La violación continua a los Derechos Humanos en este hermano país centroamericano, nos deja a todos un dolor muy grande en relación con el asesinato de más de 25 personas en estos últimos días; ya que los enfrentamientos y represalias en contra de la sociedad civil y principalmente hacia estudiantes universitarios por parte del Gobierno del Frente Sandinista de Liberación Nacional, nos recuerdan a todos los que vislumbramos un Mundo mejor, las luchas sociales en pro de la igualdad de condiciones y garantías de individuales a lo largo de la historia.
Es fundamental que los demás países dentro del continente americano, junto con representantes de la sociedad civil, le pidan a la Organización de Estados Americanos, (OEA), que intervenga en forma urgente en nombre de todos esos valientes estudiantes que han sido asesinados, para que cese la matanza de personas que está empañando de sangre a Nicaragua.
Debido a que estamos en la obligación ética y moral de apoyar a todos aquellos que también han decidido enfrentar de forma expresa, a través de sus manifestaciones públicas a un gobierno más que represor y transgresor de los derechos humanos que además, está totalmente corrompido por el ejercicio y abuso del poder absoluto.
Las injusticias a las que se encuentran sometidos gran parte de los nicaragüenses y en especial los trabajadores a quienes, se les querían aumentar las cotizaciones y rebajar las pensiones a los jubilados, sin ni siquiera realizar una consulta popular, es un acto totalmente arbitrario y fue el detonante para que los estudiantes se lanzaran a las calles a protestar contra el gobierno del Presidente Daniel Ortega; el cual, se mostró no solo reacio ante el cuestionamiento de la población, sino también intransigente con las peticiones de la sociedad civil.
Como resultado de tal confrontación política en nombre de la equidad social, base fundamental para el bien común y la paz perpetua, es que hoy en Nicaragua y el resto del Mundo, se lamenta el asesinato de los estudiantes e incluso un periodista, por tratar de denunciar las atrocidades en diferentes ámbitos de la administración pública de parte del gobierno de Ortega; donde en ésta Nación de volcanes e intelectuales aguerridos, unos tiene mucho y otros ni siquiera lo básico para sobrevivir.
Por ello, todos los que laboramos en pro de los Derechos Humanos ya sea dentro o fuera de la Academia, no podemos quedarnos impasibles frente a tal agresión a pesar de las diferencias políticas, sociales, económicas y culturales al igual que religiosas que nos embargan; y que no deben impedir que alcemos la voz y denunciemos la violación a los derechos fundamentales del pueblo nicaragüense, donde el totalitarismo instaurado en el poder desde hace ya bastante tiempo, no permite el libre ejercicio de eso que se conoce como democracia, al tener secuestrado a éste país con la tan prostituida proclama de “Patria o Muerte…”
(Especial para el Diario Judío.com de México.)
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