A propósito del día de ayer y del riesgo que se jugaron algunos de nuestros apreciables compañeros de milicia con sus selfies en el monte del precipicio o del despeñadero, (ya me imagino en algunos el clásico: ¿ya ves? ¡te lo dije! Del esposo o la esposa o de la mamá. Y tú ni caso me hiciste). Me recuerda el viejísimo chiste del niño en bicicleta: mira mamá, ¡sin manos! Mira mamá ¡sin pies! Mira mamá ¡sin dientes!
Ayer En Nazareth Village, tres o cuatro visitaron a las hormigas, después de la lluvia bendita, se resbalaron y ¡al suelo compadre! Resulta que la piedra caliza es resbalosa cuando la lluvia la moja y es la misma piedra en el despeñadero (la neta no sé si es caliza, pero suena que soy un gran conocedor de muchas cosas y así estas crónicas pueden resultar tantito ¡más mejores! Cómo dicen en mi rancho). Para que no digan que acá su charro es exagerado, o ave de mal agüero, quizá hoy podríamos estar celebrando en especial aprovechando los extraordinarios Salmistas que nos acompañan, una hermosa celebración de que dos o tres se nos hubieran adelantado a llegar a Casa con Papá; un poquito apaleados después de haber caído cientos de metros y no habiendo tenido la capacidad de pasar en medio de la multitud cómo el Señor en ese lugar, cuando trataron de despeñarlo.
Hoy visitamos Capernaum, excelente visita, pero ya no quiero ver ruinas o acabo en la ruina, quiero algo más espiritual, quizá al rato en el río Jordán.
Fuimos a un lugar muy padre que resultó como dijo Nimrod el guía, tiempo de baños y tiempo de compras, aunque para mí fue algo sumamente especial, el guía me dijo: te voy a enseñar algo diferente. Me llevó a un salón que parecía como muy privado y ahí me mostró un vestigio de una barca rescatada del fondo del mar de Galilea que después de estudios profundos y de tres años que les llevó primero cubrirla con poliuretano para sacarla del agua y después limpiarla, tratarla con químicos y humedecerla para evitar que la madera se deshiciera convirtiéndose en polvo después de casi 2,000 años en el agua, resultó una barca, preciso del tiempo del Señor en Galilea, parece que es lo único de madera que se conserva en Israel de aquella época. Un momento especial fue verla de cerca y pensar que en ese tipo de barca se transportaba El Señor con sus discípulos. Bueno ya forzando la maquinaria, por qué no pensar que pudo ser esa misma barca en donde el Señor detuvo la tormenta o en donde sus discípulos cruzaban el mar mientras el Señor los alcanzó caminando sobre el agua. Si se siente una sensación especial con esas ideas en mente.
Hoy ¡bautizo Time! ¡Yes! La gran mayoría bajaron a las aguas (heladas) del bautizo y nada más ni nada menos que en el Jordán, ¡no bueno! Más apapacho ni el presidente, ni José José o Ricky Martin. Hablando de gente famosa, creo que solo nos faltó Marcos Witt y Jesús Adrián Romero; qué Maravilla que estén aquí entre nosotros y codeándose con los mortales: Coalo Zamorano, Julissa, Ingrid Rosario, Jacobo Ramos, Funky y el apreciado Daniel Calveti, ¿así? O ¿más consentidos?
Por cierto son las 2:23 de la mañana mientras escribo la primera parte de esta crónica, no se si es el cambio de horario, el Jet Lag o simplemente lo betabel, pero aquí su mexican escribano dándole al teclado. Por cierto por si no lo sabes, estamos copiando toda la Biblia en forma manuscrita y Ashem está agradado con eso, pues sus bendiciones están llegando más frecuente y cotidianamente alrededor de los escribas. Casi casi ¡andamos caminado entre nubes! ¡Soy escriba! Dicen algunos, pavoneándose toditos ¡no bueno!
Hablando de orejas dijo el burro, jajajaja. ¡Bendita humanidad!
Al ratón nos reuniremos para intercambiar experiencias que hasta ahora han resultado excelentes, pero insisto, Ashem tiene más, mucho más preparado para todos nosotros en este precioso viaje. Nos vemos el día de mañana a la misma hora, en el mismo canal. ¡Chau!
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