El suceso de Koraj, quien pretendió poner en entredicho la autoridad de Moshé, y ultimadamente la de Di´s mismo, marcó una profunda impresión en el corazón de Äm Israel.
En primer lugar, porque quedó de manera clara y evidente, que Moshé no legisla de forma arbitraria al pueblo. Y en segundo, que todo lo referente a la santidad del Mikdash (Santuario) y del sacerdocio, es como fuego que consume a quien atreva aproximarse demasiado a él.
De este último impacto, la Toráh hace constancia al relatarnos que Äm Israel – después de la tragedia de Koraj – la muerte de su familia y de los doscientos cincuenta cabezas del Sanhedrín, se quejaron ante Moshé diciendo:
“Todos moriremos, estamos confinados a la perdición. Pues todo aquel que se aproxime al recinto del Eterno, morirá ¿Habrá acaso fin para esta muerte?”
Ellos temían por su integridad, ya que su constante acercamiento al Tabernáculo los ponía en riesgo. Y no podían decidir no aproximarse más a él, pues Di´s Mismo les exigía comparecer, y ofrendar sacrificios y dádivas en ese lugar. De esta manera, se veían a sí mismos en constante peligro de vida, pues cualquier desliz significaba la pena capital.
A este reclamo Di´s responde:
“Y dijo Di´s a Aharón: Tú y tus hijos y la casta de tu padre junto contigo, acarrearán los pecados del Santuario. Y tú y tus hijos llevarán a cuestas las faltas del sacerdocio…”
Es decir; sobre ustedes recaerá la responsabilidad que el mikdash cumpla con su función de manera óptima, que sea un medio para extender la vida de Israel y no lo contrario.
Rabí Shimshon Hirsch, ZT”L, agrega claridad a la idea.
“A raíz de esta declaración de Di´s, se corrobora que el pueblo judío no se pondrá en peligro al estar en tabernáculo y cometer una falla, sin querer o por negligencia. Pues sobre Aharón, su familia y su estirpe, y todos los involucrados en la labor del santuario, recaerá la responsabilidad. Y únicamente podrán decir que cumplieron su cometido, si realizan sus funciones con extrema diligencia y cuidado, y con las intenciones deseadas.
Pues si el cohén llegase a creer que el mikdash es solamente un medio para alcanzar su manutención, lo degradará, y lo hará verse a ojos de los demás como un recinto vacío y falto de valor. Y el mikdash debe ser un sitio donde el Pueblo de Israel consiga santificarse a sí mismo”
Vemos que Di´s aceptó los argumentos de Israel, puesto que estaban basados en un miedo legítimo y una evidente realidad; ya que la vida del pueblo judío depende del grado de cercanía que tengan con el Todopoderoso. Y alejarlos de Él, significaría la perdición total.
Por esa razón Di´s encontró la manera de mantener a Israel cercanos a Él y, a la vez conservar el santuario en su inmejorable condición: de ser el sitio donde el Honor del Todopoderoso se ponga en manifiesto, exhortando a la capa sacerdotal a cumplir sus funciones con destreza, meticulosidad y entusiasmo. Sirviendo de ejemplo al resto del pueblo, para que, consecuentemente cuiden su propio comportamiento dentro de él.
Así, esta misma actitud encenderá una sincera voluntad en los corazones de Israel, de buscar adherirse a Di´s y a Sus mitzvot, ideales representados en el Santuario.
De esta manera, si deseamos aproximar a otros a sus raíces y esencia judías, la mejor manera es cuidando nuestro comportamiento. Así, todo lugar donde nos encontremos podrá llamarse: Sitio donde reposa la Presencia Divina. Pues en él se revelará que, sin lugar a dudas, la Toráh puede acercar al ser humano a su Creador.
Shabat Shalom