Túnez: paradigma de los dilemas árabes

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Chukri Belaid, uno de los más destacados dirigentes de la oposición secular en Túnez, miembro de una alianza de partidos de izquierda denominada Frente Popular, fue asesinado el miércoles pasado, presuntamente a manos de islamistas que lo habían amenazado desde tiempo atrás. De inmediato, tumultuosas manifestaciones de protesta inundaron las calles con los consecuentes choques violentos entre fuerzas del orden y miles de indignados ciudadanos para quienes el gobierno islamista dirigido por el partido Ennahda, es corresponsable del ataque no sólo a Belaid, sino también a muchos de los principios y símbolos del orden de vida liberal con el que se identifica una gran parte de los tunecinos. Diversas agrupaciones habían reclamado ya al gobierno su respuesta extremadamente tolerante a ataques perpetrados por salafistas ultraortodoxos a bares y salas de cine y teatro, lo mismo que a manifestaciones artísticas diversas consideradas heréticas por los atacantes.

El asesinato de Belaid fue, en cierta forma, la gota que derramó el vaso. La ira popular se ha desbordado así, forzando al primer ministro a emitir declaraciones en cuanto a una inmediata disolución del gobierno. Esta crisis que aqueja al primer país árabe donde se derrocó hace dos años a una dictadura de larga data, revela de manera clara lo que se está gestando no sólo en Túnez, sino también en varios de los países árabes donde los movimientos revolucionarios han sustituido a las viejas autocracias con nuevos cuadros dirigentes. Se trata fundamentalmente del dilema que representa el ascenso al poder de fuerzas islamistas cuyo programa se basa en la imposición de una normatividad fundada en la Sharía o ley islámica, en contradicción con muchas de las aspiraciones de buena parte de la ciudadanía, de vivir conforme a valores liberales y democráticos. Y no es extraño que Túnez sea uno de los escenarios importantes donde esta lucha se manifiesta, en la medida en que en este país norafricano, desde la época de Bourguiba, habían echado raíces formas de vida y pensamiento muy conectados con modelos occidentales. De hecho, la práctica religiosa musulmana en este país había sido notablemente moderada, ya que se identificaba con el Islam Maliki, cuya tradición, pasada de generación en generación, ha sido ajena a los esquemas salafistas cuyo radicalismo ha intentado imponerse en estos últimos tiempos en la vida cotidiana de la nación.


Sin duda, otro de los factores que han alimentado la ira popular ha sido la incapacidad del nuevo régimen de satisfacer la demanda de “trabajo, libertad y dignidad” que acompañó a la dinámica revolucionaria. Y es que la asociación del Islam radical con la economía ha dado lugar al ejercicio de prácticas disfuncionales, como lo muestran las desventajas de haber privilegiado a la “banca islámica”, cuyas condiciones de préstamo al país han sido mucho menos favorables que las ofrecidas por ejemplo, por Japón o el Banco Mundial.

Túnez representa así, en estos momentos, el prototipo de la condición que aqueja a otros países árabes hermanos como Egipto, Libia y aun Siria. Con diferencias notables de matices se ha registrado en todos esos casos un ascenso del poder islamista radical que ha aprovechado su relativa buena organización previa a los movimientos revolucionarios para adueñarse del poder en esta nueva fase. Sin embargo, su carácter autoritario, no democrático y proclive a excesos derivados de su fanatismo, está generando una nueva ola de rebelión, fruto de la profunda decepción de hombres y mujeres que aspiran a un régimen de libertades en el que la religión siga formando parte integral de la sociedad, pero sin convertirse en una nueva cárcel que sustituya a la que anteriormente y, bajo otros principios, mantuvieron los dictadores derrocados.

Acerca de Esther Shabot Askenazi

Licenciada en Sociología egresada de la UNAM (1980), con estudios de maestría en Sociología en la UNAM y con especialización en Estudios Judaicos en la Universidad Iberoamericana. (1982-1985) Fue docente en la ENEP Acatlán, UNAM durante 10 años (1984-1994). Actualmente es profesora en diversas instituciones educativas privadas, judías y no judías.De 1983 a 1986 fue colaboradora semanal del periódico "El Nacional" tratando asuntos del Oriente Medio.Desde 1986 hasta la fecha es editorialista semanal en el periódico Excélsior donde trata asuntos internacionales.Es comentarista sobre asuntos del Medio Oriente en medios de comunicación electrónica.Publicaciones:"Los orígenes del sindicalismo ferrocarrilero". Ediciones El Caballito S.A., México, 1982.En coautoría con Golde Cukier, "Panorama del Medio Oriente Contemporáneo". Editorial Nugali, México, 1988.Formó parte del equipo de investigación y redacción del libro documental "Imágenes de un encuentro. La presencia judía en México en la primera mitad del siglo XX" publicado por la UNAM, Tribuna Israelita y Multibanco Mercantil, México, 1992.Coautora de "Humanismo y cultura judía". Editado por UNAM y Tribuna Israelita. José Gordon, coordinador. México, 1999.Coordinadora editorial de El rostro de la verdad. Testimonios de sobrevivientes del Holocausto en México. Ed. Memoria y Tolerancia, México, 2002.Redactora de la entrada sobre "Antisemitismo en México" en Antisemitism: A Historical Encyclopedia of Prejudice and Persecution". Ed. ABC CLIO, Chicago University, 2005."Presencia judía en Iberoamérica", en El judaísmo en Iberoamérica. Edición de Reyes Mate y Ricardo Forster. EIR 06 Enciclopedia Iberoamericana de Religiones. Editorial Trotta. , Madrid, 2007.Artículos diversos en revistas de circulación nacional e internacional.

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