Conservación y ampliación de la vida

Parshat Vaigash comienza en Génesis 44:18 con Judá suplicando misericordia a José y finaliza en Génesis 47:27 con Israel y toda su familia asentados en Egipto esperando que pasen los restantes años de hambruna y ahí, según la promesa de Dios, convertirse en una gran nación.

Un tema dentro de Vaigash es la preservación de la vida. En Génesis 45:5-7, José dice a sus hermanos que Dios le ha enviado a Egipto para “preservar la vida” y para darles vida por medio de una gran liberación. José prometió preservar la vida de Jacob en Génesis 45:11 si volviera y estuviera con él.

La edad también tiene un lugar prominente en el texto. Génesis 44:20 habla sobre Benjamín, el hijo en la edad ya anciana de Jacob. Así, la mucha edad de Jacob contrasta con la juventud de su último hijo con Raquel. La historia de Jacob y José termina finalmente con José falleciendo a la edad de 110 años.


Israel había vivido 17 años en Egipto cuando murió a la avanzada edad de 147. Ojalá fuéramos tan afortunados. Vaya vida más asombrosa. En su vida completó el círculo y fue más allá. Temió ser asesinado por su hermano, tanto antes de dejar su casa como al volver a ella. Ahora el capítulo final de su vida sería escrito en la tierra de Egipto donde su hijo estaba solo por debajo de Faraón.

Mientras envejecemos, vamos pensando cada vez menos acerca de nuestros propios logros y más acerca de los logros de nuestros hijos. Así que Jacob se había convertido en un padre lleno de orgullo. No solo hizo que su familia sobreviviera durante el arduo viaje desde Paddan-aram, también seguían juntos al término de la vida de Jacob. Aunque Jacob había perdido la compañía de José cuando el chico solamente contaba 17 años, compartieron lo mejor de Egipto antes del fallecimiento de Jacob.

Una característica acerca de Jacob que siempre me pareció obvia fue su sentido de inseguridad. Ni nació ni creció con derechos. Esaú era el privilegiado. Todo lo que Jacob consiguió de la vida lo tuvo que ganar de la forma más dura. Y siempre había alguien que afirmaba que lo había recibido injustamente o arbitrariamente, tanto Esaú, su hermano, o Labán, su suegro.

Aunque murió joven mientras daba a luz al hermano pequeño de José, la constante emocional en la vida de Jacob fue siempre Raquel. Es fácil reconocer por el texto que siempre que Jacob miraba a José, era la cara de Raquel la que veía. Judá, el “hermano por otra madre”, tuvo que

reconocer humildemente que después de la salida de José, el alma de Jacob se encontraba ligado al segundo hijo de Raquel, Benjamín. De nuevo, siempre que Benjamín estuviera ahí con Jacob, sentía a Raquel muy cerca.
Génesis 46:1 señala que antes de que Israel bajara a Egipto, se detuvo en Be’er Sheva por última vez y ofreció sacrificios al Dios de su padre, Isaac. Qué duro tuvo que ser para Jacob dejar el lugar donde estaban enterrados todos los que habían ido antes que él. Y es igualmente importante que Raquel había sido enterrada no muy lejos en el camino a Belén después de dar a luz a Benjamín. Jacob nunca podría visitar sus sepulturas de nuevo.

Jacob recordó especialmente sus raíces cuando HaShem le habló en las visiones de la noche y le aseguró que se convertiría en Egipto una gran nación. Incluso después de cambiar su nombre a Israel, HaShem le llama “Jacob, Jacob”.

Aunque seguramente se manifiesta en Su divina grandeza, debe haber algo tranquilizador en la voz de HaShem que recordaba a Jacob la voz de su padre cuando necesitaba consuelo cuando era un niño. Quizá esa es la razón por la que HaShem decidió llamarle Jacob mientras salía de Eretz Israel por última vez. Después de todo, Jacob nunca había oído a su padre llamarle Israel.

Lo último que HaShem dijo a Jacob para confortarle es que José, el primogénito de Raquel, estaría con él hasta el final y pondría las manos sobre sus ojos. Igual que Jacob había sido tranquilizado por Isaac cuando era un niño, ahora sería acompañado hasta el final por le hijo que le recordaba tanto a Raquel.
Los sueños de José acontecen por encima y más allá de lo que nadie podría haber imaginado. No solo sus hermanos terminaron por darle todo el respeto que él tanto deseaba como soñador de 17 años, sino que también pudo salvar a toda su familia, Egipto y gran parte del mundo antiguo. Desde luego, HaShem le envió para preservar la vida.

La parte de la haftarah, Ezequiel 37:15–18, también trata de la extensión de la vida en una promesa ambiciosa de que una vez la casa de Israel, mencionado en Ezequiel 37:11, sea restaurada a Eretz Israel, David reinará sobre nosotros para siempre.

Solo HaShem podía llevar la extensión de la vida al infinito.
Manteniendo la tradición judía de preservar la vida, los científicos israelíes han influenciado el campo de la biogerontología, la ciencia del envejecimiento, comenzando con Amiela Globerson y Avid Danon del Instituto de Ciencias Weizmann y David Gershon del Technion.

El papel de los científicos israelíes en el campo de la investigación para extender la vida es tan grande que se celebró un Congreso Europeo de Biogerontología en la Universidad Ben-Gurión del Néguev en Beer-Sheva. Entre los conferenciantes se incluían Nir Barzilai, Gil Atzmon, Pinchas Cohen, Zipora Yablonka-Reuveni, Adi Sagiv, Jonathan Leor y Doron Melamed.

El científico israelí Nir Barzilai de la Escuela de Medicina Albert Einstein de la Universidad Yeshiva de Nueva York, uno de los investigadores más importantes de la ciencia de la longevidad, apareció recientemente en la serie de televisión Breakthrough que ha sido desarrollada por el Canal National Geographic y General Electric y fue emitido a 440 millones de hogares de 171 países en 45 idiomas.

Nir Barzilai y sus compañeros fueron esenciales para convencer finalmente a la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. y que esta reconociera el valor científico de estudiar formas para ralentizar el envejecimiento humano con el propósito de tratar enfermedades relacionadas con la edad como el cáncer, enfermedades cardiacas, Alzheimer y apoplejías. Por lo tanto, la investigación científica moderna acerca de la ampliación de la vida ya no es pseudociencia alternativa ni ciencia ficción.

Quizá no vivamos para siempre como David en Ezequiel 37, pero sería agradable vivir relatívamente sanos hasta la edad de José de 110 años o quizá incluso algún día alcanzar la venerable edad de Jacob de 147. Si Barzilai y sus compañeros se salen con la suya, eso es exactamente lo que sucederá.
Ojalá que suceda rápidamente y en nuestros tiempos.

El Mandato de Yoeli: Deja tu marca, supón una diferencia para el bien y haz lo que te corresponde para asegurarte de que ellos nunca devoran de nuevo a Jacob o hacen un desecho de su morada.

Puede escribir a Yoeli Kaufman a [email protected]
Información biográfica: Yoeli Kaufman obtuvo su título de grado (B.A.) en Culturas e Idiomas del Cercano Oriente en la Universidad Indiana y después trabajó como traductor de árabe para el servicio de Inteligencia del Ejército de EE. UU. Obtuvo su máster de la Universidad Temple en Administración Educativa. Como fundador de los Amigos de Israel de la Costa de Oregón, Yoeli es un defensor apasionado de Israel.

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