La gran mole nos recibió polvorienta, con sus enormes muros aún desnudos, llenos de acero y concreto y el estruendo de maquinaria, cinceles y sopletes que aprietan el paso para la inauguración en Mayo del año próximo.
A lo largo de dos horas, con la amabilidad y claridad de ideas y palabras que lo caracterizan, el Ing. Jacobo Dayán, responsable del diseño de contenidos, se dispuso a conducirnos a un nutrido grupo de hermanos por los meandros del que pronto será uno de los mayores museos del mundo, dedicado no sólo a mostrar la incapacidad de los pueblos modernos para convivir en paz con sus semejantes, sino también -y afortunadamente- a proponer caminos para extirpar de las nuevas generaciones el mal atávico de la intolerancia.
Magno proyecto gestado desde hace varios años por un pequeño grupo de soñadores que no imaginaban los alcances de su entusiasmo, el Museo Memoria y Tolerancia ocupa un enorme espacio a un costado de la Secretaría de Relaciones Exteriores frente al Hemiciclo a Juárez y se desarrolla en cinco pisos que albergarán exposiciones permanentes, exposiciones temporales, auditorios, áreas de documentación con la tecnología más avanzada en manejo de la información, aulas para impartir cursos especializados, exhibición de artistas nacionales y extranjeros que expondrán obras alusivas al anhelo por el respeto de los derechos humanos, cafetería y áreas para la reflexión del público asistente.
Así, con la participación altruista de destacados ingenieros, arquitectos, museógrafos, diseñadores de medios, pedagogos, artistas en varias disciplinas, restauradores y demás especialistas en diversos dominios del conocimiento, el museo será un espacio vivencial donde el público asistente, acostumbrado a la museografía pasiva tradicional, penetrará a un nuevo universo del aprendizaje, donde objetos, imágenes, sonidos y ambientación, harán de su visita una experiencia inolvidable.
Las exhibiciones permanentes incluirán no sólo los grandes genocidios del siglo XX, como el de Armenia, el de Rwanda, el del régimen Nazi, el de Serbia-Bosnia y el de Darfur que increíblemente ocurre en estos días, sino además los crímenes de lesa humanidad, las persecuciones políticas de Sudamérica, las violaciones de las garantías individuales, las represiones religiosas, el maltrato a los niños y mujeres, la homofobia, las matanzas de pueblos indígenas… incluyendo los vergonzosos hechos que han ocurrido en nuestro país.
Se clarificarán las diferencias de conceptos como genocidio, crímenes de lesa humanidad, persecución, acoso, represión, etc. que el hombre común y corriente suele confundir.
Nuestra conmovedora visita finalizó cuando incursionamos en el vagón en proceso de restauración, donado por el gobierno polaco, que transportó a miles de hermanos a las cámaras de gas. Con la piel erizada, caminé entre sus corroídas duelas, sabiendo que nunca lograría sentir ni la milésima parte de la angustia que vivieron aquellos inocentes.
Por este medio, agradecemos infinitamente a Jacobo Dayán
su generosidad y auguramos a esta extraordinaria institución
un éxito rotundo.
Artículos Relacionados: