Queremos seguir siendo un Estado Judío y democrático.
- Lamentablemente viven aquí dos pueblos que se disputan este territorio. Ello es una realidad geopolítica innegable.
- La supremacía israelí se debe a la visión sionista y a la capacidad del pueblo judío de implementar dicha visión con el mayor de los éxitos. Ello, en parte, gracias a la actuación errónea de los palestinos y sus hermanos árabes, a su falta de visión, su fanatismo, su agresividad, su intolerancia religiosa y sus regímenes corruptos.
- Hay que reconocer que como en todas las guerras, también en la guerra de independencia de Israel, y las que le siguieron, los palestinos como perdedores fueron las víctimas. Victimas por su propia culpa, pero víctimas.
- Los colonizadores de los territorios ocupados, en nombre del derecho Divino, han incurrido en la apropiación ilícita de tierras, destrucción de olivares, inscripciones insultantes en paredes de mezquitas (incluso intentos de quemarlas) y un sinfín de vejaciones y agresiones contra la población local (aún contrariando pronunciamientos de Suprema Corte de Israel).
- En el siglo XXI no se puede usurpar los derechos naturales de un pueblo y suponer que el mundo civilizado “se haga la vista gorda”. Israel con toda su fortaleza y auto- seguridad no puede sobrevivir sin el reconocimiento, legitimación y apoyo del mundo occidental desarrollado (sobre todo de USA y Europa).
- Si aspiramos a ser país democrático no podemos tener distintas categorías de ciudadanos, sin igualdad de derechos. (Esto ya se experimentó en África del Sur).
- Si no lograremos la separación de los dos estados, que estos vivan en vecindad pacifica. Si Israel por su parte decide apropiarse de los territorios ocupados (o anexarlos) afín de cuentas terminará transformandose en un estado binacional. Asimismo perderá, ya sea su carácter de Estado Judío o su carácter de país democrático. En un futuro no lejano se creará una situación irreversible, en la cual el crecimiento demográfico de la población árabe nos convertirá en una minoría.
- Las colonias en los territorios ocupados son nuestra desgracia. La absoluta mayoría de su población es extremista, una peligrosa mezcla de fanatismo religioso-nacionalista. Ellos se ven ejecutores de la justicia divina que conduce a la Redención (Gueula). Continuamente agreden al sistema judicial civil e independiente del país. Entre ellos hay quienes aspiran al establecimiento de un estado teocrático, regido por las leyes de la ortodoxia religiosa. Algunos aspiran a la construcción de un “Tercer Templo” (sobre las ruinas de la Mezquita El Aqza) para así poder renovar el rito de los sacrificios tal como lo indica la Thora.
- No se puede negar la existencia del pueblo palestino (aún cuando su autodefinición fuera reciente, en el siglo XX). Suman varios millones de seres humanos con su cultura y religión. Actualmente tienen derecho a aspirar a su independencia.
- La solución del conflicto no es fácil. Pero esta debe ser nuestra meta. El tiempo no trabaja en nuestro favor. Hay que ser realista, buscar negociar un arreglo pacífico, sin descuidar nuestra seguridad, ni nuestra supremacía militar y estratégica. Igualmente y de esta manera, hay promover nuestras relaciones con los países del mundo libre y frenar el proceso de aislamiento en el fuero internacional, al cual estamos cada vez más expuestos.
(Veo en este un primer mensaje al que me obliga mi conciencia y mi amor hacia una Israel tal como el movimiento sionista la ha imaginado).
Josef Singer
por los siglos de los siglos …… Amén