Ubicado en el borde de un acantilado a 1,000 pies sobre el nivel del mar, Belmond Hotel Caruso es mucho más que un hotel; es un portal de lujo, sofisticación y refinamiento a las maravillas de la costa Amalfitana.
El hotel fue construido originalmente por una familia adinerada que naufragó en su viaje a Constantinopla; por eso se llamaba el Palazzo d’Afflitto, el Palacio de los Afligidos. Hoy en día, el nombre no podría estar más lejos de la verdad. Este antiguo palacio del siglo XI nos sumerge en un lujo sofisticado y autentico.
Desde el azul infinito de la piscina de borde infinito hasta los arcos antiguos del bar atmosférico, cada detalle me deja sin aliento, recordándome constantemente que me encuentro en un lugar sin igual sobrevolando el mar Tirreno. Sus pasillos de mármol conducen a habitaciones repletas de antigüedades y pinturas de antiguos y reconocidos artistas.
A unos minutos de la fascinante “ciudad de la música” Ravello, pasando por limoneros y vides de olivos, el hotel es un portal para explorar esta hermosa costa. Esta joya de la costa Amalfitana es el mágico resultado de la unión de belleza natural, excelencia hotelera y el amor por la ‘dolce vita’ italiana.
Al caer la noche, el chef Mimmo di Raffaele inyecta un toque moderno en los platos italianos tradicionales en el restaurante Belvedere: cada creación utiliza productos locales de clase mundial. Con el aroma de las flores de la costa en la brisa, nos sentamos en una terraza llena de la luz de la luna y embarcamos en un viaje culinario, desde un tierno carpacho hasta un refrescante sorbete.
Antes de pasar al restaurante nos espera el clásico y atmosférico Piano Bar, donde podemos disfrutar de cócteles innovadores, vinos, champán y prosecco local. Aquí el ambiente nos seduce y nos vuelve parte de un estilo de vida fascinante.
Sentado en un trono de piedra caliza en el tranquilo pináculo de Ravello, Belmond Hotel Caruso cuenta con todos los lujos que cualquiera pueda desear. En el interior, las 50 habitaciones han sido cuidadosamente restauradas a su antigua gloria napolitana: pisos de terracota hechos a mano y paredes amarillas de Nápoles adornadas con antigüedades neoclásicas, flores frescas e impresionantes vistas de la costa completan la experiencia.
Un refugio paradisíaco entre el mar y el cielo, esta joya reabrirá sus puertas el 1 de abril 2021 para llevarnos de la mano a vivir experiencias únicas y memorables en uno de los destinos más bellos de toda Italia.
Artículos Relacionados:
Hervás: una judería y muchas sorpresas
Ferrara, colocación de los 15 primeros adoquines dedicados a...
Vinos, Viajes y Otros Placeres: Un Viaje al Alma de Francia,...
Florencia elige a la primera mujer y primera judía como alca...