Uno de los preceptos más importantes de la religión judía, es, sin lugar a dudas, la educación de los hijos por parte de sus padres, es una ley que se encuentra en el primer párrafo del rezo judío más significativo que es el “Shema Israel”, y es la principal razón por la que todos los años celebramos la cena o Seder de Pesaj: para contarle a los hijos sobre la salida del Pueblo de Israel de Egipto y la terminación de toda una época de esclavitud y sometimiento.
Por eso Teraj, el padre de Abraham, al educarlo, es quizá uno de los hombres más sabios de toda la Historia Judía.
Teraj sabía, desde que nació su hijo Abram, que después fue nombrado por Dios: Abraham, que sería un gran hombre, hubo señales celestiales sobrenaturales ese día que nació el patriarca del Pueblo Judío y del Pueblo árabe: Abraham, en la Ciudad de Ur, en la Mesopotamia que dominaba el Rey Nimrod.
Por eso Teraj tuvo esa actitud con su hijo Abraham, a la vez desafiante y sobreprotectora, sobre todo el día que le encargó su tienda de ídolos, al parecer cuando Abraham cumplió 13 años, y de ahí surgió la costumbre de celebrar la fiesta de Bar Mitzvah a esa edad; Teraj sabía que su hijo Abraham destruiría todos los ídolos de su tienda el día que se quedó sólo de encargado, menos uno, el de mayor tamaño, Teraj también sabía que Abraham ya creía en un sólo Dios desde que era muy pequeño, y de alguna manera, Teraj también sabía, proféticamente, que Dios le pediría a su hijo querido que abandonara Mesopotamia, haciéndolo con una de las frases más significativas de toda la Torah (primeros 5 libros del antiguo Testamento de la Biblia): “Lej lejá” (Vete hacia tí), por eso Teraj acompañó a Abraham su hijo cuando abandonaron Mesopotamia y se encaminaron juntos hacía la Tierra de Israel que Dios le prometió a Abraham y a todos sus descendientes, y por ende, a la descendencia de su padre Teraj, que somos nosotros.
El nombre de Teraj, como el de todos los grandes hombres de la Torah, se encuentra escrito 2 veces consecutivas, en el libro Bereshit (Génesis), en la segunda perashá (capítulo), que lleva por título: “Noaj” (Noé): en el capítulo 11 y en el versículo 27.
Nota agregada: Se sabe, por análisis histórico, que Teraj conoció personalmente a Noé, y convivieron.
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