Como hemos visto en el artículo anterior, la Torá tiene muchas enseñanzas encerradas en sus palabras. Podemos comparar la Torá a una cebolla: Cada capa es comestible y cuando se quita una capa aparece otra en su lugar, así una y otra vez, cada nivel es más profundo que el anterior y todos son aptos para su consumo. Ahora veamos lo que es llamado guematriá, eso es el valor numérico. Cada letra tiene un valor, la alef tiene un valor de 1, la bet 2, etc. Después de la yod sigue la caf que es 20, así sucesivamente hasta la kof, 100, después sigue la resh, 200, etc. Hay varias alusiones basadas en la guematriá. Esto es solamente una guematriá común, hay otras variaciones.
En el Talmud se asegura que todo aquel que persigue la paz amerita que su rezo no sea improductivo. El motivo es por cuanto la guematriá de שלום(“paz”) es la misma que de la palabra שוע (“clamor”), (Calá Rabbatí, capítulo 3). Esta palabra es una de las diez con las que se designa al rezo (Debarim Rabbá 2:1). El Jidá hace la observación de que la palabra shalom también tiene la misma guematriá que la palabra de nuestro enemigo Esav. Comenta que cuando hay paz [entre nosotros] no hay Esav; cuando no hay paz, jas veshalom, Esav está listo [para atacar]. También podemos exponer que ya que Esav tiene la misma guematriá que clamor, una de las funciones del enemigo es inducir al yehudí al clamor, es decir, rezarle al Todopoderoso y no olvidar nuestro vínculo con Él. (El midrash (Shemot Rabbá 21:5, hacia el final) cuenta una parábola con una esta misma enseñanza en relación al rezo de los yehudim cuando se vieron amenazados por el Faraón y su ejército antes de cruzar el Mar Rojo).
La palabra יראת, “temor a” (como יראת ה’ en el versículo, “el temor a Hashem es el comienzo de la comprensión…” (Mishlé 1:7)), es equivalente a la palabra תורה, Torá. [Eso alude al hecho que por medio de la Torá se adquiere el temor al Cielo] (Majzor Vitry). Está escrito, “Moshé nos ordenó la Torá…” (Debarim 33:4), en el Talmud se nota que la palabra תורה (Torá) suma 611- el motivo de esto se debe a que los yehudim oyeron los primeros dos mandamientos directamente de Hashem, el resto (611) de Moshé (Macot 23b-24a). Es decir, es como si estaría escrito “Moshé nos ordenó 611 mitsvot” y D-s las otras dos. Incluso por medio de una guematriá los jajamim han aprendido una halajá: Cuando una persona promete ser nazir sin decir un periodo específico, debe serlo por 30 días, ya que está escrito “santo será” (Bamidbar 6:5), y la palabra “será” (יהיה) suma 30 (Nazir 5a).
Vemos la obra maestra de nuestro Rey y no podemos más que sorprendernos. Así es toda la Torá, inimaginablemente maravillosa. Si nos esmeramos, veremos bellas perlas de sabiduría.
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