En el momento que llegue a El Celler de Can Roca, en Girona y Joan Roca, me paseaba por su cocina sabia que iba a vivir una experiencia estimulante y sensual.
Este restaurante es dirigido por los hermanos Roca, Jordi, Josep y Joan, cuya pasión por la cocina empezó a forjarse en Can Roca, el establecimiento que sus padres tienen en Taialà, un barrio en las afueras de Girona.
Allí crecieron, en medio del bullicio de platos, ollas y clientes. El bar era su salón, el paisaje donde jugaban, hacían los deberes escolares, miraban la televisión,… al tiempo que, desde la cocina, surgían aromas de los guisos que su madre preparaba de forma generosa, sencilla y honesta.
El Celler, de decoración elegante, sobria y una atractiva iluminación, es un restaurante free style, de cocina en libertad, comprometida con la vanguardia creativa, sin renunciar a la memoria de las generaciones de antepasados de la familia dedicadas a dar de comer a la gente.
Su compromiso con la cocina y con la vanguardia, además de su vinculación con el academicismo, ha conllevado a una defensa del diálogo permanente con los productores y con los científicos, al diálogo total.
El restaurante fue fundado en 1986 y se especializa en cocina tradicional catalana. Por si fuera poco, está considerado el segundo mejor del mundo por la revista Restaurant Magazine, en 2014, y ya cuenta con tres estrellas Michelín.
Su carta abarca algunos platillos de sus “clásicos”, pero se renueva cada temporada con nuevas propuestas, al mismo tiempo que marca nuevas tendencias.
Les cuento sobre el menú, de inspiración internacional y llamado “Comerse el mundo”:
– México: burrito de mole poblano y guacamole
– Turquía: Tartaleta de hoja de parra con puré de lentejas, berenjena y especias con shots de yogur de cabra y pepino
– China: verduras encurtidas con crema de ciruela
– Marruecos: almendra, rosa, miel, azafrán, ras el hanout, yogur de cabra
– Corea: pan frito con panco y panceta con salsa de soja, tirabeques, kimchi y aceite de sésamo
– Olivas caramelizadas
– Coral: Escabeche de percebes al laurel y albariño. Crema de erizo de mar a la brasa
– Bombón de carpano con pomelo y sésamo negro
– Crujiente de maíz con corteza de cochinillo ibérico
– Bombón de trufa
– Brioche de trufa
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