Turbulencias por el caso Netanyahu

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Tras más de doce años consecutivos de ocupar el cargo de primer ministro en Israel, Benjamín Netanyahu, a la cabeza de su partido, el Likud, se halla ahora en la oposición, luego de que a mediados del año pasado, se logró armar un gobierno de coalición ajeno a él. Antes de eso y a lo largo de meses, la polarización extrema se había adueñado del país. Los partidarios de Netanyahu, admiradores fervientes suyos, se confrontaron continuamente con manifestantes antiNetanyahu, los cuales a pesar de la pandemia, no dejaron de hacerse presentes en las calles de manera persistente, exigiendo que Bibi, como se conoce popularmente a Netanyahu, abandonara el poder en razón de estar enfrentando un juicio por acusaciones en su contra de fraude, soborno y abuso de confianza.

El resultado de las elecciones de marzo pasado, con 30 de las 120 bancas del Parlamento ganadas por el partido Likud, hacía prever que de nueva cuenta Netanyahu sería quien lograría integrar la coalición gobernante, echando por tierra la aspiración del público antiBibi de verlo dejar el cargo.

 


Sin embargo, la negociación del premier con las diversas fuerzas políticas para reunir el mínimo de 61 bancas, no prosperó. Muchos de quienes en el pasado habían sido compañeros de partido de Netanyahu y varios políticos que alguna vez tuvieron fuertes afinidades con él, no estaban dispuestos a acompañarlo. Demasiadas afrentas, traiciones personales, promesas rotas y mentiras acumuladas a lo largo del tiempo, habían derivado en una estampida, una fuga hacia otras opciones políticas de quienes en otros tiempos habían sido colaboradores cercanos de Netanyhau.

El resultado fue entonces que el bando antiBibi, que equivalía a casi la mitad de los escaños parlamentarios, tuvo la oportunidad de intentar formar el gobierno. Una tarea equivalente a la cuadratura del círculo, ya que dicha oposición contenía fuerzas políticas tan multicolores y diversas ideológicamente hablando, que no parecía factible que lo consiguiera. Se trataba, desde partidos de derecha nacionalista proexpansión de asentamientos, hasta el partido árabe-israelí Raam en el otro extremo, con otras importantes fuerzas de centro e izquierda, como los partidos Hay Futuro, el Laborista y Méretz. Ante tal pluralidad, ¿cuál podía ser el elemento cohesionador que los lograra poner de acuerdo? ¿Qué podría ser tan fuerte como para que pasaran a un segundo plano las diferencias tan abismales existentes dentro de ese mosaico de fuerzas políticas? La respuesta fue: Benjamín Netanyahu. Porque una cosa tenían en común todos ellos: la convicción de que lo prioritario, aquello por lo que había que hacer el esfuerzo de obviar las discrepancias ideológicas y programáticas, era la necesidad de que Israel se librara de las riendas de Netanyahu debido al daño que él estaba infligiendo a la democracia israelí a partir de su ambición de continuar en el poder y de su necesidad de escabullirse de la posibilidad de acabar en la cárcel.

Fue así como en junio pasado se instaló un gobierno encabezado por el derechista Naftalí Bennett como primer ministro, e integrado por 8 distintos partidos políticos agudamente contrastantes entre sí. Incluso se trató de la primera vez en los 73 años de vida de Israel, que un partido árabe israelí, quedó incorporado al gobierno. Un gobierno ciertamente insólito e inédito.

Ahora bien, en estos días se ha anunciado la alta probabilidad de que Netanyahu se acoja a lo que en inglés se denomina plea bargain, es decir, una negociación para declararse culpable de varios de los delitos de los que se le acusa, a fin de verse libre de terminar en prisión. De ser ese el caso, y de acompañarse el trámite con una acusación de que Netanyahu ha actuado con moral turpitude, entendido este término como perversión moral, podría quedar en libertad, pero con la obligación de cumplir con trabajo comunitario por varios meses, y de abandonar la vida política durante los próximos siete años.

¿Qué consecuencias habría si eso ocurriera? Ciertamente la lucha por el liderazgo dentro del partido Likud se desataría, sin que pueda preverse qué tanto Netanyahu sería capaz de seguir moviendo los hilos detrás del telón, y también podría empezarse a gestar una desbandada en el gobierno hoy en funciones, en tanto la desaparición de Netanyahu quitaría el cemento que ha posibilitado la convivencia de las disímbolas fuerzas políticas que decidieron en junio pasado, al unirse, sacrificar buena parte de sus agendas políticas en aras de deshacerse de Netanyahu. Habrá que ver.

Acerca de Esther Shabot Askenazi

Licenciada en Sociología egresada de la UNAM (1980), con estudios de maestría en Sociología en la UNAM y con especialización en Estudios Judaicos en la Universidad Iberoamericana. (1982-1985) Fue docente en la ENEP Acatlán, UNAM durante 10 años (1984-1994). Actualmente es profesora en diversas instituciones educativas privadas, judías y no judías.De 1983 a 1986 fue colaboradora semanal del periódico "El Nacional" tratando asuntos del Oriente Medio.Desde 1986 hasta la fecha es editorialista semanal en el periódico Excélsior donde trata asuntos internacionales.Es comentarista sobre asuntos del Medio Oriente en medios de comunicación electrónica.Publicaciones:"Los orígenes del sindicalismo ferrocarrilero". Ediciones El Caballito S.A., México, 1982.En coautoría con Golde Cukier, "Panorama del Medio Oriente Contemporáneo". Editorial Nugali, México, 1988.Formó parte del equipo de investigación y redacción del libro documental "Imágenes de un encuentro. La presencia judía en México en la primera mitad del siglo XX" publicado por la UNAM, Tribuna Israelita y Multibanco Mercantil, México, 1992.Coautora de "Humanismo y cultura judía". Editado por UNAM y Tribuna Israelita. José Gordon, coordinador. México, 1999.Coordinadora editorial de El rostro de la verdad. Testimonios de sobrevivientes del Holocausto en México. Ed. Memoria y Tolerancia, México, 2002.Redactora de la entrada sobre "Antisemitismo en México" en Antisemitism: A Historical Encyclopedia of Prejudice and Persecution". Ed. ABC CLIO, Chicago University, 2005."Presencia judía en Iberoamérica", en El judaísmo en Iberoamérica. Edición de Reyes Mate y Ricardo Forster. EIR 06 Enciclopedia Iberoamericana de Religiones. Editorial Trotta. , Madrid, 2007.Artículos diversos en revistas de circulación nacional e internacional.

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