Huachicolero: En México, se llama huachicolero o guachicolero a la persona que se dedica a la actividad ilegal de robo y venta de combustible (gasolina o diésel).
Aunque en este momento nos parezca innecesario definir dicho concepto, tengamos presente que hace una semana era una palabra que nunca habíamos escuchado, y que ni siquiera sabíamos pronunciar. El “Cartel Negro” del petróleo que roba al país 180 millones de pesos diarios -o $66 mil millones de pesos al año- debido a la extracción ilegal de crudo en 12 mil 580 tomas clandestinas, simplemente no formaba parte de nuestra conciencia colectiva.
Hablamos de una industria lo suficientemente grande y compleja que tiene la capacidad de extraer, transportar y vender 800 mil barriles diarios. Esto implica evidentemente crimen organizado, compañías transportistas, políticos involucrados a nivel municipal, estatal y federal, funcionarios de PEMEX, empresarios que compran gasolina ilegal, y franquiciatarios de gasolineras que compran producto robado.
La complejidad llega al siguiente nivel:
Modalidades de robo:
- Extracción clandestina en “tomas calientes”, es decir, perforaciones que se realizan de manera improvisada para extraer hidrocarburos en poco tiempo.
- Red paralela permanente de poliductos para extraer permanentemente el combustible.
- Extracción directa de los pozos petroleros un producto llamado condensado de gas para refinar gasolina de alta calidad en Estados Unidos (cárteles de droga involucrados).
- Barcos que transportan el combustible por vía marítima, en un área de 11.000 kilómetros cuadrados, abarcando Ciudad del Carmen, Tamaulipas y Campeche; maniobrando por todo el Golfo de México con complicidad de autoridades y uso de plataformas petroleras.
Complicidad interna:
- Para cargar la gasolina es necesario contar con una factura o recibo que ampare la cantidad de hidrocarburo que se compra en los centros de almacenamiento. En Pemex permiten que, con un solo documento, las pipas obtengan dos o tres cargas de combustible. (Por eso militares en las puertas)
- Parte del caos actual de las gasolinas, se debe a reportes falsos de inventarios de gasolineras, a redes de empresas que compraban de manera ilegal, y a sistemas manipulados que reportaban flujos en oleoductos.
Esta semana, se tomó una estrategia que sin duda tiene muchas deficiencias y consecuencias económicas negativas por desabasto, situación que afectará a varias industrias y desestabilizará al país por algunos días. También sin embargo el desfalco llegó a sus niveles más bajos desde 1938, y se cancelaron contratos a 150 gasolineras corruptas.
Como sociedad, tenemos que aplaudir que se esté “agarrando al toro por los cuernos” en problemas graves. Si queremos acabar con la corrupción del país, hay que sacudirlo, y toda sacudida, implica movimiento; aunque este no sea suave ni placentero en un inicio.
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