Un poeta

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Desciendo de profetas y de meturguemanes y de cuentenikes…
Mi condición de porteño esta amasada en el barro de la calle y la noche…
Yo llevo dentro junto al alef-beis las comparsas de un tango.

Dijo Israel Zeitlin en una entrevista en Buenos Aires. Lo llevaron de Ucrania a la Argentina cuando tenía menos de un año, cuando trabajaba en una compañía de seguros, un compañero lo convenció de que publicara en un periódico y se hizo periodista, En su larga carrera escribió 28 guiones para películas, 8 obras de teatro, también para la televisión, pero sobre todo poemas, muchos poemas.

…empapelado de romanticismo
…que en un rincón del cielo
Esta mohíno el sol como si le hubiera
sacado a puntapiés del horizonte

Empezó a escribir poemas a los 15 años, le gustaba usar seudónimos para firmarlos, 11 años más tarde, en 1926, se publicó su primer libro de versos” La vida de una….. Lo firmaba Clara Beter, una prostituta rusa, judía.


Me entrego a todos, mas no soy de nadie
Para ganarme el pan vendo mi cuerpo
Que he de vender para guardar intactos
Mi corazón, mis penas, mis sueños.

El libro fue muy bien recibido por la crítica y le dieron el Primer Premio Municipal de Poesía. Era la única poeta de la barra y la buscaron insistentemente, siguieron muchas pistas, la espiaron, la persiguieron, pero nunca la encontraron hasta que Israel reconoció que Clara. era una máscara. “La máscara es como el sueño de la máscara, una máscara es más buena que una vida, más poderosa que un rostro, más perdurable que un rostro.”

El rostro atrás de las máscaras era Israel Zeitlin, quien tradujo su nombre a Cesar Tiempo. La última máscara. El seudónimo definitivo. Sus hijos llevan el apellido de Tiempo.

Desde los 20 años Cesar Tiempo publicaba versos con temas judaicos en diferentes periódicos y revistas, a propósito de los pogroms escribió:

Danza la turba desatada
Rueda el pavor -bola de nieve-
Dios tiene la boca cerrada
Y el cielo, ahora, llueve, llueve
También danza el silencio, como
El batallón trágico y duro
Y hay música de plomo
Sobre el pentagrama del muro
Danza la pobre madre, pobre
Sola y sin luz en el desierto
Mientras la lluvia cae sobre
Su niño muerte, muerto.

En su libro La pausa del sábado

Celebra el día con alegres manos
Como si bendijeras lo que tocas
Hoy habla Dios por nuestras pobres bocas
Y en la fiesta común somos hermanos
Mi corazón no tiene otro presente
Para el sábado que estas aleluyas
De pecho ardido. Tómalas son tuyas
Vamos a izarlas silenciosamente.

Cesar Tiempo se identificaba con J. N. Bialik, su muerte en 1934, le inspiro uno de los poemas mas significativos, en una parte dice:

Tengo un corazón violento
Y una voz áspera
Cruzo las calles de la judería
Con mi dolor y mi rencor a cuestas
Hermanos de Buenos Aires
Nuestro más alto poeta ha muerto

En otra parte dice:

Bialik clamo, trono sobre las negras aguas
Y su risa iracunda corrió como como un viento loco sobre las aldeas
El pueblo es una hierba marchita
Y hubo jóvenes que supieron sacudirse como lobeznos
Y sus dientes agudos despedazaron nuestra humillación

Termina diciendo:

En Tel Aviv hubo un poeta
¿Y ahora?

En 1935, Cesar Tiempo escribió in folleto, valiente denuncia del antisemitismo, dirigido a La campana antisemita y al Director de la biblioteca nacional, quien había publicado un libro antisemita. Lo escribió por dos razones, en sus palabras: “por dar a conocer parte de nuestra historia {no muy conocida o comúnmente olvidada, el lector elija} y porque los Protocolos de los sabios de Zion abundan en quioscos y librerías.”

Bastan unas líneas tomadas del folleto para dar una idea de su contenido:

“La causa de los judíos perseguidos y encarnecidos es la causa de la razón y la humanidad, parecen no comprenderlo los rabiosos orates del Tercer reich y sis corresponsales criollos…

Los israelitas han guardado sus sueños en el tibor de los ghettos, pero no bien se desmoronaron los muros, su espíritu les dio alas y la Diáspora los llevo cantando a todos las orillas del mundo…en su equilibrio radica su fortaleza… ¿por qué no va asomar su hocico de vulpeja y el rencor, la envidia sinuosa y el odio purulento? Tienen los israelitas una sola ambición, esperar el milagro, y la sustentan con la temeridad que otros ponen en la búsqueda de una veta de oro….la fe es la sustancia de las cosas que se esperan… la fe es la fuente de la realidad, porque es la vida. Creer es crear. He aquí el blason más perfecto de un pueblo creyente y creador por excelencia…En medio de sus vicisitudes, en medio de sus miserias, una llama inextinguible alenta sus pechos: El Mesias. es decir. la esperanza, Es decir: la verdadera poesía. La fe….su luz es siempre una luz armoniosa. Es una orfandad penosa y desolada al mismo tiempo, su redención está en su propia capacidad de futuro…Los otros tienen mi Dios en quién confiar y por quien padecer, mientras los israelitas tienen que confiar en una ilusión y padecer por un sueno.

Y por esos sueños han sido perseguidos, lapidados y encarnecidos. No quiere decir esto que la furia antisemita actual desencadenada en la galería del Tercer reich, sea de carácter religioso. Hay razones políticas y económicas…la intención de desviar la angustia de un pueblo hacia un blanco infalible hizo que se enconara si resentimiento hacia una minoría que ocupaba posiciones prominentes….

Vuelve sobre el tema del antisemitismo y la discriminación al negro y a quienes “en la puerta de la cocina popular nuestros hermanos, los que no se atreven a morirse de hambre” en sus obras teatrales Alfredo, Pan criollo y El teatro soy yo. y en su unico relato: Cuento para la tarde del sábado. Carta de un niño judío.

Cesar Tiempo fue un escritor autodidacta luminoso de memoria privilegiada, lector insaciable acumulo conocimientos y sabiduría. Sus poemas y obras teatrales fueron pioneras en la tarea de observar y registrar su entorno, en darle valor a la calle donde vivía, al suceder cotidiano, a los protagonistas reales del acontecer cotidiano frente a los escritores que solo miraban a Europa o a un entorno imaginario. Sus textos profundos, conmovedores, sentimentales le aseguraron la inmortalidad.

César Tiempo murió en 1960 en su casa de Buenos Aires. Alguna vez escribió su epitafio, dice la última estrofa:

Te has muerto en la noche
Para huir de ti mismo
Porque amabas la inmortal
Plenitud del olvido
Tu muerte ha sido bella
Quiera Dios que no suenes debajo de la tierra.

Acerca de Alicia Korenbrot

Nació en la Ciudad de México, terminó sus estudios de Filosofía en la UNAM, es Escritora y traductora. Actualemente reside en Israel.

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