Tormenta por resolución de la Unesco

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Como ocurre con diversos organismos integrantes de la ONU, la Unesco está integrada por una cantidad de representantes de países —58 en este caso—, quienes por un lapso de cuatro años conducen los trabajos de dicha organización cuyas tareas son la protección y promoción de la educación, la ciencia y la cultura en el mundo. En ese contexto, el jueves pasado fue discutida y votada una resolución propuesta por diversos países árabes que se refería a Jerusalén y sus sitios sagrados. La redacción del documento sometido a votación, al referirse a la zona del Monte del Templo o Patio de las Mezquitas, únicamente usaba el término en árabe y aludía a su pasado islámico, sin reconocer simultáneamente la conexión del judaísmo con tal lugar ni usar tampoco el nombre hebreo del sitio. Por añadidura, ponía en duda el vínculo del judaísmo con el Muro de los Lamentos, el cual es, de hecho, el lugar más sagrado para sus fieles.

El documento fue aprobado con 24 votos a favor, seis en contra y 26 abstenciones, con lo que de inmediato aparecieron múltiples protestas de quienes, con razón, consideran unilateral y falseadora de la historia la resolución de marras. Evidentemente, había ahí una politización amañada del tema al evadir cualquier mención a las reivindicaciones judías sobre el lugar. Ante el escándalo que estalló, una voz que intentó corregir y recobrar la sensatez fue la de la propia directora general de la Unesco, Irina Bokova, quien declaró: “La Mezquita de Al-Aksa o Haram Al Sharif, sagrada para los musulmanes, es también el Monte del Templo, cuyo Muro Occidental es el más sagrado para el judaísmo… la herencia de Jerusalén es indivisible y cada una de sus comunidades tiene el derecho a un reconocimiento explícito de su historia y relación con la ciudad. Negar, ocultar o borrar cualquiera de las tradiciones, judía, musulmana o cristiana que ahí radican, perjudica la integridad del sitio. Textos sagrados de las tres religiones ofrecen testimonio de su presencia en Jerusalén. Diferentes pueblos santifican los mismos lugares, algunas veces con diferentes nombres. El reconocimiento, uso y respeto a esos nombres es de primera importancia”.

Ante la tormenta desatada por la resolución, cabe preguntarse varias cuestiones. En primer lugar está el tema de la aberrante estructura con la que funcionan diversos organismos de la ONU que, como la Unesco y el Consejo de Derechos Humanos, se integran con miembros cuya elección es producto de componendas para ser elegidos, lo cual desemboca en la hegemonía de bloques de naciones que imponen sus agendas políticas arbitrariamente en contra de sus rivales y en favor de la protección de sus intereses.


De ahí el cuestionamiento acerca de su utilidad real para cumplir efectivamente con la misión original a la que supuestamente están destinados. En segundo lugar, cabe preguntarse por la utilidad de sus resoluciones en casos como el que aquí se trata, cuando es evidente que lo único que se consigue es exacerbar las tensiones al darles combustible a los sectores radicales involucrados en el tema en discusión, para inflamar aún más sus posturas y polarizar los ánimos. Y por último están, también, los daños colaterales que afectan a países como México, quien votó en favor de la resolución y no se abstuvo como ha sido su tradición en situaciones similares, metiendo a nuestro país en un brete al haber asumido un papel activo en la aprobación de una resolución polémica que en nada beneficia a sus intereses ni contribuye tampoco a la verdad, a la promoción del diálogo constructivo y a la conciliación. Lamentable por donde se le vea.

Acerca de Esther Shabot Askenazi

Licenciada en Sociología egresada de la UNAM (1980), con estudios de maestría en Sociología en la UNAM y con especialización en Estudios Judaicos en la Universidad Iberoamericana. (1982-1985) Fue docente en la ENEP Acatlán, UNAM durante 10 años (1984-1994). Actualmente es profesora en diversas instituciones educativas privadas, judías y no judías.De 1983 a 1986 fue colaboradora semanal del periódico "El Nacional" tratando asuntos del Oriente Medio.Desde 1986 hasta la fecha es editorialista semanal en el periódico Excélsior donde trata asuntos internacionales.Es comentarista sobre asuntos del Medio Oriente en medios de comunicación electrónica.Publicaciones:"Los orígenes del sindicalismo ferrocarrilero". Ediciones El Caballito S.A., México, 1982.En coautoría con Golde Cukier, "Panorama del Medio Oriente Contemporáneo". Editorial Nugali, México, 1988.Formó parte del equipo de investigación y redacción del libro documental "Imágenes de un encuentro. La presencia judía en México en la primera mitad del siglo XX" publicado por la UNAM, Tribuna Israelita y Multibanco Mercantil, México, 1992.Coautora de "Humanismo y cultura judía". Editado por UNAM y Tribuna Israelita. José Gordon, coordinador. México, 1999.Coordinadora editorial de El rostro de la verdad. Testimonios de sobrevivientes del Holocausto en México. Ed. Memoria y Tolerancia, México, 2002.Redactora de la entrada sobre "Antisemitismo en México" en Antisemitism: A Historical Encyclopedia of Prejudice and Persecution". Ed. ABC CLIO, Chicago University, 2005."Presencia judía en Iberoamérica", en El judaísmo en Iberoamérica. Edición de Reyes Mate y Ricardo Forster. EIR 06 Enciclopedia Iberoamericana de Religiones. Editorial Trotta. , Madrid, 2007.Artículos diversos en revistas de circulación nacional e internacional.

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