La Boda

Yom Kipur ha quedado atrás, y con él cuarenta días de Selijot, y Rosh HaShaná. Estos eventos ciertamente comparten una misma esencia y persiguen un mismo fin: Buscar ser inscritos en el libro de la vida buena a través del perdón absoluto del Todopoderoso.

Esta meta se logra concretar – aparentemente – en Yom Kipur, donde el favor de Di´s se desborda para con su amado pueblo, y éste, a su vez, implora una y otra vez por misericordia.

De hecho las últimas palabras de ese sagrado día son: “Anda a comer con alegría tu pan, pues El Creador ha aceptado tus súplicas”


Si lo dicho es cierto, entonces ¿Qué objetivo persigue la festividad de Sucot? ¿Por qué es incluida dentro de de las tres fechas más importantes del calendario judío? ¿Qué relación guarda ser inscritos en el libro de la vida, con habitar dentro de una “choza” durante siete días?

Para entender esta idea, analicemos uno de los conceptos más básico y fundamentales de nuestra ideología: La confianza en Di´s.

El término creer o tener fe en Di´s, no existe en el lenguaje de nuestros sabios, es decir, de los protagonistas del Talmud. Simplemente, para definir a alguien que tiene Emuná, la guemará describe qué actuó conforme a su absoluta confianza en El Todopoderoso.

Asimismo, Rabenu Bajie, ZT”L, en su libro “Jovot HaLevavot”, enfatiza que esta cualidad es el ingrediente vital, para quien ya recibió sobre sí mismo cumplir cabalmente la voluntad del Creador del mundo. Objetivo que todos buscamos materializar en el rezo de Neïlá de Yom Kipur.

Regresemos a nuestras preguntas.

Si observamos bien, las fechas que marcan el perdón de Äm Israel, Selijot, Rosh HaShaná y Yom Kipur, no trascienden aún de su nivel teórico. Es verdad, imploramos, suplicamos, las lágrimas fluyen, sin embargo, todavía debemos probarle a Di´s, que estamos dispuestos a vivir conforme a estos principios.

Sucot – según como es descrito por nuestros sabios – se compara a una Jupá, a una boda, donde El Creador es el novio, y nosotros su prometida.

Siempre  en  las  bodas  los novios están nerviosos, la emoción, los anhelos, nuevos proyectos, en fin, una vida nueva se abre delante de ellos, pero más que nada, aquello que les hace sentir más miedo es el hecho de no conocer al 100% con quién se están casando.

La relación antes de casarse y después de casarse, es totalmente distinta, pues nunca uno alcanza a conocer a su pareja, si no comparten un mismo techo, y los mismos problemas. Ni hablar de sus gustos personales y demás detalles, que engloban la vida en pareja.

Esa es la definición de sucot, y por qué es tan importante que esté ubicado justo después de Yom Kipur.

En él demostramos a Di´s que estamos dispuestos a vivir con Él, y a seguirlo a cualquier lugar, como lo haría una novia fiel. Compartir con Él cada detalle, y asociarnos con Él en Sus intereses.

Es posible que a eso se refieran nuestros sabios cuando responden a la pregunta de: Si la festividad de sucot es en recuerdo de las nubes que confeccionó Di´s, para protegernos en nuestra estadía en el desierto ¿Por qué no está situado en el mes de Nisan justo después de la Salida de Egipto? Y ellos contestan: Si fuera así, no se podría distinguir que las sucot se levantan para cumplir una mitzváh, se pensaría que las hacemos por comodidad y para escapar del calor.

En otras palabras, se tomarían a las sucot por “chozas”, y no se podría percibir en ellas la disposición de materializar nuestra absoluta confianza en El Todopoderoso.

Sucot es también una época de alegría, es la única festividad donde la Toráh nos exige alegrarnos durante siete días – véase la comparación con los siete días que festejan los novios después de casarse. Y el motivo es claro, pues en estas fechas conseguimos una unión total con Di´s y, por ende, empezamos a conocerlo mejor y más de cerca.

Es momento de alegrarnos con El Novio y disfrutar nuestra vida nueva en pareja con Él.

Aprovechemos, pues de sucot emana la alegría para todo el año.

Shabat Shalom y Jag Sameaj

Yair Ben Yehuda

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