Una sesión de fotografía

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Revistas vemos, trabajo no conocemos, el día de ayer estuve en una sesión de fotografía para un libro de fotos que se está preparando, ésta empezó con un trabajo de tres horas donde en una casa de la Colonia Narvarte nos prestaron un espacio, se aprovechó la parte alta de la misma.

Un trabajo de organización por parte de mucha gente que prefiero no poner porque podría faltarme alguien, sin embargo llegaban las bolsas con objetos de las casas como cobijas, objetos de adorno, una muñeca que perteneció a mi madre todavía de esas que muchas recordamos y vemos en las casas donde hay gente mayor y museos, misma que por cierto no se uso.


Telas de todos los colores y estilos, cortinas, comida como queso, fruta, pescado fresco, flores, un laúd, un libro abierto con esos cuadros de los pintores que pintaban naturalezas muertas, inclusive dos objetos algo raros.

Al final resultó algo bellísimo que hasta dos cobijas de mi casa fueron a dar a éste, cada detalle cuidado, desde la caída de las telas, la combinación de los colores, que un lado no se viera más cargado que el otro, realmente un trabajo digno de gente que realmente quiere hacer algo diferente, con una organización donde cada detalle fue cuidado, desde escoger a los modelos de ambos sexos donde yo por cierto voy a aparecer en el último capítulo o sea en el séptimo.

Llegamos a la casa donde nos dieron todas las facilidades, nos permitieron estar hasta la noche, donde se aprovechó tanto la luz natural, como los diferentes efectos solicitados por el fotógrafo quien hizo un magnífico trabajo sacando el lado psicológico de los ahí presentes.

No pudo faltar el vestuario que fue llevado por algunas de las modelos, Ghalib el fotógrafo supo sacarle a cada quien su lado psicológico y humano, ágil para poderse acomodar para sacar sus fotos que fueron por cierto 800, se podía desde acostar, sentar o bien aprovechar los animales que se compraron en el Mercado de Sonora y que encontraron cuidadores, una gallina negra que hizo el encanto de la sesión porque se la pasó paseando entre los ahí presentes, por cierto el taxista que los trajo del mercado tiene un gallo y se la va a llevar, una conejita blanca beba que hizo el deleite de todos ahí, pero sobre todo de una niña que lleva el modelaje en su personalidad, una rana a la cual le dieron la libertad de moverse desde la cabeza hasta los brazos de una de las modelos y esta famosa gallina negra que, yo tuve que agarrar de sus patas.traseras.

El vestuario fue variado y muy interesante de acuerdo con la personalidad de cada modelo, hubo desde semidesnudos, viejos personajes evocando al Marqués de Sade en Mujer, una modelo que nos recuerda esta película donde la novia está muerta, estos juglares que iban de lugar en lugar cantando y llevando la vida de aquel entonces y un personaje muy raro con palos de los árboles.

Reconozco que gocé mucho esto, si bien me vistieron con una falda negra, una blusa y un chal que en ocasiones me cubría el pelo y en otros no, mostrando ya mis partes donde mi pelo se ha caído, un amigo mío me ofreció una peluca guera porque realmente comprar una es muy caro y además el pelo después de las quimioterapias vuelve a crecer, espero que mañana me la traiga, me dejó ser yo, se aprovechó de mis movimientos y en todo momento nos halagó por nuestro trabajo.

Les habló de las tres horas para hacer este bodegón que en palabras de todos iba a doler quitar, pero quedan plasmadas en sus fotos, luego la sesión se alargó hasta casi más allá de las diez de la noche, además hablo del amor por esto porque no se comió nada durante la sesión, excepto unos refrescos y unas galletas, al final algunos tomaron unos pedazos de un pan hecho manualmente y algo de queso.

Este libro es un esfuerzo conjunto que espero pronto poderles informar que esta listo, ya en casa comentamos mi hijo y yo que si cada uno de ellos cobrará por este trabajo, sería mucho el dinero, pero lo bueno es que se hace de corazón, además de ser varios los fotógrafos de ambos sexos en cada una de ellas.

Cuando vean una revista donde vean modelos o vayan a un desfile de modas quiero imaginarme el trabajo de preparación tanto de los modelos para primero escoger su vestuario, segundo si se trata de un sesión fotográfica las horas requeridas o si es un desfile todo el trabajo que hay detrás por parte de todo el equipo empezando por los diseñadores, los encargados de hacer el vestuario, y el trabajo hasta llegar al desfile.

Cuando nos damos cuenta del trabajo para poder hacer algo, las horas de reuniones, el ir a comprar, las llamadas telefónicas para poder dejar cada detalle bien entendido a cada uno de los involucrados, en fin horas y horas de trabajo, podremos darle otro valor el de la organización para lograr una meta que es poderlo dar a conocer.

Todavía hay mucho trabajo como textos por parte de otra persona, las fotos que se van a escoger porque serán muy pocas las que se queden, pero el esfuerzo sigue y yo me siento muy contenta de haber sido invitada a participar como la experiencia sobre todo en estos momentos donde el estado de mi ánimo es esencial, como sentirme muy apapachada como ayer.

Cada fotógrafo le imprimirá su estilo propio, tomará sus decisiones, pero al final el resultado será un trabajo donde cada uno puso su granito de arena, dio lo mejor y aceptó a los demás, sin importar qué aportaron, mucha suerte para este equipo de trabajo que ha dado tanto por algo en lo que creen y solo por ese hecho merecen mucho éxito.

Acerca de Therese C.

Nací el 10 de mayo de 1950, actualmente estoy jubilada de Petróleos Mexicanos.Estudios:Secretaria Inglés-EspañolMaestra de InglésTécnicas de Traducción Inglés-Español del Instituto Anglo-Mexicano de Cultura (Anglo)Locución en la Asociación Nacional de Locutores de MéxicoActividades en radio:Locutora en Pulso Ciudadano por cuatro años en Radio ABCEn internet como locutora, productora y crítica teatralVisión RadioFrecuencia MéxicoExpresión Digital

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