El estado de Israel está ahora mismo en uno de sus encrucijadas más importantes: Tiene que elegir en cual camino ha de caminar.
La decisión del juicio militar de este mismo miércoles, en el cual un tribunal militar condenó al sargento Elor Azaria y la reacción pública que siguió a la decisión, tiene que encender una luz roja para quienes les interesa que Israel sea un estado basado en valores morales universales.
O Israel elige ser un estado moral, que educa a sus hijos de manera en la cual existan valores humanos básicos que no podemos desperdiciarlos, o elige que queremos un estado basado en anarquía moral, en el cual cada uno decide tirar al que quiere, que el juzgado no vale nada y la ley se puede tirar a la basura.
Lamentablemente el gobierno de Israel, habla en palabras del segundo camino y ya perdió la habilidad de entender que la base moral del pueblo es lo más precioso que tiene. Sin eso no somos nada, sin eso somos un grupo de Sodoma y Gomorra.
Hay que volver rápidamente hablar de valores, sin importar lo que digan o hagan otros. Israel como estado, tiene que tener el patrón moral, lo más alto posible
La historia del estado está llena de causas en la cuales la decisión moral era clara, nadie tenía duda cual era la dirección del país.
Hoy en dia ya no es así. Ministros, por razones políticas muy infantiles se dejan llevar por los que quieren destruir moralmente el país. No hay líder, ni hay camino.
Este es el momento para los israelíes que todavía creen en un estado moral, y de los judíos alrededor del mundo que los apoyan, que quieren cuidar los valores y que la sociedad Israelí siga siendo una sociedad moral, con valores humanos más que básicos. Que busca ser siempre mejor y sin dejar ni un momento el orden de una sociedad igualitaria en el cual todos fueron creados a imagen de Dios y nadie tiene el derecho de decidir propiamente tomar un alma por venganza.
El estado de Israel para mí es una de las partes más centrales e importantes de mi vida, lucharé para darle a mis hijos un estado con los valores que mis padres me enseñaron.
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