Bosques, montañas y lagos: uno mundo de mágica naturaleza en las montañas más altas de los Alpes. Es fascinante y hermoso, Zermatt es un destino inolvidable. En el corazón de los Alpes Valais de Suiza, bajo la sobre del imponente y famoso pico del Matterhorn se encuentra el idílico y pintoresco pueblo de Zermatt, donde antiguas casas de madera, sinuosos ríos, majestuosa belleza natural y un ambiente cálido y hogareño nos sumerge en una cultura auténticamente alpina.
En el valle natural de la historia ciudad de Zermatt me hospedé en un hotel infinitamente acogedor. El hotel National Zermatt ha estado en Sunnegga desde 1985, acogido por el paisaje montañoso de Valais. Fue fundado por Johann Julen y hoy en día sigue siendo un hotel de gestión familiar; ha sido asumido por Sebastian Metry Julen, nieto del fundador, quien también es el gerente del Chalet Hotel Schönegg. Junto con Line Février, nativo de Berna, dirige este hotel tradicional con gran encanto y pasión.
Con gran énfasis en el servicio y con un carisma y estilo único, el National Zermatt me hizo sentir en casa. Desde la terraza de mi hermosa suite de dos pisos – donde la decoración y el ambiente acogedor son típicos suizos – gocé de una vista única al Matterhorn, el valle y la hermosa ciudad.
Al caer la noche me dirigí al elegante restaurante del hotel, donde disfruté de una cena de tres tiempos que me sumergió en la cultura local y transportó a través de los sentidos a diferentes rincones del hermoso país de Suiza. El Chef Ejecutivo del hotel proviene de Novara, cerca de Milán. Las influencias italianas en el National son evidentes, con sus platos suizos y mediterráneos tradicionales, innovadores, sencillos y, sin embargo, de ninguna manera poco sofisticados.
El National Zermatt es un portal a las maravillas del destino donde se encuentra. A unos pasos del hotel se encuentra el punto de partida para subir al Gornergrat. A 3,089 metros de altura, es uno de esos lugares que todo el mundo debería visitar al menos una vez en la vida: el panorama de la montaña y la gloriosa vista del Matterhorn son inolvidables desde las alturas.
A su cima llegué con el tren de cremallera al aire libre más alto de Europa, que nos lleva directamente desde la estación de Zermatt hasta la plataforma de observación del Gornergrat, los 365 días del año. El tren conduce a lo largo de 9.4 kilómetros a través de espectaculares puentes, de galerías y túneles, de bosques de alerces y pinos, pasando por barrancos rocosos y lagos de montaña. Al llegar a la cima nos encontramos con uno de los panoramas mas impactantes del mundo: las vistas abarcan el macizo del Monte Rosa con el pico más alto de Suiza, el segundo glaciar más grande de los Alpes, el glaciar Gorner, y un total de 29 montañas por encima de los 4,000 metros de altura, incluyendo, por supuesto, al Matterhorn en todo su esplendor.
Un destino de ski increíble en el invierno, Zermatt es también mágico en el verano, cuando sus largas góndolas, trenes y lifts nos llevan desde el verde brillante de la vegetación del valle hasta las cimas nevadas de los imponentes picos que lo rodean. Caminando entre antiguas casas de madera, cascadas, montañas y cañones, me enamoré de este paraíso suizo.
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