Tiempos difíciles

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La primera señal de que algo no estaba bien fue el domingo 7 de agosto, en Londres donde estábamos mi esposa y yo de trabajo y paseo.

La recepcionista del hotel, muy nerviosa nos dijo que no podía regresar a su casa porque estaban atacando tiendas e incendiándolas una turba de jóvenes y la policía brillaba por su ausencia. El lunes 8 varias ciudades y zonas de la capital estaban en crisis, incluso una muy cerca del hotel. La BBC estaba transmitiendo esta guerra, y los incendios se parecían mucho a los bombardeos nazis durante la guerra mundial.

Podría hablarse del desempleo y la frustración de muchos jóvenes ante un futuro incierto, pero además de este factor el problema estriba en un resquebrajamiento de la estructura de la familia como factor de estabilidad, comunicación y valores de todos sus miembros, mediante un cuidado y control de estos de manera cariñosa pero efectiva. No se puede entender que miles de niños de 12 o menos años estuviesen deambulando y saqueando tiendas como si fuera un juego a altas horas de la noche, sin que a sus padres les importe donde están. También es importante hacer notar que los micro-delincuentes se fueron directo a las tiendas de electrónica y licorerías, así que hay que descartar la extrema pobreza, hambruna o necesidades económicas ingentes. Fueron por los iPods, laptops y celulares y por el alcohol.


Esperamos que este fenómeno sea aislado en un país que se precia de su cortesía y educación, donde a la policía se le aprecia y su tolerancia es bien conocida. Máxime que en menos de un año Londres será sede de los juegos Olímpicos y su sistema de seguridad deberá ser radical y muy eficiente para evitar actos terroristas o vandalismo.

En Estados Unidos la reducción de la calificación de su deuda causó un desequilibrio mundial con grandes vaivenes en las bolsas de valores. Ahora viene Japón, al que le rebajaron también su deuda. España e Italia siguen en la tablita con sus enormes desempleo y deuda, lo cual causa inestabilidad en la zona del euro, ya que Francia, pero sobre todo Alemania ya están hartos de salvar a países cuyos gobiernos irresponsables y su población que gastaron muy por encima de sus posibilidades, como Grecia, Irlanda y Portugal. En resumen el euro como moneda fuerte también se tambalea.

En México estamos mejor económicamente con unas finanzas sanas, pero las salvajadas de las últimas semanas ponen en peligro a la población que no sabe qué va a pasar a corto y mucho menos a largo plazo. Sugerencias y planes van y vienen pero la verdad es que el estado de ánimo es de inquietud por las familias y negocios de muchos. Parece que el problema se está exportando a nuestros vecinos del sur y eso tiene muchas repercusiones.

Tenemos tiempos complicados en todas partes y no sé, a ciencia cierta, si esto es el resultado de la modernización, de la comunicación, redes sociales o de un resquebrajamiento de muchos principios y valores absolutos que ya parecen estar rebasados por la modernidad. Atención: No me voy a poner de moralista y mucho menos a predicar ya que ese no es mi papel y respeto las convicciones honestas de todos en un ambiente de tolerancia mutua. Sin embargo hay que estar muy cuidadosos de que esta época no afecte lo básico de nuestra vida que es la unidad familiar y la salud de nuestras comunidades.

En cuanto a actividades hay que ser cuidadosos y austeros, pensar bien cualquier decisión operativa o de dirección que nos pudiese afectar y hacer varios escenarios posibles y planes de contingencia. Usando el sentido común y la cautela saldremos adelante.

Fuente: Excélsior

Acerca de Salo Grabinsky Steider

Periodista mexicano de ascendencia judía. Consultor de empresas familiares. Ha publicado 20 libros, entre ellos dos novelas. Recibió varios reconocimientos en México y a nivel internacional Aspira a ser escritor algún día.

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