Hice un ejercicio social en el cual expuse una foto con una imagen para analizar las respuestas de las personas a la pregunta que les planteé y este fue el resultado:
Tendemos a ver lo que creemos que debemos ver y no somos conscientes de lo que realmente vemos. Tanto es así que nos convencemos que vemos lo que creemos en nuestra imaginación como real y lo real inexistente y discutible a modo de querer ganar una pelea atroz y defender la idea que vemos lo que creemos.
Digo vemos, pero realmente eso pasa con todos los sentidos.
También contestamos diferente a una pregunta, aunque estemos convencidos que la respuesta es otra, porque creemos (otra vez creemos) que quedar bien es más importante que ser real. Esto llega a tanto que ni siquiera nos damos cuenta que no estamos contestando la pregunta, sino que estamos respondiendo otra cosa totalmente diferente. Por ejemplo, alguien nos pregunta cuál es el resultado si a 2 le añadimos 3 y responderemos que es martes porque si el círculo tuviera 4 puntas en lugar de 6 polígonos sería evidente que el oxígeno no podría soportar la presión de una turbina aerodinámica.
Esto nos parece tonto e irrisorio, pero es la realidad en nuestras mentes.
Vemos un cuadro que se observan montañas, caminos, una puesta del sol, un hombre de espaldas sentado en un tronco, pinos, verde, sombras, etc. Y se pregunta qué vemos en ese cuadro y nadie contesta lo que ve sino lo que siente al verlo, o lo que debe estar sintiendo ese hombre sentado, o lo que tuvo que haber pasado para llegar a ese momento, y esa no fue la pregunta.
La filosofía que yo elegí seguir, que no existe en la rama filosófica, es el realismo tal y como es. Si se pregunta qué vemos, no debemos responder la paz ni la tranquilidad, ni la soledad, ni los pensamientos, ni la nostalgia ni nada de eso porque nada de eso es visible. Es como el caso anterior que se preguntó una ecuación matemática y se respondió un día de semana con argumentos que no concuerdan entre sí ni con la pregunta en sí misma.
Una tontería repetida miles de millones de veces por miles de millones de años o por miles de millones de personas, la gente la percibe como única realidad indiscutible, irrefutable, y solamente discutible para pelea a fin de defender la estupidez de haberse lavado la cabeza. Esto pasa porque es más vergonzoso reconocer la verdad que mentir y quedar bien. Y la verdad es que ese reconocimiento es que nos hemos dejado lavar la cabeza por años, por gente, por el qué dirán.
A aquellos que han respondido que ven en esa imagen mucha paz me animé a preguntarles si la paz es visible y también contestaron respuestas que nada tenían que ver con esa segunda pregunta. Por ejemplo, han dicho que ver a un hijo en paz es muy reconfortante. El hijo es visible, pero la paz no. La paz es perceptible, es sensitiva, es parte de esa metafísica correspondiente al espíritu o al alma, que bien podríamos facilitarnos a decir que es lo mismo a fin de no profundizar en lo que ahora no viene al caso.
Así sucede cuando vemos una persona vestida de tal o cuál manera: si esa persona nos cae bien, siempre defenderemos su vestimenta, así se vea ridículo. Si esa persona nos cae mal, atacaremos su vestimenta por ser quien es esa persona.
Este fenómeno también se conoce como ad hominem, que es el ataque sistemático sin argumentos a los ideales, sino a las personas o las cosas que llevan puestas. Es como decir que Einstein era un ignorante porque no se peinaba, que Diógenes también lo era por ser que no se bañaba, etc.
El movimiento que yo creo haber creado en la filosofía es el realismo total. Y cuando se dice total no puede excluir a nada, ni siquiera a la espiritualidad, la fe, la creencia, los dogmas, las doctrinas ni nada. Todo está incluído en el realismo, de lo contrario no sería realismo sino conveniencia cíclica tal vez.
El realismo es la realidad de lo que percibimos con todo nuestro ser en todo aspecto, pero no quiere decir que si una pared blanca es real y yo pregunto que ves en la pared, me puedas contestar dureza, división, construcción, durabilidad larga mas no eterna, etc. Si la pregunta fue qué ves en la pared no debemos responder qué pensamos respecto al motivo de la existencia de esa pared en ese específico lugar.
Hay una vela y yo digo que realmente es una aglomeración de cera que es líquida y aumenta su volumen al calor, así como también cambia su aroma, textura, sonido al caer, rigidez al tacto, etc. Hay una vela y punto. Lo que veo es una vela y nada más. Lógicamente, la vela debe estar en algún lado y tal vez exista sombra, entonces también veo la sombra, la mesa o punto de apoyo o de donde esté enganchada o lo que sea, pero no puedo decir que veo tristeza por estar esa vela apagada. Incluso la vela apagada es favorable para dormir bien, no tiene por qué ser tristeza.
Pues eso es lo que muchas veces creemos que creemos mientras realmente no sabemos que creemos ni qué creemos. No nos damos cuenta por estar convencidos y aferrados a pensar que la imaginación, el quedar bien y otras circunstancias son más importantes que la realidad.
La realidad es inamovible así el mundo diga lo contrario.
By Rob Dagán
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