De uso milenario y con una historia que data desde hace más de 6 mil años, el aceite de oliva es en la actualidad uno de los más usados en la cocina, siendo principalmente elaborado en el mediterráneo, Estados Unidos y Australia.
Uno de los ingredientes reyes de la dieta mediterránea y cuyo sello de su terruño también se marca en el carácter y las características del mismo, hacen del aceite de oliva en la actualidad sinónimo de buena alimentación y salud.
Esta planta que surge en diversas escrituras de la antigüedad, aparece en Asia Menor, y se extendió hacia Irán, Siria, Palestina y el resto del mediterráneo hace más o menos 6 mil años; siendo uno de los árboles más antiguos cultivados en el mundo de los que se tiene conocimiento.
Sin embargo, su uso se extendió también hace cientos de años a eventos religiosos de distintas culturas que tomaron este ingrediente como símbolo de purificación y salud.
Su composición es la responsable de los beneficios que se le atribuyen, al estar formado principalmente de ácidos grasos monoinsaturados, este es un tipo de grasa más saludable que reduce el colesterol total de baja densidad, conocido como el colesterol malo; mientras que eleva los niveles del bueno.
El aceite de oliva de alta calidad, conocido como extravirgen, proporciona alto contenido de antioxidantes, que son sustancias claves para fortalecer el sistema inmunológico y proteger el cuerpo de los efectos dañinos de los radicales libres.
Además, se ha comprobado que el aceite de oliva contiene agentes antinflamatorios que actúan de manera similar a sustancias usadas en la medicina y la química.
Pero no todos los aceites de oliva son iguales, el extravirgen es considerado el de mejor calidad para obtener los beneficios de la oliva por ser el menos procesado, por ello el que dice en su etiqueta prensado en frío es el más recomendado.
El aceite de oliva puede ser utilizado para saltear, dorar, freír, como ingrediente en adobos y salsas como la mayonesa, pesto o romesco, y como condimento, rociados sobre varios platos. Por supuesto, es siempre apreciado también sobre un buen trozo de pan embarrado con ajo o tomate.
Cuando se piense en el aceite, es importante hacerlo como se hace con el vino, dicen algunos expertos, es decir que se usen diferentes para cada propósito.
Los más fuertes y extra vírgenes son ideales para carnes, pescados, adobos y cocinar ingredientes también de sabor fuerte. Los de sabor medio son para vinagretas, el pan o sobre vegetales; mientras que los suaves sirven para hacer mayonesas o para repostería, además para saltear o freír.
Para que uses de manera correcta el aceite de oliva recuerda que no debe calentarse de forma excesiva porque pierde propiedades que le aportan sabor y aroma, así que el aceite más fino o de mejor calidad debe reservarse para la mesa cuando ya no se cocinará.
Al igual que otros aceites, el de oliva puede perder propiedades o simplemente echarse a perder, por lo que la mejor manera de cuidarlo es mantenerlo en una botella sellada, en el que se evite exponerlo a la luz, al calor y a el oxígeno ya que puede ponerse rancio.
Tan pronto como se abre la botella de aceite de oliva, el proceso de oxidación se acelera y el aceite se degrada con bastante rapidez, así que la alacena oscura y fresca es el mejor lugar para almacenarlo, evitando además dejarlo cerca de la estufa y otras fuentes de calor.
Es importante que al cocinar con aceite de oliva estés consciente de su calidad, es mejor añadirlo justo al mismo momento de poner los ingredientes en la sartén o la olla para que no pierda muchas propiedades.
Lo importante, es que ningún aceite, ni siquiera el de oliva se caliente a punto de humo, que en el caso particular de este aceite es alto, alrededor de 210 grados centígrados.
El Consejo Oleícola Internacional menciona que La digestibilidad del aceite de oliva no se ve afectada cuando se calienta, incluso cuando se vuelve a utilizar varias veces para freír.
¿Por qué aceite de oliva es bueno?
Estas son algunos de los padecimientos en los que es recomendado el consumo de aceite de oliva para mejorar la condición del paciente, así como disminuir el padecimiento.
- Enfermedad del corazón
- Colesterol
- Cáncer
- Diabetes
- Presión Arterial
- Artritis
- Asma
- Control de Peso
Hoy te comparto esta rica receta de pesto de albahaca y pistaches, una pequeña variación de la tradicional receta en la que podrás dar un buen uso al maravilloso aceite de oliva.
- Pesto de albahaca y pistaches
- ¼ taza de pistaches
- ¼ taza de piñones tostados
- 1 cucharadita de sal kosher
- Pimienta negra al gusto
- 2 dientes de ajo
- 3 tazas de hojas de albahaca
- ½ taza de queso parmesano Reggiano
- ¾ taza de aceite de oliva extravirgen de mediano sabor
- El jugo de un limón
Preparación:
Mezcla los pistaches, los piñones, la sal, la pimienta y el ajo en el procesador o mortero. Agrega la albahaca y el queso a la mezcla. Con el procesador en funcionamiento, vierte el aceite de oliva en un chorro fino hasta obtener la consistencia deseada. Terminar con el jugo de limón al gusto y mezclar bien.
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