¿Tiene Israel el arma nuclear? (Segunda Parte)

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Para Francia y Londres esta expedición resulta en un fiasco, no así para Israel que logró humillar al ejército egipcio y demostrar su fuerza. Pero Tel-Aviv se da cuenta que ya no puede contar con Washington y frente a la amenaza soviética se convence más todavía de la necesidad de tener el arma nuclear.

Dassault produce centenares de caza bombarderos Vautour y cazas Mirage. Israel pide a Dassault que sus Mirage sean equipados con un dispositivo para transportar bombas nucleares. Hasta 1960 la capacidad de defensa descansa exclusivamente sobre las armas francesas.

Francia e Israel, firman un convenio para un reactor de 24 megawatts, pero en realidad éste tendrá una potencia de 150 megawatts. Ingenieros y técnicos israelís se forman en las instalaciones nucleares de Saclay, cerca de París. Más adelante Israel recibirá uranio enriquecido de Sur África y parece ser que también una fábrica de plutonio.


Este acuerdo no tiene precedente. Es la primera y única vez que un país entrega datos sobre su industria nuclear. En esta época, Francia no había todavía desarrollado la bomba atómica. Su fabricación en Israel y en Francia, fue casi simultánea. Después de Suez se intercambiaron experiencias nucleares y los israelís estaban invitados a observar las pruebas francesas conducidas en el Sahara y en el Pacífico Sur, en 1960 y más adelante en una isla del océano Indico perteneciente a Sur África.

A fines de 1957 técnicos franceses van a Israel a montar el reactor. En el desierto del Neguev surge Dimona, a 70 kilómetros de Beersheba. Pocas veces se logró mantener un secreto tan absoluto como la participación de los ingenieros franceses. Hasta la fecha ningún técnico francés ha reconocido haber trabajado en Dimona. Las mismas esposas no sabían donde estaban sus maridos. Las cartas transitaban por Marruecos y América Latina y las partes del reactor daban la vuelta por Sur América, antes de llegar a Israel, supuestamente conteniendo maquinaria textil.

Una zona residencial se construye ex profeso en Beersheba, para recibir a los ingenieros franceses así como a miles de obreros, inmigrados judíos llegando de Marruecos y de Argelia. Ellos se encargan de la mayor parte de la obra negra. Judíos llegando de Europa son seleccionados cuidadosamente para llevar a cabo los trabajos científicos y burocráticos. Un sistema de castas se implanta entre las distintas nacionalidades, tanto en lo que concierne la atribución del alojamiento, como a los puestos de trabajo. Los Franceses son la casta más privilegiada, después los Israelíes y los judíos europeos. Los inmigrantes marroquíes y argelinos están al final de la escala. Entre los Franceses se encuentran antisemitas y colaboradores en la segunda guerra mundial.

Se instalaron carreteras y líneas eléctricas. Fue un trabajo enorme de infraestructura. Hasta llegó a faltar cemento para la construcción civil. La central de Dimona es el sitio mejor protegido en Israel y lo que pasa detrás de sus paredes es uno de los secretos mejor guardados en el mundo.

Los israelíes tienen una meta estratégica: la fabricación de la bomba termonuclear, misiles y aviones capaces de alcanzar blancos soviéticos. La necesidad de dar el máximo de seguridad a Dimona, incita a Simón Perez a crear una unidad especial de inteligencia, bajo la dirección de Benjamín Blumberg: el Office of Special Tasks. Esta unidad se volverá con el tiempo una de las más operacionales en el mundo del espionaje moderno. La tarea principal de esta Unidad es proteger el sitio de Dimona contra las indiscreciones, y de reclutar científicos de alto nivel que no tienen relaciones familiares en Europa Oriental. Tiene éxito en su cometido, pero comete una pifia enorme al reclutar a Jonathan Pollard.

Cuando De Gaulle llegó al poder dio órdenes de interrumpir la colaboración con Israel. Sin embargo, durante dos años más ésta siguió, a espaldas del General. En 1960 éste descubre la conspiración del silencio. Se enfurece y manda de inmediato avisar a Israel del embargo nuclear. El Primer Ministro Couve de Murville avisa a Golda Meier de esta situación y Ben Gurión no sabe que hacer, pero Golda se entrevista con el primer Ministro francés y le explica los problemas para Francia si se descubre su colaboración con Israel, el embargo árabe a todas las empresas proveedoras de material nuclear a Israel. De Murville se convence y siguen los trabajos en Dimona. El retraso inicial de unos meses se recupera y la central atómica se terminará en el plazo convenido.

