Matarilerilerón…
Entre las nubes vive de los aviones pero no vuela. |
Amo a to… juguemos a adivinar lo que tenemos alrededor nuestro. Una lúdica propuesta plástica de Miriam Libhaber, inspirada en el libro de Paul Valéry: Eupalinos o el arquitecto, y especialmente en las palabras del conocido diálogo entre Fedro y Sócrates, diciéndole: ¿No has observado, al pasearte por esta ciudad, que entre los edificios que la componen, algunos son mudos, los otros hablan y otros en fin, los más raros cantan?
Miriam es arquitecta de profesión con una maestría en artes visuales, y además, por vocación, una espléndida y multifacética artista plástica. Para ella, los edificios de nuestra Ciudad de México también poseen características humanas y una personalidad propia. Con las obras que ahora presenta, revela que los hay irreverentes, elegantes, anoréxicos, grotescos, presumidos, escandalosos, delicados y atrevidos.
Sobrio, exquisito habita en las alturas como las aves. |
Matarilerilerón… en esta insólita exposición de 29 monotipos, trabajos de un solo original, exclusivos e irrepetibles, y situados en la frontera entre el grabado y la pintura, Miriam nos invita a jugar, a mirar estos hitos arquitectónicos con su propio lenguaje y su forma de vivir. Nos reta a reconocer algunos edificios y colosos sembrados sobre el asfalto de nuestra ciudad, en las calles del Centro Histórico, Santa Fe, Chapultepec, Reforma e Insurgentes. Construcciones frente a las que pasamos y que cobijan familias, oficinistas, empresarios, teléfonos, computadoras y escritorios. Edificaciones que nos rodean y son parte nuestra, y aunque ahí están sin moverse, a veces pasan desapercibidas.
Matarilerilerón… pues las matamos con los ojos, viéndolas sin mirarlas, y sin embargo, están construidas para darnos techo, casa, albergue, posada, un rincón donde pasar las horas que no suceden a la intemperie. Estos muros y techos con formas infinitas, a los que Miriam mira a través de su especial sensibilidad, y pinta con colores fantásticos que nada tienen que ver con la realidad, sino con una realidad distinta y maravillosa que se llama imaginación.
Chopochopochop el “Palacio de Cristal” museo y tianguis. |
Matarilerilerón… construcciones que parecen montes, pirámides, castillos, esferas; con columnas, balcones, ventanas, puertas, escalones, elevadores; aplanadas, convexas, cóncavas, guardando el equilibrio, derechitas y no tanto; altas, bajitas, feas, imponentes o bellísimas.
Casa antigua de condes sus azulejos brillan como luciérnagas. |
Amo a to, escoja usted… y, ¿qué nombre le pondremos? pide Miriam Libhaber, y nos invita a mirar, reconocer y ponerle nombre a estos edificios y construcciones hermanos de nuestra casa.
Una muestra de estos trabajos se exponen aquí, acompañados de textos que compuse a propósito de las obras y a la manera del HAIKÚ, una de las formas más bellas de la literatura japonesa. Se trata de un poema corto de diecisiete sílabas, distribuidas en tres versos (5-7-5). Alcanzó su forma actual a finales del siglo XV y debe su nombre al poeta Shiki (1867-1902). Su relato es descriptivo. Como flash que ilumina un instante, casi siempre un paisaje. El protagonismo se dirige hacia la naturaleza, contemplada en las diferentes estaciones del año. Estos pensamientos se encadenan con percepciones de muy diversa índole: nostalgia, humor e incluso religiosos, procedentes estos de la sabiduría del zen. En el caso de los monotipos de Miriam Libhaber, tomaron un contenido lúdico y urbano.
La exposición se inaugura el día 30 de enero a las 11: 00 hrs.
Podremos visitarla este día y durante el mes de febrero, en la estación del Metro Polanco, calle de Horacio, entre Lamartine y Arquímedes (zona de taquillas).
Artículos Relacionados: