Behaälotejá: ¿Quejas?

En esta ocasión la Toráh nos relata un aspecto un tanto amargo del carácter del pueblo de Israel, el cual parecía contrastar con la elevación espiritual que alcanzaron al pie del Monte Sinaí, y con la inauguración del Tabernáculo, núcleo de nuestra relación con el Todopoderoso.

“Y fue que el pueblo estaba como quejándose malamente a oídos de Di´s, y escuchó Di´s y Se enfureció, y encendió Di´s un fuego sobre ellos, y consumió una esquina del campamento”.

Rashí señala: “El pueblo (a quien hace referencia la Toráh) no es otro que el grupo de malvados que convivían con Israel. Pues cuando Di´s hace mención de la gente correcta (de los justos), el término que utiliza es Mi pueblo.


Ellos se quejaban. La definición de esta idea, atañe a un simple pretexto para apartarse de la Presencia divina. Y es llamado: Malamente, ya que ella fue muy negativa a oídos del Eterno, pues pretendían que, justamente, llegara a ser escuchada por el Todopoderoso; y decían: ¡Pobres de nosotros! ¡Cuánto nos hemos fatigado en este viaje! ¡Tres días de travesía sin descansar del tormento del camino!

Y en realidad el Todopoderoso pretendía ingresarlos a la Tierra Prometida lo más rápido posible.”

Rashí nos dibuja un esquema sumamente completo del problema que surgió en esos momentos.

Pues la dificultad que atravesó el pueblo judío al enfrentar el agobio del camino, de entrada fue vista desde una perspectiva errónea, desde un malestar interno, generado por un profundo deseo de “independizarse” de la influencia Divina… de ser, en definitiva, un “pueblo libre” de mitzvot.

En resumen, esa visión de vida les hacía contemplar lo bueno, como si fuera lo peor que les pudo haber pasado en la vida.

La medida que tomó Di´s fue comenzar un incendio en un extremo del campamento.

¿Por qué justamente por medio del fuego? Y ¿Por qué en una de las esquinas del campamento?

Rabí Shimshon Hirsch, ZT”L, explica que Di´s pretendió advertir a todo el campamento de su error con el propósito de que recapacitaran, y se arrepintieran de su negativa actitud.

Sin embargo, la razón por la que utilizó justamente al fuego como correctivo, a mi parecer, es posible explicar de la siguiente manera.

Todo el motivo de la Salida de Egipto, el sometimiento de una nación tan poderosa como lo fue Egipto, y los sinnúmeros de maravillas que se vieron a simple vista en esos días, era para alcanzar un objetivo mucho más trascendental y elevado: Aceptar el proyecto de guardar y mantener la Toráh en todo momento y bajo cualquier circunstancia, utilizando los recursos materiales y espirituales que la tierra de Israel proporcionare.

Para llegar a ese nivel era necesario invertir esfuerzos extras, desprenderse de comodidades, dormir menos, y sufrir un poquito más de lo normal.

Solamente después de reunir estos elementos, se demostraría de manera contundente que el Pueblo Elegido es quien legítimamente debe materializar ese enorme proyecto.

Esta idea está perfectamente representada por el fuego. Pues su esencia es puramente etérea, sin consistencia en lo material… pero alimentada al cien por ciento por él.

El fuego eleva a la materia a un plano que es muy cercano al estado espiritual, y lo hace justamente quemándolo, consumiéndolo… sacrificándolo.

Y eso era lo que esperaba Di´s de nosotros, una entrega real y sincera hacia el verdadero sentido de todas las cosas, hacia lo espiritual y elevado. Objetivo que se alcanza al contemplar nuestra vida – con sus altibajos – como un medio nada más, como un escalón, que nos impulse a situarnos en estratos superiores.

Al lamentarnos por las vicisitudes de la vida, demostramos falta de visión a largo plazo, en otras palabras, que la vida comienza y acaba aquí mismo, que – Di´s no lo quiera – no hay trascendencia.

Naturalmente uno no debe solicitar que aparezcan dichas dificultades, pero si vienen, hay que asumirlas de buena gana y con la mejor disposición. Pues antes de ser escollos en nuestro deambular por la vida, ellos son, en realidad, puntos de apoyo para impulsarnos y depurar nuestras cualidades personales.

Shabat Shalom

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