Vida

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Quiero agradecer por este conducto los innumerables gestos de aliento que me dieron algunos de mis amigos y fieles lectores durante el tiempo que estuve confinado a mi casa como consecuencia de una serie de accidentes sufridos. Estoy feliz de reincorporarme a “Foro”, y seguir disfrutando de su patrocinio y comentarios.

Nunca sabe uno el valor de la salud hasta que se está en manos de enfermeros, inhabilitado para todo, y atenido al buen criterio de los médicos y de sus equipos. En mi caso, por la falta de visión, sufrí una aparatos caída en Tepoztlán, Morelos, donde las lozas de las banquetas están tan mal colocadas que se prestan a tropiezos, y yo caí en el arroyo de la empedrada calle. Afortunadamente no circulaba por allí ningún vehículo en ese momento.

A la recuperación de esa primera caída pude caminar pero asistido de un bastón y es así como poco a poco acabé con una colección de bastones, pero mis piernas no obedecían, así que un día, en la regadera de mi casa me resbalé y caí sobre la puerta de baño, cuyo vidrio se rompió en mil pedazos y yo quedé en el piso bañado en sangre.


En el hospital el médico me sacó como noventa astillas. Recuperado de esa, me resbalé en mi casa rompiéndome el codo de mi brazo derecho, el que estuvo enyesado seis semanas, impidiéndome escribir. Por último, con otro resbalón en mi casa, me fracturé la Pelvis, y ha sido necesario el uso de asistencia médica día y noche por lo cual hoy día estoy incapacitado y sujeto a moverme en silla de ruedas. Afortunadamente al cuidado de dos calificados enfermeros, día y noche.

Por otro lado, tengo ochenta y seis años, y a excepción de mis piernas gozo de buena salud, gracias a Diana mi esposa que se preocupa por todo. Si tuviera que escoger otra vida, yo no cambiaría nada, pues he vivido y vivo feliz de esta vida que me tocó vivir. Pero todo esto es historia y hay que ver al futuro.

Quiero aprovechar este espacio para desear a todos un feliz año 2009 lleno, primordialmente, de salud y de Paz, de bienestar y de prosperidad y de todo lo bueno que pueda uno desear.

Acerca de Enrique Elías

– Presidente de la Comunidad Sefaradí teniendo el honor de extender la bienvenida al Monseñor Primado de México, Darío Miranda, en el Templo Rabí Yehudá Halevi en las calles de Monterrey, Colonia Roma. Esto marca la primera vez en que un líder espiritual de la Iglesia Católica visita una Sinagoga en México. – Presidente de la Logia Baruj Spinoza Distrito 23 e inaugurando las oficinas de ésta en Acapulco 70 donadas por el Sr. Fernando Jeno y Sr. José Fleischer. – Presidente del Comité Central Israelita de México (hoy llamado Comité Central de la Comunidad Judía de México) otorgando pluralidad de mando, al ser electo por vez primera, un dirigente de la Comunidad Sefaradí en el puesto que encabezara por 10 años consecutivos. Fueron años políticamente turbulentos durante el sexenio del Presidente Luis Echeverría Álvarez con el nefasto voto de México en Naciones Unidas igualando racismo con sionismo, situación que manejó con inteligencia y prudencia. Igualmente basta recordar su trato constante con el Presidente José López Portillo, en quien encontró eco para estrechar las relaciones judeo-cristianas logrando una apertura con la Iglesia. Su relación con el Cardenal Primado Ernesto Corripio Ahumada le permitió dialogar con el Papa Juan Pablo II en su visita a México, generando lazos de amistad. – Presidente Nacional de B’nai B’rith trayectoria marcada por el desarrollo de la Comisión de Relaciones Judeo-Cristianas e Interreligiosas y la importante labor de Anti-Difamación llevada a cabo por Tribuna Israelita, en aquella época, parte de B’nai B’rith. – Presidente Honorario y Vitalicio de B’nai B’rith que presidió dignamente hasta que su quebrantada salud se lo permitió. La última faceta de su vida, lo hizo inmensamente feliz, como escritor y compañero de la Revista Foro y Diario Judío. Sus publicaciones eran esperadas por sus lectores pues reflejaban en ellas sus experiencias y vivencias personales de su querido México.

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