Las pasadas vacaciones de diciembre las pasé en Israel, y para el día 31 – que los Israelies llaman “Silvester” – decidí hacer algo diferente: tomé un auto y me fui a pasar esa noche frente al Makhtesh Ramon, que es una de las vistas más espectaculares y mágicas que se puedan imaginar.
Un makhtesh parece una especie de cráter gigante, pero de hecho es un accidente geológico ocurrido en el planeta hace millones de años, cuando esa área fuera un mar que fue cerrándose y secando hasta llegar a su aspecto actual. El nombre Makhtesh proviene del hebreo y es su nombre universal, ya que solo existen en el mundo en el desierto del Neguev y en el Sinai siendo el más grande el de Ramon.
El Makhtesh se encuentra en el extremo del pueblo de Mitzpe Ramon. Llegar manejando desde Tel Aviv fue muy fácil, me tomó solamente unas dos horas y media. Casi todo el camino es en autopista hasta pasar por Beer Sheva, y después por una carretera de dos carriles poco transitada en la que se aprecian los paisajes desérticos del Neguev y uno que otro camello en el camino. Faltando 36 kilómetros para llegar, decidí parar unos minutos en Sde Boker para visitar la casa donde David Ben Gurion vivió sus últimos años acompañado de su esposa Pola. Vale mucho la pena presenciar con que sencillez vivía el “viejo” – como lo solían apodarlo – y conocer muchos aspectos de la vida personal y cultural de este gran personaje de la historia de Israel.
Al llegar a Mitzpe Ramon tomé la desviación que me llevó al hotel Beresheet donde un elegante valet parking recibió mi auto, nada fuera de lo común, salvo que se trata un área en la que hasta hace poco, solamente soldados y amantes del ecoturismo solían visitar en un país que hasta hace poco la hotelería dejaba mucho que desear.
El hotel Beresheet se encuentra sobre el makhtesh a un lado del mirador y centro de visitantes de Mitzpe Ramon, y cuenta con unas vistas formidables. es un hotel de lujo moderado con un servicio extraordinario que lo han hecho merecedor de muchos elogios y pertenece a la prestigiada red de proveedores Virtuoso.
El diseño del hotel al igual que los materiales de construcción juegan un papel muy importante en la sensación de paz y tranquilidad que brinda el lugar. Su spa y comida son excelentes.
En Mitzpe Ramon hay también algunos hoteles y posadas sencillas, y una buena variedad de actividades al aire libre: paseos en jeep por el desierto, a caballo, bicicleta de montaña, rapel, etc. Aunque no hay lugares abiertos por la noche, justamente la experiencia del tour de avistamiento de estrellas es algo excepcional, ya que el área brinda condiciones climatológicas ideales y los guías son muy profesionales.
Sin duda me deleité en el hotel pero mi momento mágico fue pasear por la noche y recibir el año nuevo brindando con una copa de vino frente al makhtesh, que gracias a la luna llena de esa noche se veía imponente.
Por la madrugada, mientras todos dormían, tomé un tour en jeep atravesando el makhtesh y desde una colina pude disfrutar del primer amanecer del año.
Si, fue una visita corta pero un maravilloso fin y principio de año.
Fotografías por Roni Rubinstein.
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