Wikileaks y Medio Oriente

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Las sorpresas acerca de lo que hasta el momento han revelado las filtraciones de Wikileaks sobre el Oriente Medio no han sido, en general, demasiado grandes. Ciertamente no se necesitaba a Wikileaks para saber que las naciones árabes están aterrorizadas por las ambiciones hegemónicas y el desarrollo nuclear de Irán, pero aun así, resulta útil la clarificación que proporciona a fin de revelar las hipocresías inherentes a los discursos oficiales. Algunos ejemplos: el rey Abdalah de Arabia Saudita expresa refiriéndose a Teherán que “hay que cortar la cabeza de la serpiente”, pero que espera que Estados Unidos e Israel hagan ese trabajo. De igual modo, se describe cómo el rey Hamid de Bahrain urge a Washington a “terminar con el programa nuclear iraní por los medios que sean necesarios”, mientras que abundan reportes de opiniones similares provenientes de altos funcionarios de Jordania, Egipto, Los Emiratos Árabes, Omán y Qatar.

Así, mediante Wikileaks quedan en entredicho las múltiples ocasiones en que los líderes de estos países árabes han recibido con honores y abrazado en público al presidente Ahmadinejad, dejando en claro que es el temor y no el amor fraternal el sentimiento prevaleciente hacia el régimen iraní. Y no es para menos, ya que existen también reportes de que es mucho mayor de lo que se calculaba la colaboración de Corea del Norte y China con Irán en cuanto a desarrollo de misiles balísticos de largo alcance, armamento químico y tecnología nuclear. El sitio fundado por el polémico Assange revela también que varios países árabes del Golfo amenazaron que si el mundo no se hacía cargo de la amenaza iraní, ellos se verían obligados a desarrollar su propio arsenal nuclear.

Paralelamente se han conocido, gracias a la filtración de un cable proveniente de la embajada de Estados Unidos en Tel Aviv fechado en marzo de 2009, las cordiales pero muy discretas relaciones existentes entre Tzipi Livni, entonces ministra de relaciones exteriores de Israel, y su homólogo de los Emiratos Árabes, Abdulah Ibn Zayed, no obstante la inexistencia de relaciones diplomáticas oficiales entre los dos países. Además, se han difundido documentos sobre una situación similar en curso ese mismo año en cuanto a los no oficiales nexos entre Israel por un lado, y Arabia Saudita y Qatar por el otro.


Y hablando de Qatar, sede de la cadena noticiosa Al Jazeera, Wikileaks ha soltado un documento en el que el Emir dirigente de ese país, Hamad bin Califa al-Thani expresó al senador estadounidense John Kerry en febrero pasado que “los líderes israelíes no pueden ser culpados por desconfiar de los árabes… porque ellos han estado bajo amenazas durante mucho tiempo” y que los israelíes merecen crédito por seguir intentando alcanzar la paz a pesar de la percepción dominante en el mundo árabe de que Hezbolá y Hamas han obtenido la victoria de echar a Israel de Líbano y de Gaza respectivamente.

Una incómoda revelación más de Wikileaks es la referente a que antes de la guerra de Israel contra el Hamas del 2008-09, el gobierno israelí de Olmert discutió el operativo en preparación con la Autoridad Palestina de Abbas y con el liderazgo egipcio, cuestión que éstos siempre negaron. De hecho el documento revela que Israel preguntó a ambos si estaban dispuestos a asumir el control de Gaza cuando se derrotara al Hamas, propuesta que recibió una respuesta negativa en los dos casos.

Por todo lo anterior y por lo que está develando en general, Wikileaks constituye un fenómeno de consecuencias aún desconocidas. Por lo pronto, este ejercicio de “juego de la verdad” muestra hasta qué grado en el campo de la política las apariencias de las cosas son engañosas, y cómo dejarse guiar por tales apariencias acríticamente puede conducir a juicios erróneos o cargados de ingenuidad, generadores a su vez de decisiones destinadas muy probablemente a fracasar.

Acerca de Esther Shabot Askenazi

Licenciada en Sociología egresada de la UNAM (1980), con estudios de maestría en Sociología en la UNAM y con especialización en Estudios Judaicos en la Universidad Iberoamericana. (1982-1985) Fue docente en la ENEP Acatlán, UNAM durante 10 años (1984-1994). Actualmente es profesora en diversas instituciones educativas privadas, judías y no judías.De 1983 a 1986 fue colaboradora semanal del periódico "El Nacional" tratando asuntos del Oriente Medio.Desde 1986 hasta la fecha es editorialista semanal en el periódico Excélsior donde trata asuntos internacionales.Es comentarista sobre asuntos del Medio Oriente en medios de comunicación electrónica.Publicaciones:"Los orígenes del sindicalismo ferrocarrilero". Ediciones El Caballito S.A., México, 1982.En coautoría con Golde Cukier, "Panorama del Medio Oriente Contemporáneo". Editorial Nugali, México, 1988.Formó parte del equipo de investigación y redacción del libro documental "Imágenes de un encuentro. La presencia judía en México en la primera mitad del siglo XX" publicado por la UNAM, Tribuna Israelita y Multibanco Mercantil, México, 1992.Coautora de "Humanismo y cultura judía". Editado por UNAM y Tribuna Israelita. José Gordon, coordinador. México, 1999.Coordinadora editorial de El rostro de la verdad. Testimonios de sobrevivientes del Holocausto en México. Ed. Memoria y Tolerancia, México, 2002.Redactora de la entrada sobre "Antisemitismo en México" en Antisemitism: A Historical Encyclopedia of Prejudice and Persecution". Ed. ABC CLIO, Chicago University, 2005."Presencia judía en Iberoamérica", en El judaísmo en Iberoamérica. Edición de Reyes Mate y Ricardo Forster. EIR 06 Enciclopedia Iberoamericana de Religiones. Editorial Trotta. , Madrid, 2007.Artículos diversos en revistas de circulación nacional e internacional.

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