, Cónsul de México en Marsella en 1941, quién nos salvó, así como a miles de perseguidos cristianos y judíos de una muerte premeditada en los campos de exterminio y queremos rendirle aquí el merecidísimo homenaje que le corresponde como héroe salvador de la humanidad.
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