A lo largo de la conformación de toda sociedad, hemos podido apreciar que las guerras, han sido parte fundamental de las diferentes facetas de la Humanidad; ya sea porque éstas, constituyen la base sobre la cual, se han construido o destruido imperios para instaurar otros en nombre de sus políticas, gobernantes, súbditos, pueblos y hasta creencias religiosas.
De igual forma podemos apreciar que en la actualidad, las diferencias entre naciones y sus conflictos armados; pueden ser originados por actores de diversa índole, dentro de su idiosincrasia o fuera de ella, para generar discordia y confusión frente a su población. Y así, lograr sacar provecho de la coyuntura político-social y económica emergente, obteniendo algún beneficio, para las futuras generaciones propias o ajenas.
Por ello, cuando escuchamos a través de los medios de comunicación que diferentes países alrededor del Planeta, continúan siendo objeto de conflictos bélicos por fundamentalismos o extremismos, llámense éstos políticos o de otra naturaleza, no podemos más que argumentar que la historia de la Humanidad, es solamente eso; historia pura y prácticamente sin ninguna reflexión de por medio, debido a que no aprendemos de los errores cometidos políticamente hablando, para no repetirlos de nuevo siglo tras siglo. Más allá de la modernización implementada en la producción de eso que conocemos como carrera armamentista.
Las tragedias mundiales donde ha habido ocupación y usurpación de una cultura sobre otra, han sido tantas y ocasionadas por los mismos intereses a lo largo de la historia que en la actualidad, lo que podemos analizar es una parte ínfima de la testarudez infinita del Ser Humano que considera que todo conflicto armado, es justificable y necesario bajo determinadas premisas; en las cuales, una cultura se debe imponer sobre otra, para así, legitimar la intervención de facto, ante economías emergentes que podrían poner en riesgo, diversos capitales sean éstos propios o ajenos.
Así mismo, la máxima fundamental que ha determinado toda confrontación por decenios, ha sido siempre divide y vencerás, o a lo sumo, confúndelos; implementando una ideología que por sí misma, se transforme en asesina para sembrar el odio y la discordia entre sus habitantes y de ésta forma, controlarlos tanto a ellos, como a los bienes económicos que se encuentren en juego fundamentalmente.
El caso de Siria en la actualidad, es un vivo ejemplo en donde no se ha logrado articular un sentimiento de unidad nacional, para así lograr combatir la disyuntiva en la que se encuentra sumida ésta Nación de Medio Oriente que a éstas alturas, se ha transformado en un campo de batalla entre diferentes intereses geopolíticos de todo el Mundo. Donde la conciencia social que debería imperar en los países vecinos y en sus políticas humanitarias, se ha nublado por las mismas ansias de poder y control de sus enemigos, pero en detrimento de toda la Humanidad.
Por tanto, fortaleza al pueblo Sirio y a sus defensores en diferentes partes del Mundo que no descansaremos en denunciar la deshumanización de la Raza Humana, segada por las ansias de control, mediante la implantación de ésta nueva ideología de Guerra que corrompe mentes, corazones y conciencias por pura ambición y avaricia desmedida.
Dedicado a mis queridos amigos Kenda, Bahij y Taim. Una entrañable familia de Drusos Sirios que constituirán siempre parte de mi experiencia de vida…
(Especial para el Diario Judío.com de México.)
16 04 2018.
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