Acostumbramos hablar de los sueños refiriendo a los que pasan mientras dormimos. Generalmente soñamos a través de lo que hemos vivido o pensado y es durante nuestro descanso que van y vienen estos cometas.
Pero que pasa cuando nos animamos a soñar despiertos, que es realmente lo que nos lleva a imaginar, a volar sin tener alas, a sentir sin que nadie nos toque, a esperar que las cosas pasen, pintadas del color que la paleta de nuestra imaginación alcance a crear.
Soñamos dibujando, delineando lo que nos gustaría ver y eso nos da paz y alegria. He platicado mucho sobre “Decretar“ y estoy cierto que decretamos soñando, imaginando, dejando volar nuestra imaginación hasta llegar a ese paisaje que tanto nos gusta, que tanto anhelamos.
Se vale soñar, se vale crear en tu mente las pinceladas y con ellas dibujar el cuadro del futuro, esa imagen donde somos nosotros los actores principales, ese espacio donde quisiéramos estar, ese momento que quisiéramos vivir o donde los sentimientos se van acomodando para dar como resultado una gran sonrisa.
Alguien en al escuela de negocios me enseñó que el papel aguanta todo, se refiere a que podemos poner los números que queramos y no pasa nada, hasta ahí no hay consecuencias. Igual pasa con los sueños, aguantan todo, podemos soñar y soñar, imaginar todo aquellos que quisiéramos ser, tener, tocar, sentir..
Soñemos, siempre cuidando no separar los pies de la tierra, soñemos siendo creativos, permitiéndonos encontrar en nuestra imaginación aquello que tanto buscamos, donde no dañamos a nadie, donde los trazos vayan y vengan hasta llegar a crear esa obra, donde los colores son infinitos, donde no hay límites, donde podemos ser nosotros mismos.
Estoy más que seguro que soñar es vivir, que soñar nos permite hilar y crear lo que algún día y en un futuro no muy lejano podría ser nuestra vida … Un sueño .
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