Actualmente vivo en Kfar Hayam -“Villa del Mar”- en Israel. En el centro del país en la costa playera del Mediterráneo. En una pequeña comunidad hipercapitalista, que aparentemente busca escapar a las tensiones del cuerpo físico en las albercas y canchas de deportes, en su monumental jardín y en la playa. Todo lleno de lujos.
En este lugar soy increíblemente infeliz, sufro de una profunda depresión, apenas alcanzo a pagar los pagos de intendencia y mantenimiento con ayuda de las mujeres de mi vida: mi mama Dora y mi hermana Rosi, y mi fuego interno se ha apagado.
Vivo escapando todo el tiempo, refugiando en la comida y la alberca, el iPad y la nueva televisión LCD.
Lo único bueno que hay en esta etapa es que escribí docenas de guiones de INE y novelas. Por supuesto mi hija es lo más importante.
Le debo a varias compañías varios miles de dólares, y cada vez que llega un recordatorio del “Beit HaMishpat” -Juzgado- lo rompo en cachos pequeños como si fuera un billete fallido de la Lotería.
Juego a la lotería dos veces por semana, y al Toto -quinielas de fútbol- esperanzado salir de mi situación, pero la situación no cambia. Por supuesto no gano el premio mayor, aunque en una ocasión casi gane diez millones de dólares, le atine a seis números de siete, ni me lo recuerden, todo hubiera cambiado.
Vivo de la esperanza, la esperanza que me da mi hija para que ella viva un futuro mejor. Hablo por teléfono con mi hija una o dos veces al día, y trato de fortalecer su espíritu. Ante ella finjo que soy un hombre feliz. Los fines de semana vienen a visitarme (con su madre) y se quedan a dormir. Los sábados en la mañana me despierta y quiere que la lleve de paseos en la costa, o que vaya a practicar con ella algún deporte en el jardín. Yo apenas me puedo levantar, a penas me puedo mover.
Yo no pensé que la enfermedad de la que sufro era real -la esquizofrenia- pero con el paso de los años yo me he deteriorado. Yo culpo a las medicinas psiquiátricas (hoy en día me inyectan Dekinet una vez al mes), a la masturbación y al tabaco.
Pero en lo especial culpo a la soledad, y cuantas veces no culpe a Dios. La mayoría del tiempo pasó entre cuatro paredes, yo solo, la televisión y la computadora prendida, con una vista a un mar desolador y a la planta de luz y sus chimeneas humeantes.
Culpo a los doctores psiquiatras, y a las trabajadoras sociales que determinaron ante el Juzgado y en complicidad con este, que un hombre no puede vivir con una niña. Desde ese día maldigo la vida.
La historia ocurrió hace varios años. Yo estaba lleno de energía cuando nació mi hija. Decidí que dedicaría mi vida para enseñarle y entregarle mi amor. Le compre un pizarrón y un plumón en el que le enseñaría todo lo que hay que aprender sobre el mundo y la carrera de la vida. Lo último que recuerdo haber visto en ese pizarrón fue el dibujo de un corazón rojo. Eso fue lo que alcance a enseñarle, a dibujar corazones, cuando llego la policía y dijeron que se la tenían que llevar a casa de la abuela, se la llevaron en contra de mi voluntad, y desde ese día maldije al Estado por involucrarse en los asuntos del alma.
Vivíamos en un departamento de lujo, con alberca en el lobby, en el corazón de Natania. Yo había hecho todo mi esfuerzo para que mi hija lo tuviera todo. Tenia su propio cuarto lleno de peluches y juguetes, pero especialmente yo le daba mucho amor, abrazos, besos, la dormía, le cambiaba los pañales, le daba su botella con leche tibia, la llevaba a pasear, platicaba con ella, la llevaba y recogía del Kinder, le enseñaba palabras, le leía cuentos, jugaba con ella, le enseñe a pintar con crayones y a cantar, y muchas otras cosas mas. Reíamos y llorábamos juntos.
Mi mujer estaba internada en el hospital, entonces llego el Estado a mis puertas, entro por la fuerza, y como un Tsunami se la llevaron – en nombre de la ley – dejándome a mí en una gran devastación.
¿Por qué escribo todo esto?
Para que aprendas de mis errores.
