Si finalmente hacen caer a Maduro quien a través de manipuladas consultas populares, reparto de dinero del petróleo y de los préstamos de Rusia y China se ha mantenido en el poder a costa de las organizaciones politicas que mantenian a Venezuela en un estado de paz, y una sociedad donde solo algunos no podían comer y que hoy, gracias a Maduro, es un país sin paz,, donde solo algunos pueden comer.
Lo triste es que la mayor parte de quienes se oponen a Maduro en América Latina son gobiernos de derecha, de repúblicas bananeras, y de políticas tan antisociales como las de Maduro con las que con justa razón algunos países no quieren entrelazarse.
Y sin embargo…
Dejar a Venezuela seguir cayendo en la profundidad del abismo chavista, en la creencia de un gobierno de consenso popular donde el hambre y la pobreza no solo está arrasando con la poblacion, sino también con el futuro del país, porque todos los que ya no pueden estudiar y no pueden investigar, dejaron de invertir, de trabajar y van a requerir de años de recuperación antes de volver a la normalidad.
No, la opción no es entre el extremo populismo chavista y el criminal fascismo centroamericano, es entre un gobierno del que no podemos deshacernos (Venezuela, Nicaragua, Cuba) y otro en el que si nos organizamos -aunque no nos dejen- podemos deshacernos, ya que por durar demasiado huele a podrido.
En unos países la clase política se conserva en el poder ‘democráticamente’ amañando elecciones y robando patrimonios; en otras descaradamente cambiando las leyes para volverse “legítimos” a sus propios ojos. Ojalá nosotros podamos ser el justo medio donde nuestra opinión -de preferencia educada y meditada- sea considerada, donde las mañas y robos sean controlados en todo lo posible, y donde la imposición política sea eliminada.
Por lo menos en esa medida, lo que sucede hoy -sobre todo si concluye en la eliminación de Maduro y el arresto de los soldados que lo apoyan- serviría de ejemplo a otros generales, comandantes y políticos continentales, quienes sabrán que unos años de abuso en el poder podrían convertirse en una vida en encierro o destierro y eso quizás sería suficiente para mantenerlos en sus cuarteles lejos de las calles y de la población civil.
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