Nuestra parashá trata principalmente sobre dos temas: Leyes relativas al Mikdash y el Ohel Moëd(el santuario); y sobre leyes referentes a las festividades de nuestro calendario, siendo Shabat el inaugural.
Dice Rabí Shimshon Hirsch ZT”L, que estos temas tienen afinidad, ya que uno como el otro buscan reunirnos en perfecta armonía con Dios.
“Nuestras vidas son limitadas por el espacio físico y temporal, hasta tal punto que, nuestra imaginación no podría vislumbrar algo que no esté ubicado dentro de estos marcos.
Mientras que el Mikdash y el Ohel Moëd pretenden concretar una cita en un lugar terrenal entre Dios y Su pueblo, y la Toráh es establecida como centro y origen de nuestro mundo, indicándonos que nuestros caminos deberán ser dirigidos hacia Dios, los Moädim – festividades – resaltan espacios temporales dentro de nuestro calendario, por medio de la revelación de Dios ante nosotros. Ellos nos dicen: “Atención, Dios está cerca, aprovechen la oportunidad, pues en cada ciclo anual se renueva y fortalece la unidad Del Eterno con Su pueblo.
Tenemos tres Pascuas al año, Pesaj, Shavuot y Sucot, en ellas la Toráh nos exige subir a Yerushalaim y cumplir mitzvot especiales, las cuales fortifican los lazos que nos unen a Dios, en tiempo y espacio.”
Cada festividad de nuestro calendario tiene su propia personalidad. Su música, sus aromas, los escenarios, los manjares, etc., dan un toque particular y de identidad a cada una de las pascuas y demás fechas de celebración. Sería errado pensar que los elementos festivos que distinguen a una conmemoración de la otra, persiguen no más que objetivos efímeros, anclados en los paladares y oídos de nuestros ancestros, sin pretensión de repercutir en el intelecto y corazón de las generaciones venideras. Las melodías, los distintos platillos y el ambiente que se genera en las sinagogas, están dispuestos con la intención de revelar tesoros enormes de placer espiritual. Permiten que el cuerpo se asocie con el intelecto, para recibir el verdadero regalo – oculto – de ese día: Cercanía con Dios, y los beneficios que se derivan de ella.
Cada fecha importante de nuestro calendario es una oportunidad para renovar la relación con nuestro Creador. Si buscamos los aspectos esenciales de cada fecha, ellas mismas nos proveerán de energías y fuerza para todo el año.
Shabat es nuestro día por excelencia, en él lo espiritual y lo físico se dan la mano. No es un día más de la semana, es el núcleo y fin de toda la creación. Es por eso que, quien consiga estar en armonía con el día de Shabat, respetándolo y honrándolo como debe ser, logrará percibir bendición y abundancia en todos sus asuntos, tanto físicos como espirituales.
Esto requiere un poquito de sacrificio y esfuerzo pero, créanme, vale la pena.
Shabat Shalom