En 1960 Dimona es revelada al mundo y se sabe que Israel está extrayendo plutonio para la fabricación de armas. En 1986 Mordechai Vanunu, un técnico de la Central, difunde los secretos nucleares del Estado hebreo. Fue encarcelado de por vida, pero liberado después de 18 años de cautiverio, y apresado de nuevo por haber dado entrevistas a la prensa extranjera

Dimona se vuelve operacional en 1963. Francia ofrece a Israel la posibilidad de presenciar las primeras pruebas nucleares en el Sahara y el Estado hebreo accede a los conocimientos esenciales para el desarrollo de su programa. A cambio, Francia consigue una parte de los conocimientos técnicos que Israel recibió de los Estados Unidos, durante la estancia de David Bergman

Como todas las administraciones después de la de Truman, la administración Eisenhower se opuso inicialmente a la proliferación de las armas nucleares, prohibiendo la transferencia de armas o de tecnología nucleares. Pero en diciembre 1953 Eisenhower presenta su programa «Atoms for Peace», según el cual se iba a modificar la ley sobre la energía atómica y permitiendo desclasificar y distribuir una enorme cantidad de datos e informaciones relacionadas sobre la investigación fundamental, teórica y experimental. Estimaba que la tercera revolución industrial, debería ser nuclear, bajo la conducción de los Estados Unidos. Se pensaba que se podía promover el uso pacífico y controlar ellos las armas.

El Estado hebreo ciertamente aprovechó este clima de inercia para consolidar sus esfuerzos de disimulación y logró mantener el proyecto Dimona en secreto, durante los años de su construcción. Sin embargo los vuelos de reconocimiento de los U2 en 1958, mostraron las actividades extraordinarias en curso en el sitio de Dimona. Pero no se hizo nada.

Fue únicamente durante la administración Kennedy que se recibió una cantidad enorme de datos sobre Dimona. Tardó tres años en averiguar el programa nuclear de Israel, y a fines de 1960 se da cuenta que este país construye un segundo reactor.

En 1961 los Israelís autorizan por primera vez la visita a su central nuclear. El físico americano Isidor Isaac Rabi, de la Universidad de Columbia, junto con Eugenio Wigner de la Universidad de Princeton, dos premios Nóbel pudieron visitar Dimona, guiados por el físico israelí Amos Deshalit. Las conclusiones de esta visita mostaron que Dimona era un reactor de investigaciones científicas. Más adelante, el 15 de mayo Ben Gurión programa una visita por dos científicos norteamericanos: Ulises Staebler y Jesse Croach, acompañados por el Director Pratt y el Profesor Efraín Katzir-Katachalsky. El informe oficial de esta visita se ha perdido. Pero en 1962 Feldman, el enviado especial de la Casa Blanca sospecha que los Israelís tienen la intención de fabricar la bomba atómica. Entre 1961 y 1969, hubo otras visitas de inspección de la central de Dimona. Cada vez el reporte indica que «el reactor lleva un carácter pacífico, como lo notificado por las autoridades israelís». Más adelante la administración Kennedy tratará de infiltrar sin éxito espías en el sitio de Dimona. Pero la noticia de la explosión nuclear china, coloca el problema de Dimona en un segundo plano.

La discreción que envuelve a Dimona no engaña a Nasser. En mayo de 1967 un Mig 21 egipcio sobrevuela el sitio. Es derribado, pero la verdadera naturaleza de la Central no escapa a los egipcios. Preparan un ataque pero piensan que la bomba israelí no estará operacional antes de 1968. El sobrevuelo de Dimona por un avión egipcio, así como la salida de los cascos azules de la Naciones Unidas y los movimientos de tropas a lo largo del canal de Suez, fueron los motivos de la Guerra de los 6 días.

Desde que empezó la producción de armas atómicas, Israel decretó tres veces una alerta nuclear, en 1967, 1973 y en 1991 durante la primera Guerra del Desierto.

Según la estimación de los expertos, Tsahal puede desplegar actualmente entre 150 y 200 cabezas nucleares. Israel tiene toda la gama de vectores capaces de mandar un arma nuclear: bombarderos F 15 y F 16, misiles suelo-suelo Jericó, desarrollados a partir de un artefacto entregado por Dassault, y sin duda submarinos capaces de disparar misiles de crucero.

Así como la India y Pakistán, Israel no ha firmado el tratado de no-proliferación (TNP). Por lo tanto el país no está sometido legalmente a los controles de la Agencia Internacional de Energía Atómica.

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