Cuando la Toráh describe a cierto personaje, sin lugar a dudas se trata de alguien importante. No solamente la Toráh nos señala su existencia para conocerlo, sino para aprender algo positivo de él (ya que este es el objetivo final de la Toráh).
La Toráh dedica no pocas líneas para describir a un individuo bastante peculiar; Biläm. Un profeta de las naciones del mundo, cuyo nivele de profecía, según relatan nuestros sabios, superaba a los de Moshé Rabenu.
Este personaje no era ningún santo. No es el lugar para mencionarlo, pero muchos animales estarían mejor parados en cuanto a ética y moral, que él.
¿Por qué Di´s hizo reposar su inspiración en alguien tan despreciable?
Explica Rashí, que por medio de él Di´s tenía la intención de refutar las protestas de los pueblos del mundo, al decir: ¡Señor del Mundo! Si nos hubieses dado a alguien como Moshé, hace tiempo hubiéramos retornado a Ti. Por medio de Biläm les hizo ver, que ni siquiera teniendo a alguien más elevado que Moshé en visión profética, logran retornar sinceramente al Creador, ya que les hace falta voluntad.
Dice Rabí Shimshon David Pinkus, ZT”L: Muchos preguntan sobre esta aseveración, ya que el reclamo de los pueblos del mundo era: “Si nos dieras un profeta, que también sea justo (tzadik) como Moshé, entonces retornaríamos a Ti”
Siendo así ¿Cómo Di´s consiguió refutar los argumentos de los pueblos gentiles, cuando les envía a Biläm?
“Sin embargo – dice Rabí Pinkus – hay aquí un grave error de concepción. En realidad Biläm no era malvado, a pesar de ser profeta, sino, al contrario, Biläm fue malvado por el hecho de ser profeta.
Aclaremos esta idea.
Tratado de Julín (89) Dice la Toráh: “No por ser múltiples, más que las demás naciones, los amó El Eterno. Les dijo así Di´s; Los quiero, porque aun cuando les otorgo grandeza, ustedes de humillan ante Mí.
Le di grandeza a Abraham, y dijo: “Yo soy tierra y cenizas”. Le di poder a Moshé y a Aharón, y dijeron: “No somos nada”, etc. No obstante, otorgué grandeza a Nimrod, e inmediatamente incitó a la humanidad en contra Mia (al hacer la Torre de Bavel). A Paröh también, y ¿Qué dijo?: ¿Quién es Di´s?, etc.
Nuestros sabios nos dicen que la grandeza, en cualquiera de sus facetas, es una fuerza que hace crecer aquella semilla sembrada en lo profundo de nuestro ser. Cuando alguien aún es pequeño – no nos referimos a su edad, exclusivamente – los detalles ocultos en él, son tan pequeños y profundos, que no se ven a simple vista. Mas, cuando crece, su interioridad también lo hace, entonces se hace evidente y se revela su verdadera esencia.
Esa es justamente la diferencia entre nosotros y las demás naciones. Cuando todavía son pequeñas, sus diferencias son muy sutiles, pero cuando crecen, y se vuelven poderosas, entonces es cuando se conoce quienes son en verdad. Mientras que a unos los consume la soberbia, hasta el punto de desconocer la existencia del Creador, otros se vuelven más sumisos, y se doblegan frente a Di´s.”
Rabí Shimshon nos revela un gran fundamento en conocimiento personal.
Si realmente queremos saber quiénes somos, probémonos en nuestros mejores momentos, en los de grandeza y poder. Es fácil ser paciente y tolerante cuando la razón no nos acompaña y no disponemos de argumentos para discutir y mantener nuestra posición, mas intentemos hacerlo cuando las condiciones nos favorecen, y contamos con la palabra justa para humillar y silenciar a nuestro contrincante. Si aun en esos momentos logramos callarnos, y tratamos de apagar la pelea, entonces hemos demostrado que en nuestro interior hay buenas raíces, y con ellas es posible crecer aún más.
La Toráh no nos pide ser súper hombres, lo único que busca es que pongamos atención a nuestros valores individuales, y escuchemos una segunda voz, la de nuestras buenas raíces, la que nos dice desde nuestro interior ¡Frena! Hay otro camino.
Shabat Shalom