Te dije que Dios es la memoria del universo, y al principio te explique que en la vida hay aparentes etapas que borran etapas anteriores. Te lo quiero demostrar.
Antes de estar sumido en mi soledad y depresión en Kfar Hayam estuve viviendo en Natania rentando distintos cuartos tratando de recuperar a mi mujer y mi hija. Me conecte con una persona muy importante en mi vida, un limosnero en la Plaza de la Independencia al que llamamos Papi. Pasamos horas conversando y bebiendo café. Yo estaba seguro que el era un enviado de Dios, como un ángel o Dios mismo que había venido a ayudarme a salvar mi alma. Antes estuvimos en un departamento en David Hamelech celebrando la vida y el nacimiento de mi hija. Pasamos meses de felicidad, pero también de tensión por la Segunda Intifada. Antes de casarnos estuvimos mi prometida y yo en un oscuro departamento lleno de pulgas, yo me dedicaba al estudio de la Jasidut, hasta que los Jasidim se me metieron en el alma. Vivimos allí hasta que entraron a robarnos dos veces. Mi mujer y yo nos casamos y nos fuimos de luna de miel a México a la casa de mis papas quienes ya habían regresado de Israel ante un intento fallido de vivir allí. Antes mis papas decidieron venir a vivir a Israel y vivíamos felices en Ramat Poleg, una linda colonia sureña, mientras aprendíamos hebreo en el Ulpan Akiva. Antes estuve internado en un hospital psiquiátrico donde viví medio año felizmente tomando seis miligramos de Risperdal diariamente, allí conocí a mi mujer -también diagnosticada con la enfermedad de esquizofrenia-. Allí hice muchos amigos. Antes estuve deambulando como vagabundo en Hostales en Eilat y Tel Aviv tratando de encontrar sentido a mi vida. Antes estuve en México con mis padres pidiendo a la Agencia Judía para que me ayudaran a inmigrar a Israel. Mi mama me llevo a varios psicólogos, y al doctor Bill Landau quien me dio unas pastillas naturistas contra la depresión. Me dedicaba a ver Cinema Paradiso, Yentl y El Violinista en el Tejado todos los dias. Antes hice un viaje a Canadá y Estados Unidos donde me conecte con misioneros cristianos. Antes estuve estudiando Tora en una Ieshiva en Jerusalén, y posteriormente en varias casas de Estudio en México. Conviviendo plena e integralmente con el judaísmo ortodoxo del cual yo formaba parte, y pasando los shabatot el cual cuidaba en casa de Rabinos y Sabios. Antes viaje por todo el mundo, especialmente India y China, un viaje lleno de sabiduría y enseñanzas que derivo en mi llegada a Jerusalén. Un viaje lleno de señales y milagros. Antes hice un viaje a Hollywood, y viví en Venice Beach en Los Ángeles, me trate de clavar al mundo del cine, pero en realidad acabe involucrándome con el mundo de los Homeless y los locos en Venice. Antes jugaba fútbol con mi amigo Elias en el parque México, planeábamos proyectos y viajes, que terminaron en Nueva York con el sueño de poner un Café. Antes hice y compuse música de cine en un estudio de música profesional con mi amigo Pablo Arellano. También trabaje en docenas de proyectos de cine. Además era tecladista en un grupo de rock emergente. Antes me enamore de Maian tras conocerla en un diplomado de cine francés, duro nuestra unión varios años hasta que nos separamos bruscamente y yo entre en una gran crisis. Antes jugaba fútbol en un equipo de tercera división en el deportivo, y ganamos el campeonato, por lo que subimos a segunda, simultáneamente estudiaba Teatro y era un chico extrovertido, atractivo y lleno de seguridad. Antes estudie Comunicaciones en una Universidad y termine siendo presidente de la carrera y galardonado como el mejor realizador de cine. Fui entrevistado en televisión y radio, además de que era editor de la revista de cultura juvenil universitaria. En esta época me atiborre de drogas, tuve viajes astrales, e iba de fiesta en fiesta con mis amigos. También viajábamos a pueblitos pintorescos en todo México a hacer cine. Antes me dedicaba a escribir cuentos y poemas, y a leer literatura varias horas al día mientras que trabajaba de vendedor. En esta etapa conocí a una chica Canadiense en Acapulco y me enamore de ella. Posteriormente la fui a visitar a Canadá. Antes hice un año de Ajshara en Israel, trabajando duramente en los Kibbutzim y desembocando en un viaje de un par de meses en Europa. Antes hice la preparatoria especializándome en filosofía y obteniendo excelentes calificaciones. Me especialice en la filosofía Socrática. Antes hice la secundaria y me enamore de una chica cristiana con la que me quería casar. No había fin de semana que no fuéramos a una discoteca, y el alcohol y el amor estaban siempre presentes. Antes hice mi Bar Mitzva y me sentí profundamente abrumado por el sexo y las prostitutas. Antes estuve en la primaria y era un niño muy inseguro, intranquilo, asustado y tímido, yo diría torpe y un cuanto ausente, aunque en casa era sumamente travieso y feliz. Mi mama me ayudo a sobrepasar esta etapa y también me llevaba con una psicóloga, y a clases de pintura y fútbol. Mi papa me llevo de viaje a Estados Unidos, y luego a un viaje en Europa e Israel donde conocí la felicidad. Mi papa me prometió que cuando creciéramos yo y mis hermanos nos iríamos a vivir a Israel. Antes era un bebe, y mi mama me dejaba encargado con sirvientas porque ella tenia que trabajar. Antes era un alma vieja lista para el rodeo nuevamente.
Después de esta intrépida lista, alguien me podría ayudar, y decirme: ¿Quien soy yo? Y ¿Porque así?
Les agradecería su orientación.
Aseguro que tras leer esto, ya nadie recuerda mi presente mortificante, y mi absoluto sentimiento de perdición y de suicidio interior actual.
Solo puedo gritar al mundo: ¿Quién soy yo? y ¿Por qué?
La corteza de los árboles contiene la memoria del universo. Así mismo Dios, El mismo es la memoria del universo. Todo es recurrente en una espiral infinita.
Debo de comentar que este articulo lo escribi hace como dos meses y asi me sentia, ahora estoy en una etapa superfeliz, y me siento muy bien y feliz gracias a D-s…Tambien veo a mi mujer y a mi hija varios dias a la semana, y los fines de semana vienen a pasarla a mi casa en Kfar Hayam. Kfar Hayam me encanta! Kfar Hayam es mi comunidad espiritual, y ademas me dedico al estudio diario de la Cabala que me ha hecho mucho bien espiritual y me ha dado mucho gozo y conexion.
Si hay algo que estuvo y fue constante en todas las etapas, fue mi vocacion por escribir, siempre escribi y me conecte con la literatura, y en segunda mi busqueda del amor, debo de admitir que el amor ya lo he encontrado, en mi conexion interior, con D-s, el Creador, y ademas soy muy feliz, lo que atestigua que la vida son etapas.
Ahora me encuentro en una etapa muy creativa, tranquila, y ya no culpo a nadie, he perdonado, y me he perdonado a mi mismo.
Doy gracias a D-s por la vida que es maravillosa, y se trata de crecimiento y aprendizaje. No solamente vivo al lado del mar, tambien vivo al lado de D-s.
Mi mujer y yo hemos crecido, y tras la tormenta ha llegado la paz y el amor, la recoinciliacion y la conexion. Mi mujer es una mujer que me ha ayudado a crecer como ser humano, y a conocerme a mi mismo, a mis emociones.
Mi hija Avivit simplemente ha llenado mi vida de felicidad y alegria, ha iluminado mi existencia.
A veces hubo momentos duros de sufrimiento, pero esos momentos son increibles, bellisimos, porque nos llevan a al autoconocimiento, y en especial a conectar las emociones verdaderas, y al conocimiento de la vida como una herramienta de amor.
Doy la gracias a D-s, que todos tenemos salud, y me ha guiado en todas las etapas como un padre con su hijo.
Mis padres siguen en Mexico, pero me han dado un apoyo total e incondicional, yo los amo.
En cuanto a la psiquiatria, mi doctora dice que he cambiado para bien, que me he curado, que soy una persona alegre, positiva y que me ve feliz.
Tambien quiero agradecer a Diario Judío por siempre darme su apoyo, y haberme abierto esta puerta maravillosa a la expresion y a la exteriorizacion de mis historias.
Soy un judio que ama a Israel!