Una reforma que sí está funcionando

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En medio de los escándalos por los casos de Tlatlaya, Iguala y las “casas Higa-San Román” se ha perdido de vista la agenda reformista del gobierno de Peña. Es una pena porque lo logrado durante los dos primeros años del sexenio fue impresionante tanto en cantidad como en calidad de reformas estructurales. Y ya estamos viendo resultados favorables. Es el caso de la reforma en telecomunicaciones.

De acuerdo a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la regulación a las empresas del sector mejoró sustancialmente gracias a la reforma, de tal suerte que México escaló varios peldaños de los países de la OCDE en el índice regulatorio de este mercado (véase el último reporte de la OCDE sobre México). La reforma contempla muchísimos cambios. Sin embargo, desde mi punto de vista, el más importante es que, ahora, el Instituto Federal de Telecomunicaciones, nuevo órgano regulador con autonomía constitucional, puede declarar a una empresa preponderante e imponerle, en consecuencia, castigos por esta situación cuasi-monopólica (en el lenguaje técnico de la legislación: “una regulación asimétrica”).

Tan funciona la reforma que el mismo día en que los diputados aprobaron la legislación secundaria, América Móvil (AMX), que ya había sido declarada como preponderante, anunció que vendería parte de sus activos. ¿Por qué la empresa de Carlos Slim decidió hacerse más pequeña y dejar de ser la dominante? Pues porque los castigos que le impondrían eran tan costosos que ya no valía la pena ser cuasi-monopólica.


Ahora bien, aquí estamos hablando de una operación de muchos ceros. Se calcula que AMX tendría que vender alrededor de 17 mil 500 millones de dólares en activos para dejar de ser preponderante. No cualquier empresa en telecomunicaciones tiene ese capital. En un principio se habló que el gigante estadunidense AT&T compraría los activos de AMX. No fue el caso. AT&T mejor compró Iusacell por dos mil 500 millones de dólares y Nextel por mil 875 millones de dólares. De esta forma, AT&T competirá con AMX ofreciendo paquetes que incluirán la conexión a su red en Estados Unidos.

A esto hay que agregar que hace unos días, otro gigante de las telecomunicaciones, China Telecom, anunció que piensa entrar al mercado mexicano con una inversión de diez mil millones de dólares en los próximos diez años. Así que habrá nuevas opciones para los consumidores.

Mientras tanto, Televisa (TV) sigue comprando empresas de televisión por cable para utilizar esta plataforma para competir contra AMX. Su última adquisición fue Cablevisión Red por 10 mil 200 millones de pesos. Esto coloca a la empresa de Emilio Azcárraga como la preponderante en televisión de paga, algo que permite la ley: la idea es que pueda utilizar esa red para competirle a la red de AMX. Hace unos meses, TV lanzó una nueva marca de sus operaciones de cable (Izzi) ofreciendo un plan muy atractivo de telefonía fija: llamadas ilimitadas a fijos y celulares en todo México, América y Europa, más acceso al internet con una velocidad de hasta diez megas, por 400 pesos al mes.

En fin, que las cosas andan muy movidas en el sector. Pero, al final del día, lo que nos importa a los consumidores es si mejorarán los precios y servicios. De acuerdo a un reportaje en El Financiero, entre febrero y septiembre de 2014 los precios sí han bajado de manera consistente cada mes en telefonía móvil. Hoy se ofrecen paquetes con más minutos, a mejores velocidades y con menores precios. Además han entrado al mercado pequeñas empresas de nicho como Virgin, Tuenti, Maz Tiempo y O.

En cuanto a otros beneficios, este año desaparecieron los cobros de las llamadas de larga distancia. Se trata de una estupenda noticia. Este hecho impactó a la inflación de la primera quincena de enero: los precios retrocedieron 0.19% por el ahorro que esto significó para los consumidores.

Todo indica, entonces, que los precios sí han bajado, tanto en telefonía fija como móvil. Pero existe un riesgo. Si la reconfiguración del sector acaba en una guerra de precios, las empresas no tendrán incentivos para invertir en ampliar y mejorar las redes y esto podría significar un deterioro en los servicios. Ya lo veremos. Pero, por lo pronto, me parece que el juicio es bastante favorable para una reforma que sí cambió el statu quo. Es una excelente noticia que no puede perderse de vista.

Twitter: @leozuckermann

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