Fui invitado a una fiesta de disfraces… Me
pareció que sería divertido asistir.
Me divertí mucho, había disfraces de todo lo
imaginable: personajes de cuentos, animales, ¬—–
Lo más sobresaliente de la fiesta era una pareja
de un Rey y una Reyna. Ella muy bella con un
traje que realzaba su belleza y le daba una
personalidad real. El rey notable por su apostura,
varonil y buena apariencia… ¡Lucían esplendidos!
Ya al final de la fiesta noté que tanto el Rey como
la Reyna se despojaban de sus disfraces reales…
No daba crédito a mis ojos sin el maquillaje y sin
indumentaria real pude reconocer a Víctor que
era el chofer de la casa… La Reyna ya sin disfraz
ni maquillaje resulto ser la secretaria del dueño
de la casa.
Al vivir asistimos a otra fiesta de disfraces… Que
al final de la fiesta dejamos el disfraz que se nos
presto… Y partimos ya sin disfraz a recoger lo que
sembramos.
Afortunados seremos si la cosecha resulta buena.
Nissim Mansur T.
[email protected]
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