“Y será a consecuencia (Ekev = Talón) de que escuchen estos juicios y los guardaren y los realizaren, y cuidará el Eterno, tu Di´s, el pacto y la bondad que juró a tus padres” (Debarím 4, 12)
Rashí: “Si las leyes ligeras que habitualmente la persona pisa con sus talones, escucharen…”
Explica el Sefat Emet, ZT”L: “Hay preceptos que dependen de la cabeza y el corazón de la persona, por ejemplificar. Como está escrito en el tratado de Makot, página 23: “Doscientos cuarenta y ocho mitzvot positivas son correspondientes a los doscientos cuarenta y ocho miembros de la persona. Y hay algunas que son correspondientes a los talones de la persona, estas son las mitzvot “ligeras”.
Y así como indudablemente la cabeza es más importante que el pie, y de cualquier manera los pies son los que dan a la persona base y estabilidad, y es el fundamento donde reposa el cuerpo, asimismo son las mitzvot “ligeras”. Toda la construcción del aparato espiritual del yehudí está sustentado sobre ellas”. Hasta aquí sus palabras.
Hay que reflexionar. Pues de acuerdo a lo mencionado, solamente las mitzvot que a nuestros ojos parecen fáciles, y que no presentan tanta importancia, son las encargadas de que el edificio del judaísmo no se derrumbe ¿Qué hay con Shabat y Yom Kippur o kashrut? ¿Acaso no es claro que sin ellas la persona casi no podría llamarse hebreo?
Pero a mi parecer la idea es la siguiente.
Es claro que sin los preceptos mencionados el yehudí está muy alejado de su herencia espiritual, pero si en una casa donde generalmente guardan estas leyes, se comienza a facilitar en otras que a la apreciación del jefe de familia “no es tan importante cumplirlas” – son para “fanáticos” – entonces poco a poco una pequeña mitzvá arrastra a otra y después a otra, hasta que, inclusive, no quede ni Shabat ni Yom Kippur, ni kashrut… ni judaísmo.
Estás mitzvot son nuestro sostén, y ultimadamente un eslabón en la cadena del pueblo de Israel.
Shabat Shalom
Yair Ben Yehuda