“Vergüenza nos debería dar”

Por:
- - Visto 1925 veces

Ahora resulta (para algunos) que puto no es un insulto y que si lo es, no tiene la menor importancia, como diría Arturo de Córdova. Incluso, me dice un amigo que existe el derecho a insultar. Que es una derivación natural de la libertad de expresión. Pues no. Tampoco importa que la FIFA haya absuelto a México, pues no es un asunto que se resuelva con sanciones. El famoso grito es un espejo de lo que somos y de lo que creemos que estamos autorizados a hacer en aras del relajo.

No es cierto que la violencia verbal sea anodina. Hace daño. Agrede. Y se usa precisamente para eso: para denigrar, ofender, sobajar, discriminar. Negro, puto, indio, vieja, pueden ser hasta términos cariñosos; pero suelen ser dagas para joder, para humillar. Todos lo hemos hecho y quizá todos, en algún momento, lo resentimos.

Cuatro argumentos he leído para justificar a la masa de gritones. El primero es increíble: decirle puto a alguien no es un insulto. Se trata de pura y dura hipocresía, porque si no lo fuera nadie lo gritaría. Porque, puto, no nos hagamos, se utiliza en México para ofender a alguien que es o consideramos homosexual, como si esto último fuera una afrenta. Y por extensión se lo aplicamos a los que suponemos miedosos, traidores, pusilánimes, y agréguele usted. Es una injuria.


Otros, nos dicen, “es solo un juego, y por ello, no hay que exagerar”. Por supuesto que los que gritan puto se divierten, y para muchos de ellos es un esparcimiento; se sienten en un recreo que les permite todo tipo de desahogos. El asunto no es si ellos están jugando, sino lo que significa para los otros, los que reciben los dardos de sus gracejadas. El tipo que le lanzó un plátano a Daniel Alves del Barcelona a lo mejor estaba “jugando”… pero a costa de otro, al que equipara con un chango. Y eso es racismo puro, como puto es parte del diccionario homofóbico.

Otros más lo justifican con el argumento de que siempre ha sido así, que así es y así será. Que en los campos de futbol los jugadores se insultan y que en las tribunas no puede ni debe ser de otra manera. ¡Bonito razonamiento! Bajo esa premisa, pegarle a los hijos para supuestamente educarlos, impedir que las mujeres ocupen cargos públicos o acosar a los homosexuales diciéndoles maricones, jotos, putos, es legítimo porque no lo inventamos nosotros sino que lo heredamos como producto de una larga tradición. Que todos o la mayoría haga una cosa no la legitima. Hasta hace unos años, la mayoría decía que un poquito de violencia aplicada a la educación de los hijos no hacía mal, ya que era un recurso pedagógico. Creo, sin embargo, que poco a poco, precisamente por la resistencia primero de una minoría que paulatinamente se expandió, hoy por lo menos los golpes a los niños tienen una menor legitimidad que en el pasado inmediato. Cuando no pocos comentaristas y hasta la Federación Mexicana de Futbol salen a decir que puto es un grito natural, que no es para tanto, expresan de inmejorable manera la forma en que somos insensibles al daño que nuestros dichos infligen a los otros.

El otro argumento no fue más que una coartada para evadir el tema. Dado que la FIFA -decían- ha decidido que los próximos mundiales sean en Rusia y Qatar, países cuyos gobiernos persiguen la homosexualidad, no tiene derecho a ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Es el viejo recurso de escurrir el bulto diciendo que hay otros peores que uno, de tal suerte que no tienen autoridad para señalarnos. Sobra decir que se puede y debe condenar una y la otra cosa. Curiosamente, los mismos que no le reconocían calidad moral a la FIFA para juzgar, festejaron la absolución.

Debemos volver al inicio y a un cierto sentido común. No hay libertades absolutas por una simple y llana razón: porque vivimos con otros. Y nuestras libertades tienen un límite: los derechos de esos otros. Es la base de la convivencia medianamente civilizada. Nadie tiene derecho a injuriar, difamar, ofender, al amparo de la libertad de expresión.

Recordemos que la violencia física se inicia normalmente con la violencia verbal. La masa anónima se cree con derecho a insultar precisamente por ser masa. Es probable que la inmensa mayoría de los que gritan no se atrevieran -por cobardía o por respeto- a decirle puto al portero rival frente a frente. Pero en el anonimato todo se vale. Total, somos todos y somos nadie.

Es una vergüenza que miles de compatriotas se reúnan en un estadio para gritar puto. El aullido masivo es una triste expresión… de lo que somos.

 

José Woldenberg es académico y ex presidente del Instituto Federal Electoral.

7 comentarios en «“Vergüenza nos debería dar”»
  1. Olivia Berumen, sus comentarios son muestra de polarización. Y estoy de acuerdo con el artículo, pero no simplemente cabe señalar el léxico sino la actitud mediocre de muchos comentaristas de televisión que, lamentablemente, reflejan de una u otra forma el subconsciente del mexicano.

    Responder
  2. Sra Olivia Berumen lo que usted necesita es un psicólogo no escupir aquí sus problemas personales, si le fue mal no es cuestión de religión es cuestión de pareja. Extraño reflejo de nuestra sociedad donde el mexicano se caracteriza para utilizar grocerias en cada uno de sus estados de animo buenos y malos y eso es lo que nos caracteriza. Chile dice viva chile mierda no me suena muy bonito pero nadie se enoja ni se queja. Ahora bien es fútbol yo preferiría mil veces oír gritos y unión a escuchar que se mataron dentro de un estadio y como yo no creo que absolutamente nadie aquí no diga ninguna mala palabra entonces este texto es totalmente obsoleto.

    Responder

Responder a Shantal Rudomin Bauer Cancelar Respuesta

A fin de garantizar un intercambio de opiniones respetuoso e interesante, DiarioJudio.com se reserva el derecho a eliminar todos aquellos comentarios que puedan ser considerados difamatorios, vejatorios, insultantes, injuriantes o contrarios a las leyes a estas condiciones. Los comentarios no reflejan la opinión de DiarioJudio.com, sino la de los internautas, y son ellos los únicos responsables de las opiniones vertidas. No se admitirán comentarios con contenido racista, sexista, homófobo, discriminatorio por identidad de género o que insulten a las personas por su nacionalidad, sexo, religión, edad o cualquier tipo de discapacidad física o mental.


El tamaño máximo de subida de archivos: 300 MB. Puedes subir: imagen, audio, vídeo, documento, hoja de cálculo, interactivo, texto, archivo, código, otra. Los enlaces a YouTube, Facebook, Twitter y otros servicios insertados en el texto del comentario se incrustarán automáticamente. Suelta el archivo aquí

Artículos Relacionados: