Una vez más su esposo la golpeó. Una vez más sus hijos asustados se escondieron detrás de la puerta. Una vez más Elena se fue al hospital. Una vez más su esposo de rodillas le pidió perdón y le mando flores. Una vez más Elena le creyó y volvió con el. Una vez más su esposo la golpeo…
Es difícil entender a Elena y fácil juzgarla si no conocemos el círculo vicioso que envuelve a la violencia domestica. Asimismo es difícil para Elena salir de este círculo y hacer un cambio en su vida si no es conciente de su funcionamiento.
El abuso domestico ocurre cuando una de las personas en la pareja somete a la otra, la controla por medio del miedo, la culpa, la vergüenza, la intimidación y la amenaza creando impotencia, dependencia, miedo e inseguridad en su pareja. Por lo general el abuso va escalando, comienza con insultos y amenazas hasta que alcanza los golpes y en muchos casos la muerte. Para dar una estadística, aproximadamente 1, 300,000 mujeres y 835,000 hombres son victimas de violencia domestica en EUA cada año, de los cuales 1400 mueren.
La victima nunca sabe cuando un episodio de violencia comenzara por lo que vive en constante temor, tratando de complacer a su pareja, llegando al extremo de perder su propia identidad, de sentir que no vale nada y de creer que esta atrapada.
Básicamente existen tres etapas en este círculo del abuso o violencia domestica. En la primera etapa se empieza a crear tensión en el abusador, este comienza a insultar a su pareja, tirar objetos, amenazarla, la victima comienza a sentir miedo y trata de controlar la situación complaciendo al abusador o tratando de evadirlo. No importa lo que ella haga, no es capaz de lograr calmarlo.
En la segunda etapa, cuando la tensión llega a su cúspide, el abusador se desahoga golpeando a su pareja. Esta vive momentos de pánico e impotencia.
En la tercera etapa conocida como la etapa de la luna de miel, el abusador se siente realmente avergonzado de su comportamiento. Se muestra arrepentido, pide disculpas y da muestras de amor diciendo que va a cambiar, convence a su pareja que nunca mas la va a golpear, nunca más va a abusar de ella.
Es precisamente esta etapa la que hace que la victima no deje a su pareja ya que vive con la esperanza de que las cosas van a cambiar. Si solo existiera el golpe y el insulto seria mas fácil abandonar al abusador, salir de ahí, pero al ver las muestras de amor que el le profesa, al ver su arrepentimiento cree que las cosas cambiaran, hasta que otra vez se crea la tensión y el circulo se repite y se repite por años, hasta que la victima muere o la victima entiende que las cosas no pueden seguir así y se decide a dejar al abusador y buscar ayuda.
Tanto la ayuda legal como la ayuda emocional son de vital importancia para que la persona que fue abusada puede salir adelante y tener una mejor vida.
La ayuda legal la protege del abusador que no deja de ser un peligro aunque ya no estén juntos. La ayuda emocional le da las herramientas para reencontrar su fortaleza, su valor, su identidad y su derecho a ser feliz.
La ayuda esta ahí, existen muchos lugares donde se apoya a victimas de violencia domestica dándoles la facilidad hasta de un lugar para vivir. La ayuda esta ahí también para el abusador, que igualmente sufre y lo mas probable es que vivió una vida de abuso en su infancia. Existe la posibilidad de salir este círculo. Si estas ahí, piden ayuda ya. Te mereces una vida mejor.
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